Fracturas Orbitarias

Bogotá. Los accidentes de tránsito y agresión fueron los mecanismos más frecuentes de trauma orbitario, con un sesenta y vieinticuatro por ciento respectivamente. En menor proporción estuvieron los accidentes deportivos, caídas y heridas por arma de fuego, afirmaron los cirujanos S. Salej, R. Pedraza y colaboradores del Hospital San José. En un estudio descriptivo de veinticinco pacientes intervenidos por razones funcionales o estéticas en un periodo de cinco años, el ochenta y cuatro por ciento fueron hombres con una edad promedio de treinta y tres años. Según los especialistas, la indicación quirúrgica más frecuente fue el enoftalmos –presente en catorce pacientes- y la diplopia en diez. Los hallazgos clínicos más comunes fueron la equimosis periorbitaria en todos los pacientes (excepto en uno que fue manejado como secuela a los seis meses), la presencia de escalón en veinte y parestesia infraorbitaria en diecisiete; un sesenta y cuatro por ciento presentó alteración de la agudeza visual, según el estudio publicado en el Acta de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (2003. 21, No. 2) Al 100% de los pacientes se les practicó tomografía computarizada, obteniéndose información de las paredes orbitarias afectadas: piso orbitario (20 pacientes), medial (13 pacientes), lateral (12 pacientes) y techo orbitario (7 pacientes).

El 68% de los pacientes presentaban compromiso ocular, siendo más frecuente la neuropatía óptica post- traumática. Uno presentó ceguera secundaria a hematoma retro-ocular. En los que presentaron limitación de los movimientos oculares el músculo con mayor frecuencia atrapado fue el recto inferior, seguido del recto lateral y del recto superior. Los abordajes requeridos para la reducción anatómica fueron combinados en el 90% de los casos. En la reconstrucción del contorno orbitario se empleó malla de titanio en trece pacientes e injerto autólogo en once.

Fracturas orbitarias según secuela
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La presencia o no de secuelas – vistas en un 48% de los casos- se relacionó con el trauma en sí y con el método de reconstrucción utilizado, al igual que con el abordaje empleado en cada paciente.

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