Filos, Fidelidad, Fertilidad, Feromonas

La estructura simétrica de la cara de una persona da idea de fertilidad. Los estrógenos le ponen un tope al crecimiento óseo de la parte inferior de la cara y del mentón (haciéndolos relativamente pequeños y cortos); también sobre las órbitas, lo que hace ver prominentes (y bellos) los ojos femeninos. La cara del hombre está matizada por la testosterona, y –a más de la barba- la parte baja de la cara es larga y el mentón prominente. Estas personas lucen atractivas, pues son una propaganda de salud reproductiva. La simetría de los bailarines –y la que se obtiene con las cirugías plásticas- también ofrecen el mismo efecto.

En animales –en particular insectos pero también vertebrados- la atracción y la llamada del sexo para aparear, está profundamente regulado por las feromonas. En los humanos hay algo de esto, aunque por la ausencia del órgano vómero-nasal, su efecto es más difuso. El biólogo evolucionista Jianzhi Zhang –de la Universidad de Michigan- es escéptico acerca de la importancia de estas feromonas en la evolución del hombre. En 2003, Zhang demostró que un gen que mutó hace veintitrés millones de años en primates de Asia y África –considerados ancestros del hombre- les permitió ver los colores. Esto le permitió al macho ver el enrojecimiento genital de la hembra cuando estaba lista para el apareamiento, por lo que el estímulo feromonal pasó a segundo lugar. Las feromonas –como cualquier esencia- viaja sobre goticas de agua u otras partículas en el aire y se mantienen a unas diez pulgadas sobre el suelo por lo que no serían estímulos muy útiles en el humano. Una antropóloga en Rutgers –Helen Fisher- ha investigado mucho sobre el tema del amor humano, que considera una fuerza superior a la simple atracción sexual, según lo vió en imágenes cerebrales de personas recién enamoradas. Según estudio del grupo de Stephen Emlen –de la Universidad de Cornell- ambos sexos ponen un gran puntaje a una cualidad, cuando de escoger pareja se trata: la fidelidad. Al encuestar cerca de mil personas entre dieciocho y veinticuatro años, en una escala de preferencias colocaron –después de la fidelidad- la apariencia física, el compromiso con construir una familia (ser buenos padres y ser devotos de la unión matrimonial), y luego su fortuna y estatus económico y social.

Buston PM, Emlen ST. Cognitive processes underlying human mate choice: The relationship between self-perception and mate preference in Western society. Proc Natl Acad Sci U S A. 2003 Jul 22;100(15):8805-10.
Webb DM, Cortes-Ortiz L, Zhang J. Genetic evidence for the coexistence of pheromone perception and full trichromatic vision in howler monkeys. Mol Biol Evol. 2004;21(4):697-704.

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