Compasión en Momentos de Crisis

Bogotá. Reflexionar es detener la marcha, escucharse a sí mismo y escuchar a otros para reconfigurar el sentido de la propia vida. El objeto de esta reflexión es el sentido que tiene la compasión en la vida humana y en particular en la enfermería de urgencias. La compasión es entendida como el deseo vehemente de disminuir al mínimo el sufrimiento propio y ajeno, basado en la creencia de que todo ser humano desea la felicidad y en el reconocimiento que hacemos de nosotros mismos como seres esencialmente iguales a cualquier otro ser nacido de mujer. La compasión como virtud es una conquista y como hábito facilita la buena vida. Por la sinergia que se da en todos los fenómenos humanos, el deseo de bienestar induce el bienestar físico.

Hablar de urgencias es referirse a crisis, momento de cambio en el que es preciso tomar decisiones. Las emociones, como mecanismos biológicos para enfrentar las crisis, pueden ser útiles o perjudiciales según su intensidad y según el tipo de sentimientos a los que estén ligadas. Los hay positivos, como alegría, gozo, paz, paciencia o compasión y los hay negativos como dolor, odio, celos, envidia o ira. Es preciso cultivar los primeros. La enfermera, como profesional del cuidado y de la cura, cultiva sentimientos positivos que se ven reforzados por la satisfacción que produce el ejercicio de la compasión; conoce y controla sus emociones y comprende los sentimientos y emociones de quienes la rodean, así momentáneamente estén descontrolados, y en especial los de sus pacientes, a quienes disminuye el sufrimiento con su acción.

Velasco Ortiz R. Actualizaciones en enfermería, septiembre 2005.

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