Anomalías de los Conductos de Müller
Medellín. La prevalencia de malformaciones müllerianas en el Hospital General de esta ciudad fue de 2,6% -en un periodo de cinco años- y las alteraciones más frecuentes fueron: útero bicorne, agenesia y tabiques vaginales.
El dolor pélvico crónico y la amenorrea fueron los motivos de consulta más comunes y requirieron estudios complementarios para descartar esta patología. Según los investigadores antioqueños, de un total de mil cuatrocientos cincuenta pacientes que consultaron por urgencias, por consulta externa ginecológica o que se encontraban hospitalizadas, treinta y nueve cumplieron los criterios de inclusión, hallándose la prevalencia arriba anotada de 2,6%.
La ecografía transvaginal fue la principal ayuda diagnóstica en estas pacientes (48,7%). El 38,5% recibió tratamiento quirúrgico consistente en la creación de una neovagina, himenoplastia, resección tabique vaginal, histeroscopía operatoria, corrección durante cesárea. La infección urinaria fue la complicación más frecuente (7,7%). El 41% requirió hasta cuatro días de hospitalización.
Las malformaciones Müllerianas son un grupo de patologías congénitas debidas a un defecto del desarrollo en la fusión o canalización de los conductos de Müller en cualquier etapa del desarrollo embrionario.
Pueden asociarse con otras malformaciones genitales, urológicas ó rectales, excepcionalmente adquiridas por exposición in utero al dietilestilbestrol. Por lo general las anomalías congénitas del útero no se identifican hasta que aparecen complicaciones ginecológicas u obstétricas. Un útero anómalo puede ser perfectamente compatible con una historia normal de reproducción y pasar desapercibido.
Sólo una cuarta parte, aproximadamente, de todas las mujeres que tienen esta anomalía tienen dificultades reproductivas. Hay cuatro grupos principales: alteraciones en los ovarios, alteraciones en el tracto reproductivo, síndromes cloacales y alteraciones en la uretra.
Las agenesias müllerianas son malformaciones congénitas del tracto genital y son la segunda causa más común de amenorrea primaria. Su verdadera prevalencia en la población general es desconocida pero estas oscilan entre el 1 y 3% dependiendo de las características de cada estudio. Se deben sospechar anomalías uterinas congénitas en las pacientes con antecedentes de amenorrea, abortos a repetición, amenaza de parto prematuro, esterilidad primaria, dolor pélvico y hemorragia uterina anormal.
Existen múltiples ayudas diagnósticas empleadas para dar una buena evaluación de una mujer con esta patología, que van desde una especuloscopia hasta uno o varios de los siguientes exámenes: ecografía, laparoscopia, histeroscopía, sonohisterografía, resonancia magnética; sin embargo, para algunos autores el único medio para conocer la verdadera frecuencia sería el de realizar de manera sistemática histerosalpingografía a un vasto grupo de mujeres en edad reproductiva, lo que es totalmente irrealizable. No todas las anomalías congénitas del útero tienen indicación de cirugía correctiva, sin embargo, dependiendo del tipo de malformación y la situación de cada paciente se consideraría una indicación quirúrgica.
Jara CA, Rengifo JM, Arango A. Prevalencia de anomalías de los conductos de Müller en el Hospital General de Medellín (2000-2005) Rev Col Obstet Ginecol 2006; 57 (2).
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