La Psicoterapia de Grupo, Estadísticas

DR. GUILLERMO SÁNCHEZ MEDINA

Sacar conclusiones de tipo estadístico equivale a separar todo lo afectivo y a encasillar los sentimientos en un intento de controlarlos y ponerles límites numéricos (129).

Sin embargo, hay diferentes autores que han intentado hacer estudios estadísticos y comparativos con la psicoterapia de grupo.

En 1950, Geller (130) investigó la psicoterapia de grupo en 200 hospitales mentales en Estados Unidos.

Recibió 185 respuestas que representan el 95,5 por 100; 94 hospitales empleaban la psicoterapia de grupo y 91 no; de estos últimos, 11 lo habían usado, pero la dejaron por no encontrarla satisfactoria.

De los que la utilizaban, el 79 por 100 la aplicaban desde hacía más de cinco años y un 21 por 100, menos de cinco años. En un 35,5 por 100 de los hospitales que la usaban era hecha por psiquiatras y asistentes sociales. Sólo en el 66 por 100 se usaba la técnica psicodinámica y en más del 50 por 100 la enseñanza y la discusión.

En un 13 por 100 se combinaba con métodos de represión didáctica. El número de sesiones variaba de 6 a 369 por mes. En un hospital se encontró que a un grupo de 700 pacientes se les había dado 50 sesiones, observándose mejores resultados en los neuróticos y alcohólicos que en los psicóticos y psicópatas.

Dice Geller que los “maniacos y paranoides no responden favorablemente, debido a su incapacidad de soportar la presencia de otras personas o de reconocer tendencias hostiles regresivas en sí mismos”. Claro que los enfermos menos graves responden mejor a los tratamientos, y esto es válido para todo método terapéutico.

F. Powdermaker y J. Frank (131) hicieron una investigación con pacientes tratados en una clínica y hospital de veteranos de Washington, D.F., y de Perry Point, durante un período de dos años.

Trabajaron en ella 24 psiquiatras, 5 psicólogos, 2 asistentes sociales psiquiátricas; todo este equipo se encargó de la psicoterapia en general, con orientación analítica, pero cada analista tuvo la libertad de usar su propia técnica.

Los grupos eran abiertos, de 5 miembros, y los tratamientos duraron de tres a diecinueve meses; una parte de esos pacientes recibía psicoterapia individual. Los autores, sin dar la cantidad de pacientes tratados, informaron que el 27 por cien que mejoró habían recibido tratamientos combinados (individual y de grupo).

En un 40 por 100 la terapia de grupo había sido importante en la mejoría. En un 13 por 100 la terapia se consideraba importante a partes iguales. R. Cowden (132) hace un estudio comparativo de tratamientos combinados un con psicofármacos y psicoterapia de grupo en esquizofrénicos e informa que 8 pacientes recibieron cloropromazine y psicoterapia de grupo, 8 solamente cloropromazine y 7 sirvieron de control.

Los dos grupos que recibían el medicamento mejoraron en forma significativa, pero más los que estaban bajo psicoterapia de grupo.

En Colombia, 1964, fue hecho una encuesta por el autor y encontró lo siguiente: 20 psiquiatras aplicaba la psicoterapia de grupo, 6 psiquiatras más la aplicaron hasta 1963 y la dejaron por diferentes motivos personales o de trabajo. En 8 instituciones se hacía psicoterapia de grupo; 10 psiquiatras la aplicaban en su práctica privada; 12 trabajaban con adultos; 9 con niños, y 2 con adolescentes.

Había 50 grupos que funcionaban con 219 pacientes, de los cuales 160 eran adultos, 8 adolecentes y 51 niños; 112 eran psiconeuróticos, 49 psicóticos, 29 psicópatas, dieciséis16 con trastornos psicosomáticos, 13 epilépticos, 3 con úlcera péptica, 1 con neurodermatitis y 6 delincuentes adolescentes.

Se efectuaban alrededor de noventa y siete horas semanales de sesiones del grupo. De los 20 psiquiatras que trabajaban con grupos, 6 lo habían hecho de 2 a 5 años; 3 de uno a dos años; 11 menos de un año; 18 psiquiatras trabajaron con grupos abiertos, 3 con cerrados, 12 con grupos homogéneos y 9 con heterogéneos.

De los 219 pacientes que recibían psicoterapia de grupo, 216 recibieron tratamientos combinados, 16 con psicoterapia individual, 51 con psicofármacos, 3 con tratamientos eléctricos, 1 con biológicos, 145 con educativos; 19 psiquiatras hacían entrevistas previas a la terapia de grupo, 8 tenían supervisión de los grupos con un promedio de una hora semanal y la supervisión era de siete horas a la semana de los 8 terapeutas que supervisaba; 4 psiquiatras no encontraron ninguna mejoría en sus grupos, lo que se atribuyó a: 1º, ser grupo de psicópatas; 2º, abandono del tratamiento, y 3º, iniciación reciente de la terapia.

(Lea También: La Psicoterapia de Grupo, Aplicación en Pedagogía)

Once terapeutas encontraron una mejoría moderada de los grupos con que trabajaban, y estos eran epilepsias, reacciones situacionales y reacciones de adaptación, esquizofrenias y grupos de niños. Cuatro terapeutas informaron mejoría marcada.

Se atribuyó este resultado a que los casos eran de psiconeurosis y trastornos de carácter. Eran 9 las instituciones en donde se trabajaba con las técnicas de grupo (133).

En una encuesta aplicada a todos los miembros activos de la asociación psiquiátrica americana APA en 1962, entre los que contestaron (78 por 100 de práctica privada) el 98 por 100 preferían la psicoterapia individual; el 72 por 100 psicofármacos y entre el 60 y 65 por 100 contestaron que nunca o casi nunca usaban la técnica de grupo, el psicoanálisis o los electrochoques (134).

Actualmente todas las instituciones que tratan los trastornos mentales tienen programas de psicoterapia de grupo con distintos modelos, entre otros, el de sistemas, el de la Gestat y el familiar, pero el predominante es el psicodinámico.

Aplicación Médica

Como vimos por las estadísticas, las áreas en donde la población crece rápidamente, la psicoterapia de grupo ayuda en el mejoramiento de los métodos terapéuticos. Un programa de psicoterapia de grupo es siempre útil para el entrenamiento del personal y mejora la oportunidad de investigación en el campo a que nos referimos.

Con un programa establecido de psicoterapia de grupo puede realizarse buena investigación, incluso con número limitado de personal técnico (135), en la práctica de la psicoterapia de grupo en los Estados Unidos se ha visto que hay un gran número de psiquiatras asociados a médicos generales, encargados de los pacientes de estos últimos.

De esta forma hay mejor oportunidad de relación entre el médico general y el psiquiatra (136), pudiendo cada uno tener un intercambio científico y salir del aislamiento profesional especializado.

La psicoterapia de grupo se ha aplicado en niños (137), (138), en adolescentes (139), (140), (141), en estudiantes (142), en familias (143), (144), (145), en madres (146), (147), (148), en ancianos (149), (150), (151), en tartamudos (152), en alcohólicos (153), (154), (154 A), en las perversiones (158), en la esquizofrenia (159), en la homosexualidad (160), en psicóticos (161), (162), (163), en contrafóbicos (164), en asmáticos, en alérgicos (165), en obesos (166), en desórdenes somáticos, y otros (167), en seminaristas, en estudiantes de psicología, en grupos de trabajo en equipo, en médicos psiquiatras, psicólogos, asistentes sociales y pedagogos (168), en la enseñanza psiquiátrica (169), (170), (171), en la higiene mental (172), (173), en la organización de empresas y didácticas terapéuticas (174), en reformatorios, en instituciones de rehabilitación (175), y en hospitales mentales (176).

Los grupos consejeros y de guías se han aumentado cada vez más con éxito en Estados Unidos (177).

En muchos países, psicólogos, asistentes sociales, psiquiatras y maestros aplica la técnica de grupo a niveles diferentes.

Es necesario tener un entrenamiento del médico interesado en esta técnica, a través de seminarios y supervisión de casos; necesitamos interesar más al psiquiatra por esta técnica, y al médico general, hacerle ver los beneficios que de ella puede derivarse.

Se debe preparar el personal de enfermeras, asistentes sociales o psiquiátricas y psicólogos para que uno y otros puedan aplicar la psicoterapia de grupo a su alcance en instituciones donde haya supervisión.

La psicoterapia de grupo que puede aplicarse es la “no-médica-dinámica”.

Enfermeras, psicólogos y trabajadores sociales, pueden hacer mucho bien y aun pueden trabajar mejor y tener mayor éxito que algunos médicos que carecen de entendimiento psicológico. Es necesario organizar y desarrollar la terapia de grupo en instituciones, aumentando y elevando los “stándards” técnicos.

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