El Psicoanálisis en el Siglo XXI

El mito del pansexualismo psicoanalítico

Téngase en cuenta cómo en nuestra sociedad, en algún tiempo en general, se creó el mito del pansexualismo psicoanalítico.

 Más adelante hubo que desmitificarlo en diferentes sentidos; aún hoy, algunos sectores del público piensan que el psicoanálisis es igual a sexualidad, a traumas infantiles, a superación de ansiedades, conflictos de la personalidad o de distinta índole; es así como se confunde al profesional psicoanalista con el psicólogo y psiquiatra; en realidad el último trata los desórdenes mentales con distintos métodos incluyendo los psicofármacos; el psicólogo trabaja en distintos campos (el industrial, el psicopedagógico, el experimental, el conductual, o aplica la teoría de sistemas en la psicología clínica, y aquí se encuentra con el psicoanálisis en el cual en muchos casos el profesional decide seguir el entrenamiento psicoanalítico institucional formal convirtiéndose en psicoanalista); los psicólogos también laboran en la selección de personal, los problemas o conflictos laborales que incluyen el rendimiento, las relaciones interpersonales y la investigación.

De suerte que el psicólogo tiene una ancha banda de acción; en cambio el psicoanalista trabaja individualmente en el psicoanálisis personal, en el entrenamiento del mismo y otros en la psicoterapia de pareja, algunos alternan su labor con la psicoterapia de grupo de corte psicoanalítico o el sistémico, el cual es más estudiado por algunos médicos psiquiatras.

Sin embargo, uno y otro no pueden y tampoco deben ser encerrados en el castillo de sus conocimiento, lo que pueden petrificarse como paradigmas míticos sin trascender y poder producir cambios que beneficien a la colectividad; querámoslo o no estamos abocados a los avances de la ciencia y tecnología que nos ha permitido dar un gran salto en la comunicación, el conocimiento y con ello cambiar nuestro modelo y patrón témporo-espacial.

(Lea También: El Psicoanálisis en la Academia Nacional de Medicina: Síntesis y Conclusiones)

Con respecto a la historia en general y al psicoanálisis en especial:

Debemos contemplar el estudio de los hechos percibidos, la exposición de los mismos y los problemas; por ejemplo; cómo se reunió una serie de profesionales para el estudio de una teoría y una técnica; qué problemas surgieron y cuáles fueron los instrumentos que se encontraron para la solución de los mismos, una vez identificados; de la misma manera cómo fueron surgiendo nuevas teorías provenientes del extranjero (las teorías y técnicas de Klein, Bion, Kohut, Winicott, Kernberg, Lacan, Balint, Mahler, Jacobson, Green y tantos otros).

A estos puntos, históricamente determinados, habría que hacerles una investigación de las consecuencias que han surgido tanto en la comprensión modélica como en la práxis, poniéndolas a una prueba de contrastación para llegar a plantear si es posible la corrección de las hipótesis iniciales (por ejemplo Freud, Numberg, Abraham, Fenichel, Klein, etc.); este último aspecto en el psicoanálisis está haciendo continuamente contrastado; el mismo Freud realizó en su obra refutaciones y correcciones a sus postulados teóricos; sin embargo, los conceptos fundamentales freudianos metapsicológicos son los que rigen las otras teorías.

Es necesario tener en cuenta cómo el psicoanálisis es la ciencia que tiende a un cuestionamiento reflexivo crítico continuo de su misma teoría.

Lo que valdría la pena es estudiar las repercusiones o influencias en la educación, cultura, comportamiento en las ideologías y creencias. El hecho histórico ha sido que el psicoanálisis fue paulatinamente desarrollándose no sin reservas, pues ni es la primera ni es la única terapéutica para los desórdenes mentales.

Aquí es importante dilucidar cómo todavía entre los mismos médicos existen resistencias a la aceptación del psicoanálisis; éstas resistencias provienen de las ansiedades individuales despertadas por el psicoanálisis en el destape de las fantasías y tendencias en forma trascendente para llegar al inconsciente, a lo incógnito o desconocido que nos lleva a las fronteras del caos, confusión y con el ello al terror. Es así también como nos enfrentamos a todos los elementos provenientes del racionalismo natural de encontrar la secuencia causa-efecto, lo visto y comprobado para producir una evidencia o certeza.

En el psicoanálisis, por ejemplo, la interpretación analítica tiene distintas modalidades que dependen de acuerdo con el proceso individual en la relación transferencial contra-transferencial; de ahí el problema teórico-técnico de la interpretación analítica, la que conlleva todos los procesos de las relaciones transferenciales-contratransferenciales; aquí el racionalismo está mezclado con un irracionalismo subjetivo.

El psicoanálisis, al desmitificar y romper estructuras de ideologías y creencias idealizantes, deja al Yo desnudo, desamparado; así , el ser se vuelca sobre sí mismo; de ahí también que surja en nuestra cultura el “superman” o el hombre de todos, confundido en la comunidad en el nosotros “anti-ego”, dentro de una comunidad de masa que trata de lograr la identificación en una estructura socio-económica; al llegar a esa posición de cosificación, el hombre retorna a las necesidades del Yo individual, no sin pasar por tendencias narcisísticas individuales o colectivas.

¿Cómo conseguir que los conocimientos psicoanalíticos hagan parte de la cultura general a través de los programas de bachillerato y de las universidades con una mayor profundidad? La respuesta estaría en que los dirigentes de la educación aceptaran mayor participación de los conocimientos psicoanalíticos dentro de los programas educativos.

Otra pregunta que podría hacerse y es la que se refiere a sí ¿el psicoanálisis permite al sujeto conseguir un status científico económico y de poder, semejante o igual al de otras especialidades médicas como la cirugía, la gineco-obstetricia, la traumatología, la gastroenterologia, la neurocirugía, etc.? La respuesta no puede ser afirmativa, más cuando por todos es conocido cómo cada especialidad y cada acto médico, está asociado con una significación simbólica mágica; el psicoanálisis no está exento de ella.

Al psicoanálisis, por lo general, algunos lo ubican como el conocedor de todas las incógnitas humanas o de las respuestas a los diferentes problemas, del control de las emociones y del conocimiento de sí mismo y aún surgen las idealizaciones y omnipotencias amalgamadas al narcisismo tan peligroso para una posición objetiva científica que sin ella, se corre el riesgo de encapsularse y desechar nuevos conceptos científicos o negarlos o excluirlos, y, por lo tanto, quedarse dando círculos viciosos o en un circuito cerrado sin posibilidad de encontrar nuevos caminos de comprensión científica.

Desde el punto de vista de “status científico” ésta sería su ubicación, y en cuanto al “aspecto económico” hay un mal entendido, puesto que se piensa que el psicoanalista está dentro de los profesionales que más devengan; pero no se tiene en cuenta que el psicoanalista dedica a cada paciente alrededor de una hora, mientras que un especialista de las otras ramas de la medicina ,en el mismo tiempo, atiende cuatro pacientes; aún más, el psicoanalista tiene un límite de tiempo para trabajar en psicoanálisis porque necesita dedicar otro tiempo a su continuo estudio o intercambio científico con auto-crítica y revisionismo personal objetivo; esto, aunque debe ser generalizado a todas las ciencias, no lo es a todas las especialidades, porque el científico se tecnifica y dedica su tiempo a la aplicación de una técnica.

Con respecto a las explicaciones del por qué de la aparición de unas teorías y la desaparición de otras, es de recalcar que hay diferentes fenómenos que ocasionan estos hechos.

Desde el punto de vista del desarrollo de las instituciones psicoanalíticas, aunque éstas han tenido sus cambios intrainstitucionales, siempre se ha observado el desarrollo interno con la producción inherente al proceso de enseñanza del psicoanálisis despejando las posibles identificaciones parciales o totales que se puedan establecer con modelos teóricos, convirtiéndolos en dogmas y por lo tanto anticientíficos. Lo importante es llegar a manejar el multimodalismo o pluralismo conceptual acompañado de la constante y firme crítica.

En el psicoanálisis, como en todas las ciencias, existen lagunas de conocimiento que todavía están sin resolver; de tal manera cualquier investigación histórica de los modelos teóricos aplicados a la práctica debe estar sujeta a un cuestionamiento acompañado de una continua investigación e integración de disciplinas para conseguir mayor objetividad; esto se ha efectuado a través de la historia y de los historiadores del psicoanálisis que se han preocupado por ello; así han tratado de articular las observaciones teóricas con los hechos clínicos y de cómo aparen unas teorías y otras, algunas complementarias cuando no apartadas de las primeras; sin embargo, siempre se tiene la meta de mejorar la calidad de vida del ser humano.

Todas estas ideas y muchas más son las que se deben tener en cuenta en la Academia Nacional de Medicina, la cual es el receptáculo del conocimiento del pasado, presente y futuro, con la aceptación del aprendizaje de nuevos pensamientos de las diferentes ciencias naturales, matemática y dialécticas sociales para integrar el saber del ser humano y su medio ambiente cambiante en el tiempo; éste último ahora con la confluencia de la ciencia y tecnología del Siglo XXI.


42 Sergio Néstor Osorio García, “¿Quién es este hombre? Ubicación epistemológica de la antropología desde el paradigma de complejidad”, en Manual de iniciación a la Antropología desde el paradigma de Complejidad” de Sergio Néstor Osorio García y Hugo Armando Sotomayor Tribin. Universidad Militar Nueva Granada, Capítulo I, pág. 1-28

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