Predicción o Presagio

DR. GUILLERMO SÁNCHEZ MEDINA

Predicción

Se denomina comúnmente predicción a lo que “pre-dice” y de acuerdo a las Antiguas Es­crituras el anuncio por revelación; en ciencia se denomina las “conjeturas”, lo que ha de suce­der. La predicción y la precognición se asemejan o equivalen a preconocer; es decir, conocer antes de preveer, conjeturar algo anticipadamente; otro término semejante es el presagio o percepción antes de augurar, presentir y profetizar (unos y otros se asimilan y analogan).

El concepto de predicción (o pre-decir, lo que significa decir antes de que ocurra) es una necesidad científica para tener precisión en el determinismo.

Sin embargo, en ciencia no todo es predecible porque existen la multiplicidad de variables que no son precisas y obviamente impredecibles. Existen además las predicciones no científicas de las cuales se ocupa la pa­rapsicología, la cual puede llevar fácilmente a la seudociencia, magia, profecía, adivinación, clarividencia, todas ellas con un sentido prospectivo mágico, omnipotente.

Sin embargo, la predicción es una clave de la ciencia la cual se construye con modelos y se trata de implemen­tarlos para que se puedan tener predicciones precisas. Por su parte todos conocemos las difi­cultades de predicción y pronóstico exacto por la complejidad en los diferentes campos; por ejemplo en la demografía, en la dinámica de la población, predicción de desastres naturales, metereología o clima y en las ciencias psicológicas las ya bien descritas fantasías conscientes e inconscientes.

De todas maneras, están los conceptos ya enunciados atrás sobre los atracto­res, los conceptos de la mecánica newtoniana, la evolución temporal macro y microscópica, los modelos computacionales usados en la ciencia pero de todas maneras operan con cierta probabilidad y no con toda la certeza.

Videncia, clarividencia (75), adivinación y predicción

son actos sinónimos en los cuales el sujeto supuestamente ve y/o predice hechos del futuro. La mayoría de las sociedades o cultu­ras han hablado de esta habilidad o don atribuido a una capacidad superior que era atribuida a los sacerdotes, magos, chamanes, y brujos; por lo general el ser humano siempre ha tratado de buscar por diferentes medios adivinar o predecir el futuro para controlarlo, prevenirlo, puesto que el predecir y descifrar o descubrir hechos o cosas ocultas que pueden ocurrir entre ellas está la más importante es la enfermedad y la muerte física, mental, económica, social, política o de la naturaleza.

Poderes sobrenaturales

Han existido diferentes sistemas para llegar a esos actos, y, entre ellos están los de adquirir dones o capacidades a través de sustancias químicas o impuestas por los supuestos “poderes sobrenaturales”, a través de sacerdotes o los dioses o por entrenamientos de “meditación”, que pueden ser transmitidos de generación en generación como sucedió en sociedades afri­canas o en las hindúes.

El mismo Platón y Cicerón concebían formas de adivinación, una la inductiva y la obra deductiva instintiva, que con la inspiración el sujeto poseído de un genio y sumido en trance o manía podía percibir percepciones extrasensoriales.

Así se adivinaba con el aire, el agua, el fuego, (austromancia, seraunomancia, caomancia, metereomancia); el agua (hidromancia) y esta misma mezclada con el café, el té o el chocolate o la lectura del tabaco u otras sustancias despertaba o hacía posible los actos de adivinación. La adivinación a través del juego (como la: calcinomancia, capnomancia, ceraunoxcopia, seromancia, mo­libdomancia, sideromancia, deframancia, piromancia), la adivinación a través de la tierra o “geomancia” y la de codomancia o la adivinación a través de piedras preciosas (cristaloman­cia ya mencionada).

La adivinación a través del éter o los astros (astrología); la metoscopia o adivinación a través de los lunares; la oniromancia (a través de los sueños); los augurios o adivinación con base en el vuelo de las aves; y, finalmente los “presagios y profecías” de los cuales nos ocuparemos más adelante, (De Vicente, 1995), (Colin, 1999). Algunas de estas creencias ya fueron mencionadas en textos anteriores.

En diferentes culturas y en especial las greco-romanas, caldeas, mesopotámicas y africa­nas, la adivinación estaba conectada con la deidad o poder dado por el Dios del cielo.

Actual­mente en el siglo XXI todavía existen estas creencias; por ejemplo en la culturas de África (Sudán, Congo, África Central) y afroamericanas se observan esos ideales con determinados rituales y es factible tener información para curar enfermedades o prevenirlas.

Entre los ritua­les está la observación de líneas en la arena colocadas sobre una bandeja por el adivino, o la lectura del chocolate, la lectura del cigarrillo, la utilización de venenos o sustancias especiales como el yajé u otros alcaloides.

Por lo general en las culturas antiguas y aun en las actuales se utiliza el ritual de iniciación, con promesa de vida feliz en el más allá y el deseo de cono­cer la voluntad de Dios en el presente (presagio) y en el futuro, lo cual significa conocer de antemano el futuro.

Como ya se anunció anteriormente, la “adivinación” engloba el término “divina” o refe­rente a Dios y de allí convocar a Dios o los poderes de Dios y los grandes fenómenos natu­rales, desde el nacimiento hasta la muerte, los espíritus, el trueno, a la vez que se interpretan hechos de la naturaleza, como la aurora boreal, tormentas e inundaciones, terremotos, la ex­plosión de volcanes, el nacimiento de islas en los océanos, los grandes estruendos que hacen algunos hechos de la naturaleza.

Aun más, la misma epilepsia fue considerada como enferme­dad sagrada que tenía una fase anterior a las convulsiones (llamada áurea) en donde el sujeto alucinaba y podía tener presagio de buen o mal augurio (76); es así como se llegaba al presagio y aun a la profecía no sin interrelacionar estas percepciones, creencias o interpretaciones, con hechos de la naturaleza interpretándolos como mensajes de los dioses.

Otra forma de la adivinación fue la “hieroscopia” (adivinación) la cual se realizaba exami­nando las vísceras de los animales que se acaban de degollar para deducir de ello indicadores

de la voluntad divina; esto último se observó en la mitología griega en Orestes.

Antiguamente en la Ilíada de Homero, aparece cómo cuando la muerte era inminente, también desarrollaba facultades adivinatorias y así mismo ocurría al entrar en éxtasis o en un gran entusiasmo o en lugares santos o el pronunciar palabras sagradas o proféticas o los juegos o actos llama­dos “píticos” por Pitia de Delfos (serpiente pitón), la bruja de la Antigua Grecia que sentada sobre el fatídico trípode en estado de éxtasis en el Adyton, lugar prohibido, subterráneo del templo, proclamaba los deseos de Zeus.

A su vez las profecías podían ser verídicas, infalibles o ambiguas, o equívocas. De tal suerte que no siempre era todo exacto.

(Lea También:Creencias, Tradiciones, Ritos y Mitos Mágicos)

Las Mancias

Del gr. -μαντεiα significa adivinación”, “práctica de predecir”.

Breve diccionario de las Mancias antiguas: Se trae una serie de fenómenos psíquicos que se relacionan o se interpretan como ocasionados por hechos naturales, los cuales son desconocidas por la ciencia y por lo tanto el principio de causalidad se le achaca a “algo so­brenatural” y opera como una creencia.

Aeromancia: Adivinación por medio de la observación de fenómenos atmosféricos y cuerpos celestes. Se pueden realizar contemplando los rayos solares o los halos que rodean la Luna. También por medio de la interpretación de las lluvias.

Alfitomancia: Se trata de un antiquísimo método para la adivinación para determinar la inocencia de una persona. Se realizaba haciendo ingerir al acusado una masa especialmente preparada con cierto tipo de hierbas; si era inocente no le sucedía nada, pero si era culpable, experimentaría una pérdida temporal del conocimiento.

Alomancia: Sistema de adivinación en el cual se emplea un puñado de sal.

Antropomancia: Antiguo sistema de adivinación que usaban los egipcios y los griegos, consistente en observar las vísceras de las personas sacrificadas.

Aritmomancia o numeromancia: Método adivinatorio que se realiza estudiando los mensajes ocultos en los números.

Armomancia: Método utilizado en la Antigüedad para saber cuál era la persona indicada por los dioses para ser sacrificada. Se realizaba inspeccionando el aspecto físico de las posibles víctimas…

Astragalomancia: Utilización de los dados con fines adivinatorios, también llamado dadomancia.

Astromancia: Viejo sistema precursor de la astrología, consiste en observar los movimientos de los astros, para anticiparse a los acontecimientos del porvenir.

Austromancia: Arte de adivinar futuros acontecimientos sociales y políticos, a través de los vientos, las tempestades y los huracanes.

Belomancia: Originario de la antigua Babilonia, este método consistía en adivinar el futuro por medio de la observación de la trayectoria de las flechas.

Bibliomancia: Sistema de adivinación que se realizaba abriendo al azar un libro, y se interpretan los párrafos de la página que se presenta. Generalmente se utilizaban textos sagrados para esta práctica.

Botanomacia: Método de adivinación que se practica observando el humo que producen ciertas plan­tas, al ser quemadas.

Cartomancia: Pronóstico del futuro realizado a través de la tirada de cartas.

Ceromancia: Sistema adivinatorio que se practica observando los restos de una vela derretida. Cada una de las figuras que se forman, tiene un significado distinto.

Chalcomancia: Antiguo sistema de adivinación que consiste en percutir una vasija de cobre, e inter­pretar los significados de los sonidos que produce.

– Cleidomancia: Método adivinatorio que se realiza con una llave suspendida de un hilo; las inter­pretaciones se realizan de acuerdo con las oscilaciones que realiza la llave. Es un sistema similar a la utilización del péndulo…

Eromancia: Esta técnica proviene de Oriente; el consultante debe cubrir su cabeza con un manto y susurrar preguntas sobre una vasija con agua. Los movimientos que se observen sobre la superficie del agua son interpretados como vaticinios.

Espodomancia: Primitivo método de adivinación por medio de la observación de las cenizas, espe­cialmente de las que quedaban después de realizar un sacrificio.

Felidomancia: Procedente de la Edad Media, este sistema consistía en observar el comportamiento de los gatos, para adivinar el porvenir. Se tomaban en cuenta no sólo sus movimientos, sino también sus apariciones inesperadas.

Floromancia: Interpretación del futuro por medio de los pétalos de la flores.

Gelomancia: Sistema de predecir el futuro observando la forma de reír de las personas.

Geomancia: Sistema de adivinación ocular, por medio del trazado de las figuras sobre la arena o la tierra.

Ictiomancia: Adivinación por medio de la observación del movimiento de los peces. Antiguamente, se realizaba observando las vísceras de los peces ofrecidos en sacrificios.

Idolomancia: Uso de imágenes religiosas o místicas, con fines adivinatorios. Los vaticinios podrían llegar al consultante a través de sonidos u otras señales.

Lactomancia: Adivinación realizada a través de la observación del fermento de una cantidad de leche. Se analizan las formas que toma al solidificarse.

Lecanomancia: Sistema de adivinación que consiste en observar las figuras que se forman en la super­ficie de ciertas gemas sumergidas en agua.

Libanomancia: Método de interpretar los augurios que encierra el humo de los sahumerios. Se obser­van el color, la trayectoria y las figuras que forma el humo, para develar el futuro.

Logaritmancia: Método de adivinación matemático, que se vale de la interpretación del cálculo de un logaritmo determinado.

Metopomancia: Predicción del futuro de una persona, por medio de la interpretación del significado de las arrugas y las líneas de su rostro.

Miomancia: Forma de adivinar que consiste en analizar las apariciones y el comportamiento de las ratas. Antiguamente se creía que estos roedores presagiaban las pestes y los futuros conflictos bélicos.

Oculomancia: Estudio de los ojos de las personas con fines adivinatorios.

Ofidiomancia: Este sistema adivinatorio fue practicado por los egipcios, los griegos y los aztecas. Consistía en interpretar el porvenir observando el color y los movimientos de las serpientes (77).

Oinomancia: Sistema de adivinación en el cual se observa la superficie de una copa de vino. En la antigua Roma, también se tomaba en cuenta el color, el sabor y el olor de los vinos, como cualidades capaces de revelar el porvenir.

Oniromancia: Arte de interpretar el mensaje predicativo de los sueños…

Oniomancia: Es una de las formas de la quiromancia, en la cual se adivina el futuro observando las uñas de una persona.

Oomancia: También llamada ovomancia; es el arte de adivinar el porvenir observando el contenido de los huevos de distintas aves. A menudo, se efectúa derramando la yema del huevo en un recipiente con agua.

Ornitomancia: Este método proviene de la tradición mágica del Imperio Romano. Consistía en la ob­servación del cielo y las costumbres migratorias de los pájaros, a fin de anticiparse a los acontecimientos futuros.

Osteomancia: Es la adivinación y/o presagio con el juego de huesos humanos, los cuales se interpretan según la posición en que caigan.

Piromancia: Este es un término general, el cual se usa para definir todas las técnicas de adivinación que se realizan observando las llamas del fuego. Los procedimientos pirománticos varían según el objeto que se incinera (se puede usar papel, troncos, telas, etc.)

Podomancia: Adivinación por medio del estudio de las líneas de los pies, similar a la quirología, muy popular entre los antiguos chinos.

Rapsodomancia: Método derivado de la bibliomancia, en el cual se utilizan libros de poesía en lugar de textos sagrados, para adivinar el porvenir.

Sideromancia: Sistema de adivinación en el que se utiliza una plancha de metal arrojada al fuego, y luego enfriada, para analizar el significado predicativo de las figuras que se forman.

Taseomancia: Nombre general que reciben las dos prácticas que se realizan observando los restos que quedan en la taza del café (cafeomancia) o la del té (teomancia) y lo mismo con el chocolate o el caldo, luego de que el consultante haya bebido la infusión.

Transataumancia: Predicción basada en la interpretación de hechos que ocurren fortuitamente o no­ticias oídas accidentalmente.

Xilomancia: Interpretación predicativa basada en el análisis de las formas de las ramas caídas de los árboles,(78).

El “déja-vu”

Otro de los fenómenos que se presentan en las personas es el de “déja-vu” (ya vivido) que es una sensación de haber vivido anteriormente un evento. Para Freud corresponde a una fantasía inconsciente y a un recuerdo o sueño diurno, “análogas a las creaciones conscientes que todos conocemos por experiencia propia”.

En esta clase de fenómenos la sensación de “haber estado en un sitio o el haber vivido una situación o haber visto u oído tal o cual idea, frase o discurso hablado o escrito” y ahora “reconocerlo”… “es una reviviscencia que se construye” y que tiene una connotación placentera; obviamente los recuerdos que se repiten en la “déja-vu” son inconscientes.

Este fenómeno puede proceder de un sueño nocturno o diurno, y la temporalidad cambia a la sensación de que “ya pasó”; el tiempo se desplaza y se proyecta hacia atrás, al pasado, y se ubica la vivencia allá. La sensación del tiempo puede dilatarse y se vive como ya ha visto una escena o vivido esta y reconociendo la escena o el sitio (espacialidad) en el ahora.

Escenas han sido interpretadas como proféticas

En la historia estas “escenas han sido interpretadas como proféticas” dándole su con­notación mágica y omnipotente con un sentido oculto.

Aquí el lector podrá argumentar que existen casos en que el sujeto nunca ha vivido, visto tal o cual escena o lugar y que el conoci­miento que realiza en el presente es nuevo, lo que ocurre es que lo conecta con el pasado que ya vivió.

Aquí entramos en el error, la ilusión del haber vivido ya algo y en el falso recono­cimiento; recuerdo aquí, una paciente que insistía que en su vida anterior se imaginaba entrar a una casa muy grande y bella y cuando años después fue invitada ocasionalmente por otra persona, reconoció esta casa y dijo: “aquí ya estuve y yo ya la conozco y comenzó a describir los lugares” que supuestamente conocía, porque ya había estado en ellos y en la realidad no aparecía sino en su mente; en el psicoanálisis se pudo detectar que de niña, había estado en ese sitio y no lo había recordado; pero ahora volvió el recuerdo.

Personalmente puedo comunicar que en mi residencia, mucha gente ha manifestado haber estado anteriormente; mi experiencia no es suficiente para responder si era o no cierto, lo que sí puedo aseverar es que varios lugares han sido construidos o reformados no hace más de 40 años; sin embargo, las personas manifiestan el ya haber vivido esa experiencia; más a veces contestan que posiblemente eran sus sueños o en películas o en lugares parecidos, o en revistas y libros anteriormente vistos (79); pocas veces aceptan que son sus deseos mani­festados en fantasías.

Estos fenómenos se conectan con las equivocaciones en la lectura o el haber escuchado una canción o una música o ya haber conocido una persona anteriormente; muchas personas conectan o relacionan todo esto, con el más allá, con el haber vivido otras vidas, obviamente en otros mundos pasados.

Existen otros hechos como el hablar en lenguas antiguas; por ejemplo el sánscrito o ara­meo; estas pueden ser equivocaciones del léxico que nos ubican en el campo de las motiva­ciones o los orígenes de los pensamientos, los sentimientos y la lingüística.

El lector aquí podrá preguntarse de ¿si existe una herencia genética y si en ella venía co­dificada la información? Podríamos deducir o inferir que el lenguaje aprendido en los ascen­dientes, miles de años atrás, pudo manifestarse hoy día, así como recuerdos en imágenes de personas parecidas o conocidas. La ciencia todavía no se ha pronunciado sobre estos temas.

Con frecuencia sucede en la medicina en la “biología molecular”, como las relaciones que se aproximan a lo normal y cotidiano son lo que menos se investiga; es por esto por lo que Sigmund Freud, en parte, aludió a la “psicopatología de la vida cotidiana” y no a la “psicolo­gía normal o cotidiana”, en donde existen múltiples errores, olvidos, fenómenos, diferentes equivocaciones orales o escritas las cuales están sujetas a múltiples procesos psíquicos como la negación, la represión, la condensación, la disociación, el desplazamientoy otros en donde participa la témporo-espacialidad, todos estos mecanismos con sus motivaciones específicas.

Es así como nos encontramos también con la temporo-espacialidad del inconsciente y su funcionalidad en la vida psíquica o mental a través de todo el desarrollo.

La investigación que ahora debería hacerse es sobre los determinantes psicofísicos de todos los fenómenos incluyendo los que pertenecen al campo psíquico o mental, pero que parten del funcionamiento cerebral y que tienen funciones correctas o incorrectas, pero que provienen de las interconexiones biomoleculares y de la química cuántica para luego producir un abanico de posibilidades en los diferentes hechos y actos psíquicos, normales o patoló­gicos y que obviamente repercuten en un espectro de la salud y de la enfermedad biológica, psíquica o social. He aquí la interrelación de disciplinas.


75 La clarividencia es una forma de percepción extrasensorial; la palabra viene del francés “clair” por claro o transparencia y videncia de ver o “voyant”.
Este término apareció con más frecuencia en el Siglo XVII y se refiere a la capacidad de percibir objetos, personas o eventos en imágenes visuales o auditivas sin mediar una realidad externa específica; en la historia se considera que esta don puede presentarse en niños, adolescentes que predicen acontecimientos futuros o lejanos; los actos de clarividencia todavía no tienen una comproba­ción de las leyes físicas conocidas, sin embargo, la física cuántica es una posibilidad explicativa.
Existe la llamada clarividencia genética que se traspasa de generación en generación y hay personas que sostienen que es parte de la evolución humana y pertenece a habilidades que han desaparecido.
En el mundo hay institucio­nes que se valen de los clarividentes para buscar personas desaparecidas por varios motivos entre ellas por homicidios; y, aún más los departamento de policía de algunos Estados de Norte América se han beneficiado con esta supuesta forma de percepción.
A la clarividencia se asocia como ya se dice la adivinación y el fenó­meno del “tercer ojo” en que consiste en que personas en situaciones extremas en los límites con la muerte aparece la imagen o la voz de quien les indica como salvarse.

76 N.A. Esto ya está mencionado en otra parte de la obra.

77 Aquí la pregunta: ¿por qué en áreas geográficas tan distantes (Egipto y Mesoamérica) se presentaba el mismo sistema adivinatorio? La respuesta posible es que pertenece a un tendencia ancestral con respecto al objeto fóbico (serpiente) que conoce los movimientos de la vida, pues lleva el veneno (muerte) acompañado del miedo, y aparece o desaparece con astucia en forma veloz y por ende posee poderes que el humano no tiene.

78 https://compartiendorespuestas-poderes.blogspot.com/2010/06/diccionario-de-las-mancias.html, consulta­da en agosto del 2013.

79 Todo esto puede ser cierto, más cuando los espacios y objetos fueron constituidos a través de los años con los recuerdos y objetos del exterior creándose espacios semejantes y/o mezclados a los a la ya arquitectura y decoración existente.

 

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