Simbolismo de los Sueños

Dr. Guillermo Sánchez Medina.

El hombre, debido a la civilización, trasplanta sus ideas a otras y ya no vive tan sensorialmente:

Forma abstracciones, reduce sus percepciones a un esquema teórico e ideal y de aquí nace el signo; lo percibido se resuelve en un significado y la expresión es el signo que nos forjamos; los objetos perceptuales externos han quedado en tinieblas, su existencia plenaria no fue totalmente absorbida por la retina, y por lo tanto lo reducimos a signos por medio de comparaciones y de relaciones que vienen a formar el símbolo o “relación simbólica”.

No todo aquello con lo que podemos comparar un objeto o un proceso, aparece en el sueño como un símbolo.

La noción  de símbolo se confunde con  la sustitución, la representación, la significación, las cuales son distintas aunque pueden participar en parte en el proceso de simbolización. Este tema de la simbolización está desarrollado en un aparte especial.

El símbolo pertenece a una comparación indirecta de representaciones; parece singular que la asociación no consiga siempre descubrirnos y que el mismo sujeto no la conozca a pesar de servirse de ella.

Las representaciones conllevan ideas, afectos, deseos inconscientes y conflictos, siendo así que el mismo Yo no los conoce.

Los objetos que hallan en el sueño una representación simbólica son poco numerosos. El cuerpo humano en su totalidad, los padres e hijos, los hermanos, el nacimiento, la muerte, la desnudez, la casa, la iglesia, el Estado, la familia, el acto del amor, las funciones fisiológicas, etc., son objeto de simbolizaciones.

(Lea También: La Elaboración de los Sueños)

Los padres aparecen simbolizados en el sueño por el emperador y la emperatriz, el rey la reina, el presidente, el dictador, el general, el jefe y en general todos aquellos personales que representan superioridad y a quienes se les debe obediencia.

Así también se manifiestan los padres por medio de objetos de la naturaleza como el sol, la luna, un toro un león, etc. Los hermanos e hijos, pueden ser representados por pequeños animales, la mayoría de las veces por cosas secundarias en la categoría de las mismas.

El nacimiento es casi siempre representado por el agua; la muerte por medio de viajes, por enfermedades graves o ausencias de seres queridos. La desnudes por trajes.

Las partes del cuerpo pueden entrar en el campo de los símbolos y aquellos órganos que se han vivido con afecto ser simbolizados con objetos y situaciones externas; por ejemplo, el tubo gastrointestinal como la cocina, el inodoro y su cañerías; los ojos como luces, máquinas fotográficas.

Los órganos masculinos se representa por medio de objetos que de alguna manera aluden en su forma, color, función, movimiento, por ejemplo: bastones, paraguas, arboles, ferrocarriles, carros, armas, grifos, lápices y, en general, otros instrumentos similares a los que antes enunciamos: los pistones, los émbolos, las pistolas, etc.

Los órganos femeninos por casas, animales, cajas, pianos, joyas, paisajes, rocas, montañas, jardines, frutos, flores, habitaciones, ropa blanca, peras, naranjas, manzanas, otras frutas y flores, caracoles.

En general la mujer es representada por la iglesia, la capilla, la madera, el barco, las estufas, las arcas, las minas, las tabernas, castillos, hornos, fortalezas, ciudades, locomotoras, etc.

El acto sexual está representado por juegos, movimientos de viajar, resbalamientos, la escalera, la rampa, el acto de subir y bajar, en algunas ocasiones el volar, el nadar, el pelear, el funcionamiento de pistones y émbolos.

De las  fábulas, los mitos, el folklore, del estudio de las costumbres, del uso de proverbios y cantos de los diferentes pueblos y por último del lenguaje común, se extraen dichos símbolos.

Daré  algunos ejemplos. En los cuentos infantiles se usa iniciarlos:

“Había una vez un rey y una reina”… “Al jefe de una nación se le considera cómo el padre de la nación”. Los cuentos infantiles de Caperucita Roja, el de Blanca Nieves y los siete enanitos están plagados de simbolismos; para tal efecto es necesario revisar las obras respectivas.

Sólo invocando la filología comparada podremos hallar la razón por la que se ha convertido el concepto madera en símbolo femenino y materno. La palabra griega madera significa materia o materia bruta. En el Atlántico existe una isla llamada “Madeira”, nombre debido a los extensos bosques que la cubrían al ser descubiertas por los navegantes portugueses.

Madeira significa en portugués: madera, palabra derivada del latín “materia”, que significa materia en general y es, a su vez un derivado de mater; por lo tanto, madera y mujer madre tienen cierto paralelismo.

El nacimiento se halla generalmente simbolizado en el sueño, como lo expresamos antes, por la intervención del agua o por salir de la oscuridad a la luz; nos sumergimos en el agua o emergemos de ella, o bien, salimos de una cueva oscura a la luz.

Este símbolo posee un doble enlace con la realidad biológica; en primer lugar, y está es la relación más lejana y primitiva, todos los mamíferos terrestres descienden de animales acuáticos , pero además todo mamífero y todo ser humano pasa la primera fase de su existencia sumergido dentro de agua con cierta privación de la luz.

En el Génesis mismo está escrito: “La tierra, empero, estaba informe y vacía, y las tinieblas cubrían la superficie del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre las aguas. Dijo, pues, Dios: Sea hecha la luz y la luz quedó hecha”.

En algunos de los países nórdicos existe dentro de los niños la creencia de que los recién nacidos son sacados de los estanques por la cigüeña. En Latinoamérica la creación u origen del hombre surgió de una laguna y de una rana.

Así mismo, en otros pueblos se presentan mitos semejantes. Con respecto al saber, no se entienda que el individuo o el durmiente sepa todo esto conscientemente; más aún, no tiene necesidad de saberlo.

El gran filólogo Sperber, ajeno a la labor psicoanalítica, ha formulado la teoría de que las necesidades sexuales han intervenido esencialmente en la génesis y la evolución de la expresión oral. Recordemos que los primeros sonidos articulados sirvieron para comunicar las ideas.

El desarrollo ulterior de las raíces de la lengua acompañó la organización del trabajo en la humanidad primitiva. Las faenas eran efectuadas en común y con el acompañamiento de expresiones orales rítmicamente  repetidas, resultando así un desplazamiento de la libido sobre el trabajo. Poco a poco la palabra se desligó de su significación libidinal (oral, anal, fálica, genital) para enlazarse a otro significado.

La relación simbólica sería pues una supervivencia de la antigua identidad de las palabras. Objetos que antiguamente tuvieron el mismo nombre que aquellos otros referentes   al sector y ala vida genital son los que hoy aparecen en los sueños a títulos de símbolos de dicha esfera y de dicha vida.

Resta por decir aquí que el simbolismo es otro de los factores de deformación de los sueños, independiente de la censura, pero que a su vez ésta se sirve de él.

Conviene citar los cuatro ejes fundamentales de las funciones que hacen parte para producirse el proceso de pensamientos; aquéllos son: el integrador, el lingüístico, el discursivo y el conceptual; cada uno de estos ejes coordina una serie de funciones mentales que se interrelacionan unas con otras. Estas funciones dinámicas y formales dan como resultado el producto mental ya sea gráfico, verbal y/o conceptual. (Sánchez Medina, G. 1983).

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