Colofón: Todos los Instantes son para Enseñar y Aprender
Dr. Álvaro Monterrosa Castro, M.D
Según el Diccionario de la Real Academia Española de la lengua, profesor es una persona que ejerce o enseña una ciencia o un arte.
Para mí esta es una definición que de veras se queda corta, porque un profesor, además de enseñar una ciencia o un arte, es un amigo que guía a sus estudiantes, no sólo en lo referente a la academia, sino también en las distintas situaciones de la vida.
No se equivocó Henry Adams al decir: “El maestro deja una huella para la eternidad; nunca se puede decir cuando se detiene su influencia”, y es que sus enseñanzas, sus orientaciones y sus consejos se quedan gravados en la memoria de por vida e incluso se llegan a utilizar o a poner en práctica cuando menos se espera.
(Lea También: Historias para Conocer y Recordar Tomo II, Fuentes Bibliográficas)
No se necesita estar vinculado a un programa académico formal para que el maestro pueda realizar en toda su profundidad la enseñanza y dejar una luz brillante para el futuro.
En todos los ámbitos, hasta en un lugar aparentemente alejado de la academia, puede aportar una letra, una palabra, una frase, un argumento entregado con esmero y sin pausas, para generar una estructuración básica, real, sólida, que redunde en beneficios para la vida profesional y personal. Una enseñanza basada en las investigaciones y en los adelantos, pero también enriquecida con la experiencia y la trayectoria del docente.
Muchos docentes del Departamento de Ginecología y Obstetricia de la Facultad de Medicina de la Universidad de Cartagena han cumplido desde tiempos remotos con la exigencia señalada.
Ellos, con una gran convicción, con dedicación y mucho amor han tallado y contribuido a fortalecer a una juventud de médicos que pronto se regó exitosa por la Costa Caribe de Colombia, por el país y por el mundo.
Profesores con grandes virtudes, inmensos defectos, cargados de un cúmulo de contradicciones; también con vacíos, en esencia muy humanos, por tanto, inmensamente llenos de todo lo bueno y todo lo malo que hace al hombre ser hombre. Profesores que, sin ser santos ni superdotados, brindaron y brindan sin egoísmos una formación integral, respetando el libre desarrollo de la personalidad, dentro de los parámetros de la ética.
Profesores con intereses, cortados con distintas tijeras, inmersos en la realidad social y política que les tocó vivir, se enfrentaron en ocasiones en medio de controversias y debates, e incluso acompañados de los fieros lobos de dientes largos y afilados que protruían amenazantes entre las fauces abiertas, conocidos como los odios voraces, propios de una sociedad en convulsión a punto de entrar en erupción. Amén del enfrentamiento cognitivo y conceptual que hace universal a la universidad.
Las numerosas cohortes de egresados del postgrado de Ginecología y Obstetricia de la Facultad de Medicina de la Universidad de Cartagena, han podido beber del conocimiento y llenarse de la sabiduría del docente, aprendiendo en un entorno exigente, con respeto mutuo y fraternidad, con la ambivalencia propia del entorno y los tiempos.
Ellos esperan que las futuras generaciones de médicos también puedan con serenidad contemplar a una Escuela Médica que ha perdurado y crecido con el paso de los años, hecha a pulso, empujada por décadas y engrandecida por una pléyade de hombres que forjaron la historia, los documentos y los numerosos acontecimientos que han sido presentados; Historias para conocer y recordar que han sido narradas con luces y sombras, para dejar en primer plano la evidencia, pero también lo subliminal del mundo académico, rico en vocación de servicio y opulento en compromiso ético y profesional.
Este se ha escenificado en las salas de maternidad o del pabellón de Ginecología del Hospital ‘Santa Clara’, del Hospital Universitario de Cartagena y de la Clínica de Maternidad ‘Rafael Calvo’, las tres instituciones que son emblemas o símbolos perennes del Departamento de Ginecología y Obstetricia de la Facultad de Medicina de la Universidad de Cartagena.
La expectativa del Departamento de Ginecología y Obstetricia de la Facultad de Medicina de la Universidad de Cartagena, es que sus alumnos egresados del postgrado sigan siendo los líderes de la profesión y de los distintos accionares que se dan en nuestra región y en el país.
Que sean pragmáticos impulsadores del desarrollo, en gran medida autónomos y sumamente analíticos, trascedentes, de gran valor personal, generadores de un favorable impacto social y abanderados con conciencia plena y amplia de la historia de la institución educativa que les aportó luces y formación.
Médicos de la Ginecología y la Obstetricia, que sean capaces de dinamizar el desarrollo de la comunidad humana. Los ciudadanos que deben estar en el interior de la sociedad, para cambiarla y hacerla evolucionar. Especialistas que a diario sean hombres íntegros y valiosos, porque el saber es mar, y el deber, el faro que ha de alumbrar.
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