Evaluación y Manejo del Paciente con Conducta Suicida en el Servicio de Urgencias

3.1.3 

27. En la valoración de un paciente con conducta suicida se recomienda la evaluación sistemática de la presencia de factores de riesgo y la identificación de las características más relevantes del intento de suicidio, preferiblemente mediante formatos estandarizados, y documentando correctamente toda la información en la historia clínica. (avalia-t 2012)

Recomendación D

28. Los profesionales no especializados en salud mental deberían recibir una adecuada formación en la evaluación de pacientes que acuden por una conducta suicida. (avalia-t 2012)

Recomendación D

29. La presencia de un «contrato de seguridad» no garantiza en modo alguno la seguridad real de la persona. No hay evidencia de que actúe como un impedimento para el suicidio. (NZGG 2008)

Recomendación D

Suicidio - Recomendación Trazadora 30. Cualquier persona que busque asistencia en urgencias después de un acto de autoagresión deliberado, independientemente de su intención, o que está expresando ideación suicida, debe ser evaluada por un psiquiatra. (NZGG 2008)

* En caso de no existir disponibilidad inmediata de un psiquiatra se deberá asegurar la atención por un profesional (médico general o psicólogo) con entrenamiento en mhGAP que asegure la atención inicial mientras se logra la remisión a unidad de salud mental que cuente con psiquiatra o se logre atención por tele psiquiatría.

Recomendación D

(Lea También: Tratamiento de la Conducta Suicida en Atención Especializada (Salud Mental))

Puntos de buena práctica

  • Todos los pacientes que acudan a un servicio de urgencias por una conducta suicida. Deberán ser catalogados en el triage de tal forma que se asegure su atención dentro de la primera hora desde su llegada. (avalia-t 2012)

  • Se propone la versión breve del cuestionario de riesgo de suicidio de Horowitz para ser empleado por el personal encargado del triage en el servicio de urgencias con aquellas personas que acuden por conducta suicida y en las que no existe una afectación grave de su condición física. (avalia-t 2012)

  • La evaluación del paciente con conducta suicida deberá realizarse en un ambiente de privacidad, confidencialidad y respeto. (avalia-t 2012)

  • Durante la estancia de un paciente con conducta suicida en el servicio de urgencias deberán adoptarse todas aquellas medidas disponibles de seguridad que impidan la fuga y las acciones de auto o heteroagresividad. (avalia-t 2012)

  • El médico de urgencias, además de valorar la alteración de la condición física del paciente con conducta suicida. Deberá realizar siempre una evaluación psicopatológica y social básica. (avalia-t 2012)

  • Los pacientes con un intento de suicidio deberán ser valorados por un psiquiatra y/o un psicólogo clínico. Cuando así lo considere el médico de urgencias. (avalia-t 2012)

  • La derivación al psiquiatra y/o al psicólogo clínico por parte del médico de urgencias deberá realizarse cuando el paciente esté plenamente consciente y pueda llevarse a cabo una adecuada valoración psicopatológica. (avalia-t 2012)

  • En ocasiones podrá diferirse la evaluación psiquiátrica del paciente, derivándose con carácter prioritario a un servicio de psiquiatría, con el acompañamiento de los familiares. (avalia-t 2012)
  • Se deberán fortalecer los siguientes aspectos de la atención a las personas con ideación y/o conducta suicida:
    – Comunicación entre pacientes y profesionales
    – Actitud empática y respetuosa de los profesionales
    – Acceso a la consulta especializada
    – Información sobre la ideación y/o conducta suicida a pacientes,     cuidadores, familiares y allegados (avalia-t 2012)

  • Si la persona no es hospitalizada, deben tomarse las medidas apropiadas para el seguimiento oportuno por parte del prestador de servicios de (por ejemplo, profesional de salud, etc.) dentro de las 24 horas. (NZGG 2008)

  • Las razones para no hospitalizar deben estar claramente documentadas en la historia clínica de la persona. (NZGG 2008)

  • Todos los clínicos que trabajan con personas que se autolesionan o son suicidas deben estar bajo supervisión clínica regular para mitigar el impacto negativo que este trabajo puede tener tanto en ellos como en la calidad de su trabajo con personas suicidas. (NZGG 2008)

3.1.4 Componentes clave de una evaluación psiquiátrica / psicosocial

31. Al realizar una evaluación del riesgo de suicidio siempre tenga en cuenta la presencia de una enfermedad mental concomitante. En particular los siguientes diagnósticos, que están asociados con un mayor riesgo:

  • Depresión mayor – factores de riesgo agudos: anhedonia severa, insomnio, ansiedad.
  • Abuso de sustancias: factores de riesgo agudos: depresión co-mórbida, pérdida o ruptura interpersonal reciente.
  • Esquizofrenia: factores de riesgo agudos: edad <40, cronicidad de la enfermedad con exacerbaciones frecuentes, conciencia del deterioro y mal pronóstico, depresión.
  • Trastorno de personalidad límite o trastorno de personalidad antisocial – factores de riesgo agudos: trastornos comórbidos del Eje I, particularmente depresión. (avalia-t 2012)

Recomendación B

32. Informe a los cuidadores y a otros miembros de la familia que preguntarle a una persona directamente acerca del suicidio a menudo reduce la ansiedad que rodea el sentimiento. La persona se puede sentir aliviada y mejor comprendida.

(mhGAP 2016)

33. Los cuidadores de las personas que están en riesgo de autolesión con frecuencia tienen mucho estrés. Ofrezca apoyo emocional a los familiares / cuidadores, si lo necesitan.

(mhGAP 2016)

34. Informe a los cuidadores que aunque se puedan sentir frustrados, es recomendable que eviten las críticas severas y la hostilidad hacia la persona que está en riesgo de autolesión.

(mhGAP 2016)

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