Atención a los Lesionados según su Clasificación

Atención a los Lesionados según su Clasificación. Resulta a menudo difícil tratar de asignar prioridades estando frente a un gran número de lesionados. Pues se corre el riesgo de orientar los esfuerzos tratando de salvar un lesionado crítico sin posibilidades de supervivencia. Mientras otros menos críticos hubiesen podido sobrevivir con intervenciones simples tales como despejar vías respiratorias, controlar una hemorragia o prevenir el shock.

El procedimiento del triage implica decisiones complejas, las cuales deben ser tomadas por personal debidamente entrenado.

El personal de salud debe estar preparado para afrontar los problemas de tipo sociológico que se sabe afectan tanto a los lesionados y afectados en general. Como al personal de salud y socorro que les presta auxilio.

La utilización de procedimientos sencillos y uniformes, económicos en recurso humano y material, puede dar como resultado la disminución de la mortalidad.

A continuación se plantea el tipo de lesionados que en teoría, deben ser clasificados dentro de cada color y sus normas de manejo. Sin embargo la flexibilidad es la clave, puesto que es la magnitud del desastre, la ubicación y disponibilidad de recursos lo que determina la clasificación definitiva de los lesionados.

Los PRINCIPIOS GENERALES en la atención de los lesionados según su clasificación son:

  •  Salvar vidas es la prioridad.
  •  Aplazar actividades electivas o de mayor complejidad (aplazar cierre de heridas primarias, utilizar férulas en vez de yesos).
  •  Simplificar al máximo los procedimientos.
  •  Asignar funciones a todo el personal de salud y de socorro.
  •  Llevar registros en forma adecuada.
  •  INFORMAR oportunamente al Puesto de Mando Unificado.

Lea También: Atención a Lesionados de Cuidados Intermedios o Diferibles Prioridad II Amarilla

A. Atención a Lesionados Críticos Recuperables Prioridad I Roja.

La atención a los Lesionados según su Clasificación en este grupo son los que presentan:

Problemas respiratorios en general

  •  Heridas en tórax con dificultad respiratoria.
  •  Paro respiratorio o cardiorespiratorio presenciado o reciente.
  •  Neumotórax a tensión.
  •  Asfixia traumática.
  •  Asfixia por gases inhalados.
  •  Heridas deformantes en cara o maxilofaciales.
  •  Múltiples heridas.
  •  Evisceración.
  •  Abdomen agudo.
  •  Lesión de columna con compromiso
  •  cervical incompleto.

Shock o riesgo de shock por:

  •  Hemorragias severas.
  •  Sindrome de aplastamiento.
  •  Quemaduras eléctricas.
  •  Quemaduras de 2º grado y mayores de 20% en extensión.
  •  Por quemaduras de 3º grado en cara, manos, pies mayores del 10%.
  •  Taponamiento cardíaco.
  •  Avulsiones extensas.
  •  Fracturas abiertas o múltiples heridas graves.

Otras:

  •  Exposición de vísceras.
  •  Histéricos o en estado de excitación máxima.
  •  TEC grado III (Glasgow 4-8).
  •  Status convulsivo.

Gineco – Obstétricas:

  •  Trabajo de parto activo.
  •  Sangrado vaginal abundante.

Personal de apoyo:

  • Auxiliadores con lesiones de alguna consideración, quienes puedan por esto desviar la atención del resto de los compañeros del grupo.

Se pueden plantear una serie de recomendaciones sobre el manejo de este tipo de lesionados, dependiendo del nivel de triage. Recuerde que los lesionados críticos recuperables se hacen irrecuperables a medida que transcurre el tiempo sin recibir atención.

Las principales medidas terapéuticas en este grupo son mantener permeable la vía aérea y reemplazar el volumen sanguíneo.

A nivel del triage primario y secundario, se debe revisar claramente el criterio de clasificación, debido a la tendencia de querer incluir a todos los lesionados críticos en esta prioridad, olvidando la posibilidad real de sobrevivencia.

En el triage terciario se debe tener en cuenta:

  1.  Hacer una estricta reclasificación al ingreso al hospital y dentro del área roja.
  2.  Revisar y disponer de inmediato del mayor recurso posible de quirófanos, sangre, instrumental y personal.
  3.  Considerar inicialmente los procedimientos quirúrgicos cortos.
  4.  Dar prioridad a los lesionados con diagnóstico claro, hemoclasificados y con maniobras de estabilización que les permita soportar el acto anestésico.
  5.  Si es posible, utilizar cirujanos hábiles y rápidos en los procedimientos iniciales y relevarlos luego con el resto del personal.
  6.  No olvidar hasta donde sea posible, mantener los cuidados de asepsia y antisepsia, lo cual permite reducir las complicaciones posteriores.
  7.  Utilizar los equipos de Rayos X y los exámenes de laboratorio solamente si el criterio clínico, por si mismo, es insuficiente para establecer el diagnóstico. Los exámenes de laboratorio esenciales para situaciones de desastre son: Hemoglobina, hematocrito, recuento de blancos, glicemia, hemoclasificación y pruebas cruzadas, citoquímico de orina, nitrógeno ureico, ionograma y gases arteriales.
  8.  Manejar los lesionados admitidos para hospitalización con historia clínica completa; la tarjeta sólo es útil como medio de remisión.
  9.  La fase crítica de la emergencia se debe manejar con los recursos propios, cualquier ayuda externa tarda en llegar y es de difícil adaptación al medio.

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