Anexo No.1 Evaluación de Daños y Necesidades en Salud para Situaciones de Desastre
Introducción – Evaluación de Daños y Necesidades en Salud
La evaluación de los daños y necesidades en salud es una medida de fundamental importancia para la toma adecuada de decisiones. Que implica no sólo la salud de la población de los damnificados y de los afectados. Sino también las condiciones sanitarias que existen como consecuencia del evento en sí. Además de la evaluación de los establecimientos que ofrecen los servicios de salud.
El proceso de evaluación de necesidades en salud se realiza en la zona del desastre con el fin de determinar el tipo y la extensión de los efectos sobre la salud de las poblaciones afectadas. Los daños y las áreas que requieran ser intervenidas con mayor urgencia. (Lea también: Capítulo 7 Guía para la Evaluación del Plan Hospitalario Para Emergencias)
La evaluación de los daños no es un proceso fijo y estático, por el contrario, es dinámico y cambia con la situación que se genera día a día, por lo cual debe llevarse a cabo periódicamente mediante instrumentos que permitan confirmar cuáles son las necesidades de los sectores más afectados y determinar específicamente los aspectos cuantitativos y cualitativos de la asistencia sanitaria.
Éstos se deben determinar, aún cuando no se haya complementado todo el proceso de evaluación.
La información que se recopila en las ocho primeras horas permite responder a necesidades más urgentes para tratar de aliviar el sufrimiento humano.
Es de fundamental importancia contar con los datos de las 48 a 72 horas siguientes al desastre, para cuantificar los costos de los daños y la necesidad de los recursos para su rehabilitación o reconstrucción.
Lea También: Interrupción de los Servicios Básicos en una emergencia
Áreas Esenciales en la Evaluación de Daños en Salud
Vigilancia epidemiológica y seguimiento de las enfermedades trazadoras
La epidemiología es una de las mejores herramientas para el seguimiento y el control de la morbimortalidad de los desastres, ya que permite establecer las prioridades para focalizar la ayuda humanitaria.
La epidemiología nos sirve para conocer con anticipación el perfil de salud de las áreas vulnerables y para planificar las actividades de respuesta.
Sin embargo, tiene su mayor utilidad en la etapa de respuesta, en la cual la conducción precoz de una evaluación apropiada de los daños, más la información de la evolución de la morbilidad y de los factores de riesgo para la salud en una comunidad, nos permite identificar las necesidades urgentes y establecer las prioridades de apoyo a la población afectada.
Los datos que nutren la información para el proceso de evaluación de los daños deben recogerse rápidamente bajo condiciones altamente adversas y las múltiples fuentes de información se deben integrar para el análisis.
Pueden existir circunstancias y fuerzas que impidan el flujo de un paso a otro en el ciclo de la vigilancia: el ciclo desde la información hasta la acción debe completarse rápida, precisa y repetidamente.
La mortalidad y la morbilidad de una población afectada por un evento adverso están determinadas por el tipo de desastre.
El sistema de vigilancia epidemiológica rutinaria debe instituir mecanismos de alerta y de contingencia, con un listado de las posibles enfermedades relacionadas con cada tipo de desastre, establecer un sencillo programa de recolección de datos y poner en marcha programas de control de las enfermedades.
Potencial Epidémico
Los desastres provocan alteraciones directas e indirectas sobre la salud de la población: durante el evento pueden existir heridos, traumatizados o similares, es decir, pacientes con enfermedades agudas y urgentes. Después del evento, las condiciones de salubridad del medio, así como las condiciones del hábitat, pueden provocar la aparición de otras enfermedades consideradas como trazadoras.
Las enfermedades trazadoras se han establecido en función de estudios epidemiológicos y de seguimiento en desastres en diversos países; muchas de estas enfermedades son consecuencia de elementos del medio ambiente y de los sistemas habilitados para la población afectada.
Su solución no depende exclusivamente del sector salud; la coordinación intersectorial es de vital importancia en el manejo de la situación, tanto en el intercambio de la información como en la definición de prioridades.
Factores epidemiológicos determinantes del potencial epidémico
La información previa, conjuntamente con la evaluación de los daños, debe señalar e identificar con claridad los factores de riesgo a que está sometida o expuesta la población, de tal modo que se puedan elaborar planes de control adecuados en cada situación.
Los principales factores que generalmente cambian y que están relacionados con la aparición de enfermedades o brotes epidémicos, son los siguientes:
Cambios de la morbilidad preexistente
Proporcional al grado de endemia y a la introducción de enfermedades transmisibles, así como el aumento de la morbilidad por enfermedades endémicas en las poblaciones locales y enfermedades de mayor frecuencia: infecciones respiratorias agudas, diarreas inespecíficas. (Ver: Bibliografía PHE)
Cambios ecológicos resultantes del desastre
Agravan o reducen el riesgo de enfermedades transmisibles.
Desplazamiento de poblaciones (migración)
- La población se traslada a lugares próximos y a zonas ubicadas a cierta distancia.
- Migración de poblaciones rurales hacia zonas superpobladas
- Migración de zonas urbanas a zonas rurales.
Cambios en la densidad de la población
- Refugios, alimentos y agua en zonas menos afectadas.
- Hacinamiento en locales públicos: escuelas, iglesias.
Desarticulación de los servicios públicos
- Se verán interrumpidos los servicios de electricidad, teléfono, agua y alcantarillado.
- Agravando el peligro de enfermedades transmitidas por alimentos y agua.
25. Organización Panamericana de la Salud, Manual de evaluación de daños y necesidades en salud para situaciones de desastre Ecuador: OPS, © 2004. (Serie Manuales y Guías sobre Desastres, Nº 4)
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