Conflictos de Interés para Dermatitis de Contacto Ocupacional

Los conflictos de interés se presentan cuando un autor o las instituciones a las que esté afiliado tienen relaciones económicas o personales que influyen inadecuadamente (sesgan) sus juicios o acciones, y existen independientemente de que el individuo en cuestión crea que las mencionadas relaciones pueden afectar o no su juicio.

Estos conflictos son inevitables en la práctica y rara vez descalifican a un autor para participar en el desarrollo de un trabajo como el de la presente Guía, por lo que no se aspira a eliminarlos, pero se considera que es importante advertir a los lectores sobre cualquier conflicto potencial.

En consecuencia, a todos los involucrados en el proceso de creación de la Guía se les pidió hacer explícitas todas las relaciones que puedan ser origen potencial de conflictos de interés mediante el diligenciamiento del formato correspondiente. (Lea también: Resumen Estructurado de la Guía Dermatitis Ocupacional)

El resultado de la indagación a cada uno de los autores se presenta en el siguiente cuadro

Autores para Dermatitis de Contacto Ocupacional

En la tabla anterior se marca con X las respuestas afirmativas que cada uno de los autores declaró como posible conflicto de intereses.

a. En los últimos cinco años he tenido actividad clínica o profesional que incluye pacientes con la patología o sitios de trabajo en los que existe el factor de riesgo objeto de la Guía.

b. Tengo publicaciones científicas, actividad investigadora o de consultoría en curso, en el campo del objeto de la presente Guía (con independencia del origen de su financiación).

c. En los últimos cinco años he aceptado financiación o patrocinio de una organización que se pueda beneficiar de los resultados de esta Guía.

d. En los últimos cinco años he sido empleado de una organización que se pueda beneficiar de los resultados de esta Guía.

e. Poseo acciones de bolsa, bonos, etc., de una organización que se puede beneficiar de los resultados de esta Guía.

f. Soy autor o coautor de alguno de los estudios mencionados en las referencias de la Guía.

g. En consecuencia, declaro que tengo un conflicto de interés potencial.

Introducción

La piel es un órgano extenso y complejo, dinámico e integrado que tiene muchas funciones. Interviene en procesos como la regulación de la temperatura, la recepción neurosensorial, la secreción glandular exocrina, y actúa como barrera de difusión, al tiempo que brinda soporte mecánico.

Además, participa en los procesos de respiración, en la biotransformación de la proformas de la vitamina D (alfa tocoferol) y el metabolismo del calcio sistémico.

Se divide anatómicamente en tres capas principales (epidermis, dermis e hipodermis). La epidermis está compuesta histológicamente por un epitelio escamoso estratificado queratinizado, derivado embriológicamente del ectodermo, en el cual el 80% de sus células son queratinocitos y el 20% restante está conformado por melanocitos, células de Langerhans y células de Merkel.

La epidermis lleva a cabo el proceso de proliferación, diferenciación y queratinización ordenadamente y se puede especializar en estructuras queratinizadas duras (pelo, uñas) o en glándulas exocrinas (sudoríparas y sebáceas) (Gamboa, 2000; Freedherg y cols., 1999).

La membrana basal separa la dermis de la epidermis y está compuesta principalmente por tejido conectivo denso irregular, dentro de una matriz de fibras de colágeno, elásticas y reticulares inmersas en una sustancia fundamental amorfa constituida por diferentes proteoglicanos.

Desde el punto de vista histológico, en la dermis predominan fibroblastos, mastocitos, plasmocitos, linfocitos extravasados y macrófagos. La dermis es alimentada por una gran cantidad de pequeños vasos sanguíneos y linfáticos. Los nervios también cursan a lo largo de esta capa.

La capa más superficial (dermis papilar) está conformada por tejido conectivo laxo y está muy vascularizada. La hipodermis está compuesta principalmente por tejido adiposo y fibroso que sujeta la dermis a los ligamentos, músculos o huesos subyacentes (Gamboa, 2000; Freedherg y cols., 1999).

El sistema inmunológico sistémico y, principalmente, el sistema inmune cutáneo, definidos como el complejo de células interactuantes en la respuesta inmune y factores humorales presentes en la piel humana, desempeñan un papel predominante en las funciones de defensa de este importante órgano.

En el medio ambiente laboral la piel está sujeta a un sinnúmero de agresiones que incluyen irritación, fototocixidad, hipersensibilidad por contacto, efecto nocivo de los rayos ultravioleta e incluso carcinogénesis.

La exposición a sustancias en las diversas tareas y puestos de trabajo puede provocar enfermedades de la piel, debido a la presencia de un gran número factores de riesgo, lo que dificulta tener un criterio general para las posibles condiciones de exposición y sus desenlaces.

Por lo anterior, resulta complejo sugerir un método unificado para el abordaje de la totalidad de los agentes agresores reconocidos en los ambientes de trabajo que pueden causar dermatitis ocupacional. De tal forma, esta guía plantea una estrategia de acción principalmente para las sustancias químicas, debido al gran peso que tienen en el origen de la dermatitis ocupacional.

La exposición de la piel a factores de riesgo diversos en los ambientes laborales y los trastornos dermatológicos resultantes son un problema significativo en Colombia; las pérdidas sociales y económicas por este motivo son considerables tanto para los trabajadores como para los empleadores y para el Sistema de Seguridad Social Integral.

A pesar de que la piel tiene la capacidad para soportar varias de las agresiones del ambiente, en variados ambientes laborales la situación particular de la exposición, la naturaleza y efectos potenciales de los agentes ambientales, la reiteración del ataque y las condiciones personales llevan a que, hoy en día, la piel sea un órgano con gran afectación. A esto se suma el agravante de que algunos trabajadores traen enfermedades latentes y presentan ciertos rasgos físicos, mentales y hereditarios que se acrecientan en uno u otro grado por el trabajo.

La promoción y prevención de los elementos convergentes en los trastornos dermatológicos y el conocimiento de la dermatitis de contacto ocupacional por parte de los participantes en el Sistema de Seguridad Social Integral son estrategias que permiten fortalecer la información, el diagnóstico, el tratamiento y la rehabilitación de la población trabajadora frente al impacto de esta enfermedad profesional.

Por estas razones, el Ministerio de la Protección Social establece el desarrollo de la Guía de atención integral para salud ocupacional para dermatitis de contacto irritativa y alérgica basada en la evidencia, con la cual se espera responder eficiente y adecuadamente a la problemática planteada.

Esta Guía constituye fundamentalmente una herramienta para la toma de decisiones frente a las dermatitis de contacto irritativa y alérgica asociadas a la exposición laboral a agentes relacionados con la producción de las mismas, en la cual se recomiendan cursos de acción óptimos y eficientes (pasos críticos), pero no se definen mínimos de desempeño, ni se formulan programas o políticas.

Esta Guía contribuye a determinar el origen, pero no define metodologías o procedimientos específicos para la evaluación y el control. Dado que las recomendaciones fueron emitidas con base en la mejor evidencia disponible, no adoptarlas debería tener una justificación lo suficientemente sustentada.

Se espera que el seguimiento de las recomendaciones por parte de los profesionales a quienes va dirigida la Guía permita mejorar la consistencia y la calidad de la atención que se les brinda a los trabajadores, así como la eficiencia y efectividad de la utilización de los recursos, y contribuya a reducir la brecha entre la producción del conocimiento y su utilización en la prevención.

Igualmente se espera que esta guía sirva para llamar la atención a los médicos de diferentes especialidades sobre la importancia de la ocupación como causa de dermatitis de contacto en el adulto, del diagnóstico preciso en los estadios tempranos y remediables de la enfermedad, así como de la necesidad de la comunicación entre los clínicos y los médicos ocupacionales para el manejo adecuado de los trabajadores afectados por esta enfermedad.

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