Recién Nacido con Asfixia Perinatal GPC, Metodología

4. Metodología

4.1 Marco conceptual 

Las guías para la práctica clínica (GPC) basadas en la evidencia han sido definidas como:

“Recomendaciones desarrolladas sistemáticamente para asistir a los profesionales de la salud y a los pacientes en la toma de decisiones respecto al cuidado de salud más apropiado. En circunstancias clínicas específicas”(1).

Representan la síntesis de grandes volúmenes de conocimiento en un formato apto para ser usado por quienes participan en la toma de decisiones sobre la salud. (Lea también: Recién nacido con asfixia perinatal, alcance y objetivos)

Esto incluye a médicos y a otros profesionales de la salud que prestan directamente el servicio, administradores, hacedores de políticas, actores de sistemas de aseguramiento, pacientes y sus familias. Cuando las GPC se desarrollan siguiendo métodos rigurosos son consideradas como una forma de investigación original integradora(2;3).

Las GPC están dirigidas a problemas específicos del sector salud y pueden referirse a diagnósticos clínicos, síndromes o a condiciones clínicas generales. La hipótesis subyacente a las GPC es considerar que una actuación adecuada en el momento oportuno de cada fase de la historia natural de la enfermedad.

Supone evitar el inicio de muchas patologías. Produce una mejora en su pronóstico y en su calidad de vida. Reduce las complicaciones y disminuye los costos asociados a las fases más avanzadas.

GPC proponen todas las actividades que hay que realizar por parte del personal de salud en todos los niveles de atención. A lo largo de la historia natural de la enfermedad. Precisando la relación entre los profesionales y definiendo el sistema de evaluación(4).

(Lea También: Asfixia Perinatal, Aspectos Generales en la Metodología)

Las GPC basadas en evidencia

GPC basadas en evidencia, desarrolladas rigurosamente y con independencia editorial son potentes herramientas de mejoramiento de la calidad de los servicios de salud.

La elaboración de GPC exige la conformación de grupos expertos, asesores metodológicos y otros actores involucrados o afectados por los procesos asistenciales. Se requiere de una participación amplia de numerosos actores del proceso en momentos definidos del mismo. Adicionalmente se debe contar con revisores externos al proceso y árbitros locales e internacionales que den fe de su calidad y pertinencia.

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