El antiguo Imperio Persa: historia y legado para la humanidad

En el vasto tapiz de la historia antigua, el Imperio Persa emerge como una colosal potencia que dejó una huella indeleble en el escenario mundial. Desde su surgimiento en el siglo VI a.C. hasta su eventual caída ante las conquistas de Alejandro Magno, el Imperio Persa encarnó una combinación única de grandeza militar, administrativa y cultural que trascendió las fronteras geográficas de su tiempo. Desde las majestuosas obras de Ciro el Grande hasta las conquistas de Darío I y Jerjes I, la historia persa es un relato fascinante de ambición, diplomacia y legado duradero.

En este artículo, exploraremos los rincones más fascinantes y poco conocidos de este antiguo imperio, desde sus orígenes humildes hasta su extraordinaria expansión y su perdurable influencia en la historia del mundo.

Historia del Imperio Persa

El antiguo Imperio Persa fue conocido por sus majestuosas estructuras en el desierto, riquezas y destreza militar. Gobernado por reyes de gran poder y ambición, lograron conquistar desde el norte de África hasta Asia.

Para construir un imperio de gran legado en la historia de la humanidad como el persa, necesitaron de extraordinarios avances en ingeniería. No sólo en la construcción de sus palacios sino en la creación de carreteras, puentes y canales.

Alrededor de 4.000 años A.C., dos tribus nómadas se asentaron en la meseta iraní, un territorio fértil pero con una altas temperaturas, al norte se encontraban los medos y al sur los persas. Tribus que se interesaron más por sobrevivir que por conquistar.

A medida que fueron dejando estas costumbres nómadas se vieron en la obligación de establecer una fuente de agua, que no descubrirían en lugares comunes como ríos. Sino en el sitios menos explorados (debajo de la tierra entre las rocas), hazañas realizadas por los hechiceros de la tribu, los cuales eran mitad médicos y mitad ingenieros, logros importantes para establecer las bases de su imperio.

Al tener una fuente hídrica ya instaurada para el desarrollo de sus ciudades, sólo faltaba encontrar una forma de transportarla a las distintas zonas donde se requería. Creando así, túneles de irrigación de gran ingeniería. Lo cual permitió llevar el agua a grandes distancias por terrenos escarpados y calurosos sin pérdida por evaporación.

Ciro el Grande

Imagen de Farkhod Vakhob en Pixabay

En el año 700 AC estas tribus se guiaban por la ideología de Aquemenes, quien dio inicio a la civilización Persa, luego esta prosperaría por la llegada de uno de los reyes más importantes de la época conocido como Ciro el grande. Quien por su astucia militar llevó a Persia a celebrar sus primeras conquistas, además se destacaría por su inteligencia militar y genialidad política, siendo un gobernante eficaz y justo considerado por los historiadores como humanista y por los persas como padre.

Ciro el Grande comienza a gobernar en el año 580 A.C., poniendo fin a la dinastía aquemenida reestructurando la arquitectura y cambiando así el curso de la historia para los persas.

En el año 554 A.C., Ciro ya había derrotado a todos los opositores que habían hecho frente a su mandato, unificando a Persia un una ideología, es entonces cuando él decide realizar uno los proyectos más ambiciosos del momento: crear un imperio, para ello debía tener una capital que estuviera a la altura de su ambicioso proyecto.

Parsagadas

La capital que mostraría la importancia y poderío político de los persas seria Pasargadas, ubicada en la actualidad en Irán. Para ello implementó las mejores ideas que tomó de los lugares conquistados y las perfeccionó, creando imponentes edificaciones y sistemas para el mejoramiento de la ciudad.

Babilonia

En el año 539 A.C. Ciro realizó una de sus grandes proezas al vencer y conquistar Babilonia, liberando a los judíos que allí se encontraban esclavizados para que regresaran a la antigua Israel, aunque en esa época era común esclavizar el pueblo conquistado no era una costumbre ejercida por Ciro, pues él pagaba el trabajo realizado según su calidad y permitía que los habitantes de las ciudades conquistadas siguieran con sus prácticas culturales y religiosas.

Después de conquistar Babilonia, Ciro decide planear la forma de convertir Persia en una superpotencia, propósito que no se llevó a cabo por su muerte en una batalla del año 530 A.C. Al morir, Persia estaba conformada por tres capitales más que eran Babilonia, Susa y Ecbatana, pero fue en la ciudad de Pasargadas la escogida por Ciro para su sepultura, en una tumba que representaba su sencillez como ser humano quedaron resguardados sus restos.

Persépolis y Darío como líder del Imperio Persa

Luego de la muerte de Ciro, Persia se encontraba en el caos con la disputa del trono entre opositores y aspirantes, pero fue Darío general de las tropas persas y primo de Ciro, quien se quedó al mando del imperio, instaurando el orden.

Darío sin perder tiempo empezó con la reconstrucción de una de las capitales de Persia, Susa, volviendo a dar importancia a esta ciudad. Pero no se conformó con devolver la belleza de esta, sino que fundó la nueva capital Persa, de su autoría.

Construcción de Persépolis

Por esta razón comenzó la construcción de Persépolis, un reto arquitectónico colosal con estructuras nunca antes vistas por el hombre. Para la construcción de Persépolis, Darío utilizó miles de obreros que habitaron las ciudades conquistadas, pero al igual que Ciro prefirió otórgales una paga por su trabajo.

Al tiempo que Darío Construyó la nueva capital de Persia también continúo expandiendo el imperio llegando a gobernar regiones como Irán, Pakistán, parte de Armenia, Afganistán, Turquía, Siria, Líbano, Palestina, Jordania y algunas partes de Asia Central hasta el norte de la India.

Para poder tener control sobre una gran extensión de territorio, Darío planeó la construcción de una carretera hecha en piedra apilada, conocida como “Camino Real” la cual cubriera todo el reino Persa, abarcaría una distancia de 2.400 km con posadas de descanso cada 25 km custodiadas por tropas y con caballos para así agilizar el envío de información, mercancías provisiones y desplazamiento de soldados cuando fuera requerido.

La construcción del canal

La obsesión de Darío por conquistar más territorio del que ya poseía lo llevó a crear un canal que cruzara el mar Mediterráneo con el mar Rojo, para lograr entrar al norte de África y conquistarlo, controlando también el comercio que allí se encontraba. Con una extensión de 210 km de longitud, este canal permitió la navegabilidad de las embarcaciones de la época, creando así una ruta comercial entre el mar Rojo y el Nilo.

Para el año 500 AC, Persia era una superpotencia y considerado invencible por los pobladores de la época. Esto despertó rivalidades entre una superpotencia en crecimiento como las ciudades de estado de Grecia; estas harían pequeñas revueltas en las costas de Turquía lo que llevaría a Darío; a idear un plan para cruzar el mar Negro en el estrecho del Bósforo y así atacar Atenas.

Darío ideó un plan bastante ingenioso para la época. Consistió en alinear barcos de extremo a extremo del Bósforo y colándoles una serie de tablones por encima, crearía un puente que permitió el paso de 70 mil soldados listos para la batalla.

La conquista de Macedonia y derrota ante Grecia

Este puente permitió a los persas conquistar a Macedonia a finales del año 490 A.C. y continuar su paso a Atenas objetivo final de Darío; pero antes de llegar a esta ciudad debía enfrentarse a Temístocles general griego que lo esperaba con el ejército de Atenas y corinto. Esta batalla seria conocida años después como la batalla de Maratón.

Los griegos superados en número por las tropas persas; pero siendo mejores estrategas que ellos derrotaron al ejército de Darío en una violenta batalla logrando que este volviera a Persia.

Esta derrota para los persas no era más que un pequeño retraso en su plan para conquistar Grecia. Para planear el nuevo ataque Darío decidió regresar a Persepolis para reforzar las defensas de la ciudad; pero nunca llegaría a su destino al ser asesinado en Egipto intentado controlar una rebelión en el año 485 A.C.

Jerjes lidera el Imperio Persa y otra derrota frente a Grecia

La muerte de Darío dio paso para la posesión del poder a Jerjes hijo del fallecido rey de Persia; este se dio a conocer por controlar dos revueltas en Egipto y Babilonia, para luego seguir con el plan de su padre de atacar a los griegos.

Para realizar el ataque a los griegos, Jerjes se inspiró en el puente construido por su padre 10 años atrás y aprovechando su superioridad numérica frente a los griegos. Ordenó construir dos puentes para así llevar una gran cantidad de soldados al territorio griego.

Mientras Jerjes construía los puentes que darían paso a sus tropas. En Grecia se preparaban para la batalla al mando del general Temístocles; quien ya los había enfrentado antes, este sabía que al confrontar al ejército Persa en un ataque frontal no le otorgaría la victoria; ya que eran superados en número, por lo que ideo un trampa para así derrotar a los persas.

Las Termopilas

Fue entonces que los griegos decidieron atacarlos mientras estos cruzaban un paso montañoso llamado las Termopilas. Un espacio geográfico muy difícil de transitar en grandes grupos reduciendo todo un ejército de miles de soldados en pequeños grupos, para así poder acceder a este lugar.

Los persas lograron cruzar las Termopilas y continuaron su viaje hacia Atenas; al llegar a la ciudad la encontraron vacía lo que hizo entrar en cólera a Jerjes y este ordeno quemar la ciudad; acto que no era común en las invasiones persas por sus antecesores. Luego de ver arder en llamas a la ciudad Griega, al siguiente día Jerjes decido reconstruirla, pero el daño ya estaba hecho.

Al tiempo que los persas estaban invadiendo Atenas; el general griego Temístocles atacaba las flotas persas llevándolas al golfo de Salamina donde los derrotarían por completo. Ya que el angosto golfo no les permitió maniobrar con facilidad a las flotas persas.

Al enterarse Jerjes de la derrota aplastante por parte de los griegos a su flota naval; tomó la decisión de dejar Atenas y regresar a Casa derrotado.

Artajerjes llega al poder del Imperio Persa

En el año 465 A.C. Jerjes fallece delegando el poder de Persia a su hijo Artajerjes; quien se puso como objetivo de devolver la gloria militar de Persia; este nuevo rey se enfocó en terminar la capital Persepolis y controlar las revueltas impulsadas por los griegos en Egipto.

Artajerjes I, también conocido como Artajerjes el Grande, fue uno de los líderes más destacados del Imperio Persa durante el siglo V a.C. Ascendió al trono en el año 465 a.C. tras la muerte de su padre, Jerjes I, y gobernó hasta su fallecimiento en el año 424 a.C. Durante su largo reinado, Artajerjes desempeñó un papel crucial en la consolidación y expansión del imperio. Así como en la gestión de conflictos internos y externos.

Una de las principales contribuciones de Artajerjes fue su habilidad para mantener la estabilidad dentro del imperio. Implementó políticas que promovían la tolerancia religiosa y étnica, lo que le permitió mantener la cohesión entre las diversas regiones y pueblos bajo su dominio. También continuó con la política de descentralización administrativa iniciada por su padre, lo que facilitó la gestión efectiva del vasto imperio persa.

En términos de expansión territorial, Artajerjes lideró varias campañas militares exitosas que ampliaron las fronteras del imperio. En particular, llevó a cabo una serie de expediciones militares en Egipto que culminaron con la reconquista del territorio egipcio. Que había sido perdido durante el reinado de su padre Jerjes I.

El último rey de Persa, Darío III

Luego de recuperar Egipto, última victoria de los Persas, Artajerjes fallece en el año 424 A.C; subiendo al poder un pariente lejano conocido como Darío III quien fue último rey de Persia.

Mientras Darío III intentaba retomar el control de Persia, un joven príncipe de macedonia conocido como Alejandro; quien fue admirador de Ciro y la cultura persa, se dirigía hacia Persepolis con el fin de derrocar al rey Darío III.

Fue en el año 330 A.C que Alejandro logra llegar a la capital Persa, Persepolis y conquistarla. Aunque este príncipe de Macedonia también tenía la costumbre de no destruir ni saquear los pueblos conquistados; sus tropas incendian la capital Persa destruyendo casi por totalidad todas sus riquezas.

Darío III que logró escapar del ataque de macedonio, fue asesinado en el año 330 A.C. por sus aliados. Alejandro años más tarde se casó con la hija de Darío III; proclamándose el mismo como rey de Persia y dando fin a uno de los imperios con mayor legado en la historia de la humanidad, que reinó por más de 2.700 a.C.

Características del Imperio Persa

El Imperio Persa fue una civilización avanzada y diversa que dejó un legado perdurable en la historia y la cultura del Medio Oriente y más allá. Su política de tolerancia religiosa, su sistema de gobierno descentralizado y su arte y arquitectura monumental son solo algunas de las características que lo convirtieron en una de las potencias más importantes de la antigüedad. Presentaba una serie de características distintivas que lo diferenciaban de otras civilizaciones de la región.

Tolerancia religiosa:

Una de las características más destacadas del Imperio Persa fue su política de tolerancia religiosa. Los persas permitían la práctica libre de diversas religiones en su imperio, lo que contribuía a la cohesión y estabilidad interna.

Sistema de gobierno descentralizado:

El Imperio Persa estaba organizado en satrapías, o provincias, cada una gobernada por un gobernador conocido como satrapa. Aunque el rey persa tenía autoridad suprema, las satrapías gozaban de cierta autonomía administrativa y cultural.

Innovaciones administrativas:

Los persas implementaron una serie de innovaciones administrativas para gestionar su vasto imperio. Incluyendo un sistema de carreteras y comunicaciones eficiente, un servicio postal, y una red de funcionarios y recaudadores de impuestos.

Economía basada en la agricultura y el comercio:

La economía persa dependía en gran medida de la agricultura, especialmente del cultivo de cereales como el trigo y la cebada. Además, el imperio fomentaba el comercio a lo largo de sus extensas rutas comerciales, que conectaban Oriente y Occidente.

Arte y arquitectura monumental:

Los persas eran conocidos por su arte y arquitectura monumental, que incluía la construcción de impresionantes palacios, templos y tumbas. Ejemplos destacados de la arquitectura persa incluyen Persépolis, la capital ceremonial del imperio, y las tumbas reales de Naqsh-e Rustam.

Sistema legal y codificación de leyes:

Los persas desarrollaron un sistema legal avanzado y codificaron sus leyes en el Cilindro de Ciro. Un antiguo documento que promulgaba principios de justicia y tolerancia.

El legado del Imperio Persa

Su legado es vasto y perdurable, con impactos significativos en áreas que van desde la política y la religión hasta el arte y la arquitectura.

Sistema de gobierno descentralizado:

El modelo de gobierno descentralizado del Imperio Persa, con sus satrapías y gobernadores regionales, sirvió de inspiración para muchos sistemas políticos posteriores. Este enfoque en la descentralización ayudó a mantener la estabilidad y la cohesión en un territorio tan vasto y diverso.

Código de leyes y principios de justicia:

El Cilindro de Ciro, un antiguo documento que contiene un edicto del rey Ciro el Grande, es considerado uno de los primeros ejemplos de un código de leyes que promueve la justicia y la igualdad. Este documento ha sido celebrado como un símbolo de tolerancia y respeto por los derechos humanos.

Arte y arquitectura monumental:

El arte y la arquitectura persas son famosos por su grandeza y belleza. Los persas construyeron impresionantes palacios, templos y tumbas, como Persépolis y Naqsh-e Rustam, que siguen siendo admirados por su arquitectura sofisticada y sus elaboradas decoraciones.

Influencia en la cultura y la civilización:

El Imperio Persa ejerció una influencia significativa en las culturas y civilizaciones que vinieron después. Su arte, literatura y filosofía inspiraron a muchas culturas posteriores. Y sus contribuciones a la ciencia, la medicina y las matemáticas fueron importantes para el desarrollo del conocimiento humano.

En resumen, el legado del Imperio Persa es rico y diverso, con contribuciones que han perdurado a lo largo de los siglos. Y que continúan influenciando nuestra comprensión del mundo antiguo y nuestro propio mundo moderno. Su énfasis en la tolerancia, la justicia y la grandeza artística y arquitectónica lo convierten en una de las civilizaciones más importantes de la historia.