¿Se recuperarán las Acciones durante el año 2023? Inversores

Se recuperarán las acciones durante el año 2023

La situación actual del mercado es complicada, tanto que pocos inversores y analistas realmente opinan de forma optimista. De hecho, los más agoreros esperan una recesión para 2023, los precavidos se preparan para afrontar este desafío y los más optimistas se aferran a la esperanza de que un pivote de la FED logre mejorar la situación del mercado.

Es probable que muchos de los mercados que hoy en día se encuentran a la baja durante los próximos meses e incluso después de año nuevo, empiecen a resentir de verdad el escenario de recesión. Uno de los principales grupos inversores de la actualidad, Vanguard Group, de hecho, realizó recientemente y se encuentra realizando en la actualidad, movimientos estratégicos para salvaguardar su capital, además del capital de sus inversores.

Este grupo, en la actualidad, cuenta con USD 7 billones invertidos en activos de distinta índole, gestionándolos a partir de las inversiones y necesidades de sus clientes.

Las acciones probablemente no se recuperen a principios de 2023

Las acciones y otros activos de renta variable que por lo general son utilizados para invertir en distintos medios son, en teoría, los que más afectados se verán por la recesión. De hecho, en la actualidad se está viviendo un período bajista continuado que no ha parado de avanzar y que aún no ha llegado a su piso.

Sin embargo, y según los expertos de diferentes fuentes, incluyendo el bróker easyMarkets, los bonos y otros activos de renta fija, así como los futuros sobre materias primas podrían tener una buena temporada alcista durante el año que viene, ya que la demanda de estos productos continúa creciendo y la oferta no se ha logrado equiparar, por lo que los precios continuarán subiendo en el mercado.

¿Por qué se piensa que habrá una recesión en 2023?

La gran mayoría de los analistas actualmente vaticinan el advenimiento de una recesión económica en 2023. Actualmente, el mundo se encuentra en una encrucijada en cuanto a lo económico. El inicio de la década del 2020 arrancó con el pie izquierdo, con una pandemia que obligó al mundo entero a encerrarse, y posteriormente tuvo que vivir una crisis que todavía sigue dando mucho de qué hablar.

El estallido de la guerra en Ucrania, para muchos, fue un detonante de una crisis mucho más profunda en Europa y el disparo de los precios del combustible, lo cual a su vez generó cierta inflación en los países de ese lado del mundo.

Para el resto de occidente, sin embargo, la balanza se inclinó a la crisis por otras situaciones. El incremento significativo de la liquidez en los Estados Unidos, en el cual prácticamente se defenestraron las arcas públicas para aprobar rescates varios, provocó una inflación excesivamente alta dentro del país, casi tan alta como instancias de crisis del pasado.

Esto, sumado a la poca eficacia de las empresas para afrontar los cambios del mundo post pandemia, además de inversiones pésimamente encaminadas por parte de las tecnológicas, ha precipitado una de las peores crisis económicas de los últimos años, comparable con la crisis de 2008. Crisis que, a este ritmo, solo tenderá a agudizarse generando grandes pérdidas de capital durante el año que viene.

 

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