Problemas de la Liberalización del Comercio de Servicios Financieros

comercio electronico

Apreciación de todos los beneficios de la liberalización del comercio

Se sabe ya que la liberalización del comercio de servicios financieros requiere una cuidadosa preparación (Johnston, 1994; Goldstein y Turner, 1996; Banco Mundial, 1997; Banco de Pagos Internacionales, 1997; UNCTAD, 1996).

Por consiguiente, en la presente sección se trata de identificar algunos de los ingredientes fundamentales para el éxito de la apertura de los mercados de servicios financieros. Entre estos ingredientes figuran la estabilidad macroeconómica y una función constructiva del gobierno con respecto a la reglamentación y supervisión del sistema financiero.

La liberalización del comercio de servicios financieros no causa por sí misma crisis financieras, pero, de existir políticas macroeconómicas y normativas inadecuadas, puede agravar los problemas

Una serie de países en desarrollo, países en transición y países industrializados han tenido problemas con el sector bancario tras su desreglamentación y liberalización en los 15 últimos años.

Ello ha llevado a algunos a la conclusión de que es la liberalización la que causa esos problemas.

La zozobra es comprensible si se consideran los elevados costos de las crisis bancarias en algunos países, que han representado una carga para el gobierno y para la economía (cuadro 6).

Los costos que ha de soportar el gobierno son en gran parte los resultantes de ayudar a los bancos para que los depositantes no pierdan su dinero.

Las crisis financieras pueden también agravar el desempleo y reducir el crecimiento, ya que la perturbación de la intermediación financiera, por lo menos temporalmente, afecta a la actividad económica real.

Las crisis más onerosas fueron las registradas en la Argentina y Chile a principios del decenio de 1980. Tampoco los países industrializados se han salvado de ellas.

La crisis de ahorro y crédito de los Estados Unidos a finales del decenio de 1980, por ejemplo, costó varios puntos porcentuales de PIB.12

Por otra parte, las grandes pérdidas sufridas en el comercio internacional por instituciones financieras muy conocidas no han contribuido a crear confianza en los mercados financieros internacionales abiertos.

¿Qué vinculaciones existen entre la liberalización de los servicios financieros y la estabilidad financiera? Las causas fundamentales de los problemas del sector financiero radican en malas políticas macroeconómicas, reglamentación y supervisión inadecuadas por parte de los gobiernos, e intervención inapropiada en los mercados financieros (Galbis, 1994; Harris y Piggot, 1997; Jacquet, 1997; diversas publicaciones del Banco de Pagos Internacionales).

No obstante, la liberalización puede aumentar la probabilidad de que haya dificultades en el sector financiero o la magnitud de esas dificultades.

Las políticas monetarias demasiado expansivas, por ejemplo, pueden traducirse en créditos imprudentes o fomentar un excesivo riesgo de cambio por parte de los bancos, especialmente cuando la relajación monetaria resultante de las entradas de capital no es neutralizada por las autoridades monetarias.

También las intervenciones políticas inapropiadas en las decisiones en materia de concesión de créditos o en las condiciones de los créditos pueden contribuir a socavar las instituciones financieras y a dejarlas en malas condiciones para hacer frente a las presiones competitivas creadas por la liberalización.

Esos errores de política y de gestión pueden ocasionar una pérdida de confianza y provocar con ello una crisis.

Sin reglamentación cautelar y supervisión adecuadas, es más probable que las nstituciones financieras actúen imprudentemente. La liberalización reduce la capacidad de las instituciones para «sobrevivir» a resultados mediocres, ya que el aumento de la competencia reduce la rentabilidad del sector.

Por onsiguiente, con la liberalización puede ser necesario mejorar la gestión macroeconómica y aumentar la capacidad normativa y de supervisión de los gobiernos.

La liberalización del comercio de servicios financieros puede afectar también indirectamente a la estabilidad financiera a través de sus efectos en las corrientes de capital.

En la medida en que la liberalización del comercio estimula las entradas de capital, la inversión de esas corrientes de capital en un período de pérdida de confianza puede empeorar la situación de las instituciones financieras y aumentar, por ende, los efectos desfavorables de políticas macroeconómicas y normativas mediocres en la estabilidad financiera.

En los países en desarrollo, en particular, en los que las dimensiones y profundidad de los mercados financieros es limitada, las salidas de capital y la pérdida de confianza pueden verse agravadas por un comportamiento «gregario» por parte de los inversores, aún poco familiarizados con esos mercados relativamente nuevos (Banco Mundial, 1997). También las presiones especu lativas pueden agravar esa situación.

No obstante, cabe señalar que esos movimientos de capital suelen ser consecuencia, más que causa, de desequilibrios iniciales de las variables económicas y financieras, lo que refuerza el argumento de la necesidad de buenas políticas macroeconómicas y normativas (Banco Mundial, 1997).

Además, es evidente que la previsibilidad en materia de políticas contribuye a la estabilidad de las corrientes de capital.

Es importante señalar, sin embargo, que la liberalización del comercio de servicios financieros y la apertura de la cuenta de capital son dos cuestiones distintas.

El AGCS se centra en el logro de mejores condiciones de acceso a los mercados y trato no discriminatorio de los proveedores extranjeros de servicios financieros y no en la cuestión de hasta qué punto y con qué rapidez liberaliza un gobierno las transacciones de la cuenta de capital.

Es, por supuesto, cierto que los Miembros están obligados a autorizar los pagos y transferencias internacionales por transacciones referentes a compromisos específicos por ellos contraídos en el marco del AGCS, algunos de los cuales pueden afectar a las transacciones de la cuenta de capital.

Sin embargo, como ya se ha indicado, el AGCS permite a los Miembros adoptar medidas cautelares encaminadas a garantizar, entre otras cosas, la integridad y estabilidad del sistema financiero.

Además, en caso de existencia o amenaza de graves dificultades financieras exteriores o de balanza de pagos, un Miembro tendrá derecho, en virtud del artículo XII del AGCS, a mantener restricciones temporales del comercio de servicios respecto de los que haya contraído compromisos, con inclusión de los pagos o transferencias por concepto de transacciones referentes a tales compromisos.

Más generalmente, es una opinión ampliamente compartida que en el proceso de reforma de los países no debe emprenderse prematuramente la liberalización de la cuenta de capital (Johnston, 1994; Banco Mundial, 1997; Banco de Pagos Internacionales, 1997; Helleiner, 1997).

La cuidadosa elección del momento de la liberalización de la cuenta de capital reducirá también el riesgo de que sea preciso restablecer los controles del capital.

El restablecimiento de esos controles puede impedir que se produzcan rápidas salidas de capital a corto plazo, pero socava la confianza de los inversores y eleva la prima de riesgo por ellos exigida, con lo que aumenta el costo del capital a largo plazo (FMI, 1993).

Cabe señalar que debe evaluarse cuidadosamente la eficacia de los controles del capital, no sólo por la capacidad de los agentes económicos para eludirlos sino también para asegurarse de que resuelvan los problemas fundamentales que provocaron su establecimiento.

El Fondo Monetario Internacional ha tomado la iniciativa de asesorar a los países sobre las políticas relativas a la cuenta de capital.13

Costos públicos de la solución de determinadas crisis bancarias

La volatilidad de los mercados financieros no aumenta con una liberalización del comercio bien concebida

Se alega a veces que la liberalización ha aumentado la volatilidad de las corrientes de capital; con lo que ha socavado la estabilidad de la macroeconomía y del sistema financiero.

La exposición hecha supra ha demostrado que; tras la liberalización, las corrientes de capital pueden realmente adquirir mayor volatilidad si el optimismo de los inversores estimula; primero las entradas de capital y se invierte más tarde la tendencia por producirse errores de política y no cumplirse las expectativas.

En general, sin embargo, esa alegación no se ve confirmada por las pruebas empíricas. La mayoría de los indicadores de volatilidad financiera han disminuido durante el último decenio; tanto en los países industrializados como en los países en desarrollo; a pesar de que durante ese período muchos países han liberalizado los mercados financieros y el comercio de servicios financieros.

Tras un aumento de la volatilidad de los tipos de cambio a mediados del decenio de 1980 (vinculada a la fuerte apreciación del dólar de los Estados Unidos); los tipos de cambio efectivos reales han adquirido mayor estabilidad en la mayoría de los países industrializados.

Asimismo, ha disminuido en gran parte la volatilidad de los tipos de interés a largo plazo y de los precios de los valores; (Edey y Hviding, 1995; Harris y Piggot, 1997).

En los países en desarrollo, la volatilidad de las corrientes de capital y las reservas es motivo de especial preocupación. Sin embargo, según el Banco Mundial (1997), la volatilidad de las corrientes de capital ha descendido en los decenios de 1980 y 1990; principalmente en Asia y África.

También las reservas en divisas han adquirido por término medio más estabilidad. Sólo América Latina ha registrado un pequeño aumento de la volatilidad de las corrientes de capital privado (Banco Mundial, 1997).

A veces se destaca el comercio de productos derivados como una esfera especialmente peligrosa.

En primer lugar; cabe señalar que los productos derivados han permitido una considerable reducción del riesgo de los participantes en el sistema financiero.

Las medidas de protección que permiten adoptar contribuyen a reducir muchos riesgos; por ejemplo en relación con los tipos de cambio o los tipos de interés futuros.14

En segundo lugar; las actividades tradicionales de los bancos siguen representando para ellos un riesgo mucho mayor que el resultante de los productos derivados. (Harris y Piggot, 1997; Economist, 27 de abril de 1996).

Como ya se ha dicho, la liberalización realizada en un entorno de política inadecuado puede agravar los efectos potenciales de las conmociones.

No obstante, la liberalización aumenta también la capacidad para absorberlas. La volatilidad de la relación de intercambio, los tipos de interés internacionales; y los tipos de cambio pueden ejercer enormes presiones en la economía interna y en la carga de la deuda exterior (Goldstein y Turner, 1996).

Caprio y Klingebiel (1996); demuestran que las conmociones de la relación de intercambio han agravado los problemas del sector financiero en muchos países en desarrollo.

El efecto de contagio (efecto «dominó»), que hace que las crisis se propaguen de un país a otro, puede convertirse en motivo de preocupación. Aunque esa preocupación es muy importante, no puede resolverse aislando al sector financiero del comercio.

Es más fácil protegerse de las fluctuaciones de los tipos de interés y de los tipos de cambio en un entorno internacional abierto.

Un régimen de comercio liberal que permita corrientes de capital más libres puede mitigar los problemas de balanza de pagos a corto plazo.

Por otra parte, se ha sostenido supra que los riesgos para el sistema financiero; (resultantes, por ejemplo, de una conmoción de la relación de intercambio); pueden «asegurarse» internacionalmente con la ayuda de instituciones extranjeras.

Goldstein y Turner (1996) han constatado, por ejemplo; que la presencia de instituciones extranjeras contribuyó a estabilizar los sistemas financieros de varios países a raíz de la crisis mexicana de 1994/1995; y a impedir la propagación de sus efectos a otros países.


12 Los problemas suelen afectar a la banca y las operaciones con valores más que a los seguros. Sin embargo, incluso en el sector de los seguros el 4 por ciento de las compañías de seguros de vida y el 2 por ciento de las compañías de seguros distintos de los seguros de vida pasaron apuros en los Estados Unidos en el período 1990-1995 (Desiata, 1996).

CLIC AQUÍ Y DÉJANOS TU COMENTARIO

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *