Contradictoria relación entre seguridad y derechos humanos

La relación entre seguridad y derechos humanos es un tema complejo y de suma importancia en el contexto actual. A menudo, se genera tensión entre la búsqueda de seguridad y la protección de los derechos fundamentales.

Este artículo de revisión explora cómo las perspectivas de seguridad pública, seguridad ciudadana y seguridad humana pueden ser manipuladas. Y cómo, en lugar de garantizar los derechos humanos y las libertades ciudadanas, pueden promover su violación o limitación.

La premisa de que lo que se gana en seguridad se pierde en derechos se cuestiona, y se destaca la necesidad de equilibrar estos aspectos en los regímenes democráticos.

Introducción:

La relación entre seguridad y derechos humanos es una cuestión fundamental en la sociedad contemporánea. La búsqueda de la seguridad, ya sea en el ámbito de la seguridad pública, la seguridad ciudadana o la seguridad humana, a menudo entra en conflicto con la protección de los derechos fundamentales.

Este artículo de revisión analiza esta contradictoria relación, destacando cómo en algunos casos, los enfoques de seguridad pueden llevar a la violación de los derechos humanos en lugar de su protección.

Los Enfoques de Seguridad y sus Objetivos:

Las perspectivas de seguridad pública, seguridad ciudadana y seguridad humana comparten la premisa de que la seguridad es un elemento esencial para garantizar y defender los derechos y las libertades de las personas. Sin embargo, la manera en que se abordan los problemas de seguridad puede llevar a excesos. Y, en última instancia, a la violación sistemática de los derechos que se supone deberían proteger. En esta dinámica, se plantea la lógica de que lo que se gana en seguridad se pierde en derechos y libertades.

La Renuncia “Voluntaria” de los Ciudadanos:

Uno de los aspectos destacados en esta relación contradictoria es la renuncia “voluntaria” de los ciudadanos a su disfrute efectivo de las libertades y los derechos humanos. El miedo, la inseguridad y la falta de protección desempeñan un papel fundamental en esta dinámica. La creciente demanda de seguridad ha legitimado la violación sistemática de los derechos humanos en diversos contextos.

Este enfoque ha demostrado ser un elemento discursivo rentable para políticos y funcionarios públicos. Las políticas de tolerancia cero suelen utilizar estrategias en las que se fabrican problemas de seguridad y se amplía el catálogo de amenazas. Con el fin de ofrecer a los ciudadanos lo que perciben como faltante: la seguridad, que debe lograrse a cualquier costo.

La Problemática de la Violación de Derechos:

Un aspecto crítico de esta situación es que, si bien los enfoques de seguridad buscan abordar problemas de seguridad, no proporcionan la protección necesaria. En cambio, la tolerancia y la justificación de la violación sistemática de los derechos se vuelven comunes.

Esta tolerancia tiende a aplicarse selectivamente, afectando principalmente a los sectores más vulnerables de la sociedad, como los pobres, los adictos a las drogas, las trabajadoras sexuales y las personas sin hogar. En otras palabras, se dirige a quienes son percibidos como una amenaza para la sociedad.

La renuncia “voluntaria” al disfrute de las libertades civiles y los derechos humanos en favor de la necesidad de protección y seguridad plantea un enigma fundamental en esta relación compleja.

A pesar de que las tres perspectivas sobre la seguridad tienen relaciones contradictorias con los derechos humanos, surge la pregunta de por qué, si los enfoques de seguridad no protegen eficazmente los derechos civiles y las libertades, la seguridad sigue siendo una de las demandas más fuertes de la sociedad. Dos factores problemáticos proporcionan un marco para una respuesta: el miedo y el uso político o manipulación discursiva de la seguridad.

El miedo, como señala Delumeau (2002a), es una emoción de choque que a menudo está precedida por la sorpresa y causada por la conciencia de un peligro inminente o presente.

En asuntos relacionados con la seguridad, el miedo forma parte de la interpretación personal y subjetiva del entorno por parte del individuo o el estado. Frente a la creciente demanda de seguridad por parte de las sociedades y la identificación de posibles amenazas por parte de los estados, se ha configurado un escenario en el que el miedo y el uso estratégico del discurso de seguridad prevalecen. Hasta el punto extremo de que el público acepta voluntariamente limitaciones a las libertades o violaciones de derechos mientras prioriza la protección de intereses individuales.

Desde una perspectiva de derechos humanos, este escenario es peligroso, ya que la creciente demanda de protección y seguridad. Así como la securitización o creación de un nuevo catálogo de amenazas a personas e instituciones, han generado un estado gobernado por la excepcionalidad ilimitada.

Este estado llega al punto de cuestionar la validez y necesidad del respeto por los derechos, las libertades y la dignidad humana, criminalizando no solo al enemigo armado. Sino cualquier forma de resistencia social pacífica. En una situación específica en la que los ciudadanos demandan protección y se incrementa la escala de riesgos y amenazas a la seguridad, el uso político estratégico de este contexto puede representar beneficios para grupos de poder específicos desde un punto de vista electoral.

En otras palabras, la instrumentalización del miedo y la inseguridad se convierte en un poderoso arma política. Este dilema resalta la importancia de equilibrar la seguridad con la protección de los derechos humanos en un mundo cada vez más complejo. Y, a menudo, temeroso.

Perspectivas a Futuro:

Este artículo de revisión abre la puerta a varias perspectivas que merecen una atención adicional en futuras investigaciones. En primer lugar, se destaca cómo la perspectiva de seguridad humana puede enmascarar intereses que no están relacionados con la protección de los derechos humanos. Especialmente en contextos donde los estados más desarrollados buscan mantener su dominación sobre los estados menos desarrollados. En segundo lugar, se señala el valor estratégico y político de emociones como el miedo en asuntos relacionados con la seguridad, lo que influye en el comportamiento y las decisiones de los ciudadanos.

Conclusiones:

La relación contradictoria entre seguridad y derechos humanos plantea desafíos significativos en las sociedades modernas. Si bien la seguridad es esencial, no debe utilizarse como justificación para la violación sistemática de los derechos fundamentales.

En lugar de ver la seguridad y los derechos como una suma cero, es fundamental encontrar un equilibrio en los regímenes democráticos donde ambos se complementen, permitiendo a las personas ejercer sus derechos en completa libertad, sin comprometer su seguridad. Este artículo busca contribuir a la reflexión sobre esta compleja relación y sus implicaciones en la sociedad actual.

Las conclusiones de este análisis en profundidad sobre la contradictoria relación entre seguridad y derechos humanos arrojan luz sobre una problemática crucial en la sociedad contemporánea. Se evidencian dos elementos fundamentales que merecen una atención detallada en el desarrollo de futuras investigaciones.

1. La Paradoja de la Seguridad y los Derechos Humanos:

El primer aspecto clave que emerge de este estudio es la paradoja que subyace entre la seguridad y los derechos humanos. A pesar de que la seguridad se plantea como un elemento fundamental para garantizar y proteger los derechos y libertades de las personas, se observa que, en muchas ocasiones, las medidas tomadas en nombre de la seguridad, particularmente en situaciones excepcionales, pueden llevar a excesos.

Este exceso puede traducirse en la violación sistemática de las mismas libertades y derechos que se supone deberían protegerse. La lógica en la que lo que se gana en seguridad se pierde en derechos y libertades, asemejándose a un juego de suma cero, prevalece en detrimento de lo que debería ser el estado ideal de esta compleja relación. En una sociedad democrática, la seguridad no debe ser un fin en sí misma, sino un medio para permitir a los ciudadanos ejercer y defender sus derechos en completa libertad.

2. La Renuncia “Voluntaria” de los Ciudadanos:

El segundo elemento relevante es la renuncia “voluntaria” por parte de los ciudadanos al pleno disfrute de sus libertades y derechos humanos. El miedo, la inseguridad y la falta de protección desempeñan un papel fundamental en esta renuncia. La creciente demanda de seguridad y protección ha legitimado la violación sistemática de los derechos humanos en diversos contextos.

Los políticos y funcionarios públicos a menudo utilizan políticas de tolerancia cero, empleando estrategias en las cuales se fabrican problemas de seguridad y se amplía el catálogo de amenazas para ofrecer a los ciudadanos lo que perciben como faltante: seguridad, que debe alcanzarse a cualquier costo.

3. La Problemática de la Violación de Derechos:

El dilema que se presenta es que, a pesar de que los enfoques de seguridad buscan abordar problemas de seguridad, no proporcionan la protección necesaria. De hecho, en contextos donde el discurso de seguridad se considera de suma importancia, a veces incluso equiparable a un derecho fundamental como la vida, se justifica y tolera la violación sistemática de los derechos de las personas.

Esta tolerancia no se aplica por igual a todos los ciudadanos, sino que suele afectar a los más vulnerables, como los pobres, los adictos a las drogas, las trabajadoras sexuales y las personas sin hogar. En otras palabras, quienes son etiquetados y percibidos como una amenaza para la sociedad se convierten en blancos.

4. Perspectivas para Investigaciones Futuras:

Este estudio sugiere varias perspectivas dignas de exploración en futuras investigaciones. En primer lugar, se plantea la cuestión de cómo el enfoque de seguridad humana puede ocultar intereses que no tienen relación con la protección de los derechos humanos, particularmente en situaciones donde los estados desarrollados buscan mantener su dominación sobre estados menos desarrollados. En segundo lugar, se destaca el valor estratégico y político de las emociones, como el miedo, en asuntos relacionados con la seguridad. Estas emociones influyen en el comportamiento y las decisiones de los ciudadanos, lo que plantea un campo de estudio que aún no se ha explorado en profundidad.

Conclusión Final:

Si bien este artículo no pretende responder a todas las preguntas sobre la compleja y contradictoria relación entre seguridad y derechos humanos, espera haber contribuido a una reflexión más profunda sobre esta cuestión vital.

La sociedad actual enfrenta un equilibrio delicado entre la necesidad de seguridad y la protección de los derechos fundamentales. Abordar esta tensión de manera efectiva es esencial para garantizar una convivencia democrática en la que los ciudadanos puedan ejercer sus derechos y libertades en completa libertad sin poner en peligro su seguridad.

Fuente: Arbeláez, L. (2023). Thecontradictory relationship between safety and human rights. Revista Criminalidad, 65(2), 145-158. https://doi.org/10.47741/17943108.484

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