Estomatitis Vesicular
La estomatitis vesicular (EV) es una enfermedad de origen viral que afecta las especies bovina, equina, porcina, ovina, caprina, algunas especies silvestres y potencialmente al hombre. Es producida por un Rhabdovirus, género vesiculovirus, del cual existen los serotipos New Jersey e Indiana, del cual se conocen los subtipos Indiana I, II o Cocal e Indiana III o Alagoas.
En la especie bovina los síntomas corresponden a fiebre, aftas, vesículas y erosiones en la cavidad oral, pezones y patas, salivación intensa y disminución de la producción. En los équidos (asnos, mulas y caballos) la sintomatología se presenta preferencialmente en los cascos, pudiendo involucrar más de un miembro con la consecuente repercusión en la locomoción. La mayoría de los équidos tienen una presentación subclínica de la enfermedad. En los humanos la enfermedad se caracteriza por un cuadro gripal, fiebre, dolores musculares, dolor de cabeza, y en ocasiones vesículas en los labios, lengua manos y ocasionalmente síntomas nerviosos.
Diagnóstico en Colombia
En Colombia el diagnóstico de la estomatitis vesicular en la especie bovina constituye el mayor porcentaje de las enfermedades vesiculares, siendo los departamentos más afectados Antioquia, Santander, Meta, Cundinamarca, Casanare, Huila, Tolima y Valle. El diagnóstico en equinos no refleja la magnitud de la enfermedad en esta especie, ya que la mayoría de muestras para diagnóstico proceden de la especie bovina, quizá en razón a la manifestación expresa de la sintomatología.
Los departamentos que reportan diagnóstico de estomatitis a partir de muestras equinas corresponden a Antioquia, Santander, Cauca, Casanare, Nariño, Putumayo, Meta, Putumayo, Boyacá, Córdoba, Valle y Huila
A pesar de desconocerse aspectos relacionados con la ecología del virus, la transmisión se realiza por contacto directo, ya sea por inhalación a través de los ollares, boca, o daños en la piel, siendo fuentes directas de infección la saliva, el líquido y el epitelio de las vesículas rotas, o el virus en sí. Asociados a la transmisión de la enfermedad se han identificado como vectores moscas del género Lutzomya o flebotomos del género simulium o simulados, considerándose en general la asociación con vectores hematófagos. A pesar de que el virus infecta gran número de especies mamíferas y aves silvestres, aún quedan por definir los reservorios naturales.
Los équidos de trabajo dada su actividad, la forma de presentación subclínica de la enfermedad y la no usual toma de muestras para diagnóstico de enfermedades vesiculares, contribuyen de gran manera a la transmisión del virus entre predios e inclusive en la misma explotación, bien sea como portadores sanos o a través de la manifestación clínica o subclínica de la enfermedad.
Si bien, los équidos no son susceptibles a la fiebre aftosa, lo cual permite plantear el diagnóstico de EV a nivel de campo, ante la presentación de sintomatología vesicular siempre es necesario recurrir a la toma de muestras con el fin de llegar a un diagnóstico definitivo a través del laboratorio. Toda notificación de vesiculares debe incluir el examen clínico de los equinos de la explotación involucrada y la toma de muestras acorde con cada caso.
La mejor muestra para diagnosticar la enfermedad es el tejido epitelial de animales con sintomatología clínica o el contenido de las vesículas. Las muestras de epitelio deben ser enviadas al laboratorio de enfermedades vesiculares del Ica en glicerina buferada refrigerada o en su defecto, en una solución sobresaturada de azúcar, preparada en agua de buena calidad. Las muestras de líquido vesicular deben ser enviadas congeladas.
El diagnóstico serológico se realiza a partir de muestras de sueros pareados, tomando la primera muestra a los equinos con síntomas o en contacto con individuos enfermos de otras especies al comienzo de la enfermedad, y una segunda muestra a las tres semanas de haber comenzado el episodio en cualquier especie con la cual habiten los equinos
El diagnóstico se realiza por medio de la prueba de fijación del complemento a partir de muestras de epitelio, o líquido vesicular de animales con sintomatología clínica. Mediante los resultados de las pruebas de ELISA y seroneutralización puede inferirse la presencia de la enfermedad.
Ante un diagnóstico negativo a estomatitis vesicular en equinos, debe realizarse un diagnóstico diferencial de procesos infecciosos bacterianos, procesos tóxicos y procesos traumáticos con el fin de llegar a un diagnóstico definitivo que permita la prescripción médica acorde con la etiología del proceso que corresponda.
Impacto Social
El impacto social de la enfermedad para la especie bovina está representado por la disminución de carne y leche, ocasionando cuantiosas pérdidas económicas y por ende repercusión sobre la salud humana. En la especie equina el impacto está representado principalmente por las lesiones en cascos, lo cual repercute directamente en la disminución de la capacidad de trabajo e inclusive de alimentación, en “días perdidos”, incremento de los costos de los servicios veterinarios, incremento en los costos por medicación, incapacidad y costo de recuperación de cascos cuyo período puede oscilar entre 4 y 6 meses.
Las pérdidas de estas y otras consecuencias a causa de la estomatitis vesicular en équidos requieren ser en primera instancia cuantificadas para luego plantear las estrategias de control en la especie que contribuyan a disminuir el riesgo de transmisión para las otras especies susceptibles.
La vacunación es una de las herramientas utilizadas para prevenir la presentación de la enfermedad. Estudios experimentales han permitido evaluar la capacidad protectora del inmunógeno en las especies bovina y porcina; para la especie equina actualmente no se recomienda la aplicación de la vacuna, no por que no proteja sino porque el adyuvante en que está preparada produce la formación de granulomas en esta especie, lo cual no tiene presentación aún tratándose de équidos de trabajo. A pesar de este inconveniente, algunos ganaderos conocedores de las pérdidas ocasionadas por la estomatitis vesicular en equinos, han tomado la decisión propia de aplicar la dosis de vacuna repartida en dos sitios y en el pecho del animal con el fin de hacer menos visibles los posibles granulomas.
En caso de presentación de la enfermedad se deben implementar las siguientes medidas sanitarias:
· Separar y aislar los animales enfermos de los sanos
· Realizar tratamientos tópicos para evitar contaminación bacteriana
· Facilitar la alimentación de los enfermos con pastos suaves
· Dedicar en lo posible personal y equipo para uso exclusivo de los enfermos
· Tratar a los animales enfermos después de los sanos
· Restringir la movilización de los enfermos y sus contactos
· Restringir la movilización de équidos enfermos o en contacto con animales enfermos de cualquiera que sea la especie afectada
· Realizar control de vectores hematófagos o picadores de acuerdo a su ciclo vital
· Limpiar y desinfectar las instalaciones, equipo, y utensilios en contacto con animales enfermos
· Ordeñar y tratar los animales enfermos después de los sanos
· Vacunar en épocas anteriores al comienzo de la presentación de la enfermedad, teniendo en cuenta la historia de ocurrencia en las diferentes regiones.
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