Vértigo: Qué es, Síntomas y Causas

Vértigo: Qué es, Síntomas y Causas
¿Qué es?

Es una sensación de “mareo” que genera inestabilidad e inseguridad en las personas, una sensación parecida a un estado de ebriedad. Crea una sensación de movimientos o giros de las cosas que esté viendo o del entorno, el movimiento puede sentirse del paciente frente al entorno o del entorno frente al paciente. Se asocia también con la alteración del equilibrio, es más frecuente en mujeres y tiene mayor incidencia entre los 40 años y 60 años.

Clases de Vértigo

• Vértigo Periférico: el sistema vestibular se encuentra afectado. El vértigo es intenso aunque se presente de manera intermitente, está acompañado por pérdida de la audición, nistagmo que son movimientos rápidos e involuntarios de los ojos, sensibilidad al ruido y la luz, sudoración, náuseas y vómito.

• Vértigo Central: producto de lesiones encefálicas. El vértigo es menos intenso pero puede presentarse más seguido, también se puede presentar nistagmo pero no presenta pérdida de la audición. En casos delicados puede asociarse a cefaleas y tendencia al sueño.

• Vértigo Postural Paroxístico Benigno: son episodios cortos de vértigo con nistagmo, aparece cuando la persona cambia de posición al dormir y gira la cabeza, sucede principalmente en mujeres.

Síntomas del Vértigo

1. Sensación de movimientos giratorios
2. Pérdida del equilibrio
3. Cefaleas migrañosas
4. Náuseas
5. Zumbido en los oídos
6. Presión en el oído
7. Sudoración en la frente, cabeza, cuello y pecho
8. Pérdida de la audición
9. Espasmos oculares o nistagmo

Causas del Vértigo

Problemas del Oído

• Inflamaciones, infecciones o anomalías en el laberinto del oído interno o al nervio vestibular.
• Presencia de microcristales en el líquido del oído interno.
• Daños en la estructura del laberinto como consecuencia de un trauma craneal.
• El consumo de ciertos medicamentos puede provocar problemas en el oído interno.

Otras Causas

• Tumores ubicados en la parte posterior del encéfalo y en el cerebelo que alteran el equilibrio.
• Ictus o hemorragias cerebrales, especialmente en pacientes con enfermedades cardiovasculares.
• Esclerosis múltiple.
• El consumo de algunos medicamentos como anticonvulsivos y ácido acetilsalicílico.
• Enfermedades vasculares.
• Enfermedad de Ménière.
• Regulación anormal de la presión arterial.

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