Tengo otra oportunidad
Hace un año le comenzó a Cielo Adriana Leyton una molestia en la axila. Algo le molestaba, pero no sabía exactamente que le estaba doliendo Un día al voltearse de la cama le dolió el seno.
Se dio cuenta que tenía el pezón invertido. Le hicieron mamografía, ecografía complementaria y allí le recomendaron que debía hacerse una biopsia.
A pesar de haber acudido al mastólogo, el solo le dijo que tenía una inflamación y que era una mastitis. Le mandó entonces a colocarse paños de agua tibia. La enfermera le sugirió que fuera a otro especialista, quien le ordenó una biopsia. El 10 de marzo del 2010 recibió la noticia que tenía un tumor.
Tuvo entonces cuatro ciclos de quimioterapia cada 21 días. El 8 de julio se somete a una mastectomía radical con reconstrucción, luego seis ciclos más de quimioterapia. Le hicieron tratamiento para bloquear los ovarios y no extirparlos. En total pasó por 16 radioterapias, 10 quimioterapias y mastectomía radical, cuenta Adriana con gran tristeza. (Lee también: Dos tumores y sigue con vida)
Tiene hijos de 6 y 8 años, quienes aún no saben por lo que ella está pasando, porque pensaba que se iba a morir. Su esposo le dio un apoyo incondicional y fue su mayor soporte en el proceso que ha seguido su enfermedad.
Es Ingeniera de Sistemas y siempre trabajó en docencia. A raíz de su enfermedad, su esposo le dijo que no trabajara más. La palabra quimioterapia es terror para ella. Son líquidos intravenosos que dan malestares, decaimiento, inapetencia, vómito y muchos efectos que no se los desea a nadie. (Ver también: No es el Fin del Mundo)
Cuando le dijeron que tenía cáncer estaba agachada en la clínica llorando sin consuelo. Su mayor preocupación eran sus hijos que estaban muy pequeños y que se iba a quedar calva. Fue lo que pensó cuando escuchó la palabra cáncer.
Nunca se esperaba esto y decía para sus adentros que todo le parecía un sueño. El recibir la noticia para ella fue muy terrible. Sentía que la vida se iba de sus manos. Pero a medida que pasaban los días, Adriana iba aceptando la terrible realidad. Y piensa que cuando se recupere, tendrá el valor de contarles a sus hijos lo que pasó. (Te puede interesar: Ha sobrevivido 20 años)
Adriana no tenía antecedentes de cáncer. Nadie en su familia padecía la enfermedad.
Hoy se cuida la alimentación, no consume azúcar y procura no consumir dulces en su dieta. Se realiza controles médicos permanentes y cada día que pasa da gracias a Dios por haberle dado la oportunidad de ver crecer a sus hijos y no dejarlos tan pequeños sin su madre.
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