No es el Fin del Mundo

Clemencia Hortmann. Se hacía la mamografía juiciosamente. Siempre era un examen que solicitaba a su médico. Pero un día se sintió una masita. Se hizo la mamografía y le dijeron que se trataba de una enfermedad fibroquística. Fue al médico y preciso. Le dijo tiene cáncer de seno.

Ella en ese momento sufrió una sensación de no puede ser. Fue duro aceptarlo cuando siempre se hizo los chequeos de sus senos. Esto sucedió hace 11 años.

Su pezón estaba invertido. Le practicaron una biopsia y resultó positiva. Pasaron 15 días en los que lloró muchísimo porque pensaba que la muerte estaba cerca. Además le daba más tristeza pensar en que no iba a conocer a sus nietos.

En esos días se celebraba el matrimonio de su hija y decidió no contarles la noticia para no empañar la celebración. Así entonces, se hizo las radioterapias, tomó medicamentos para reducción del tumor y le hicieron mastectomía con reconstrucción.

Cuando les dio la noticia a su esposo y a sus hijos ella ya había aceptado la enfermedad. Fue una angustia total. Sus hijos la acompañaban a las sesiones de quimioterapia. Al final todos terminaron aceptando la enfermedad y dándole comprensión a su esposa y madre. (Ver también: ¿Por qué a mí y a mis hijas?)

Han transcurrido 11 años y logró conocer a sus nietos que para ella era lo más importante desde el momento en que le dijeron que sufría de esta enfermedad.

Ha tomado sus medicamentos con juicio, sigue en controles cada seis meses y cambió sus hábitos de alimentación. Tiene una sobrevida de 11 años. Ella siente que ya lleva varias batallas ganadas y que si sigue recuperándose va a lograr ganar la guerra a esta terrible enfermedad.

Ella es traductora y siguió atendiendo su trabajo. Aprendió a dictar charlas sobre la prevención el cáncer y a todas sus alumnas les dice que no es el fin del mundo. Al contrario es una oportunidad más que les da la vida para revaluar sus prioridades. (Te puede interesar: Ha sobrevivido 20 años)

Les dice en sus charlas que quedarse sin pelo tampoco es tan grave. Recuerda numerosos casos en los que las pacientes le dicen que el esposo no deja que les quiten el seno. Y ella les responde : Uno no es un seno. Es una persona total. Así que esto no es todo en la vida. Es la persona en su totalidad.

Clemencia siente que estas charlas que dicta las fortalece y la hacen sentir mejor porque sabe que allá afuera hay muchas señoras a las que apenas les están diagnosticando la enfermedad.