Proteínas, Grasas o Carbohidratos: ¿Qué es más importante para la Longevidad?
Una dieta de baja carga glucémica es el único esquema alimentario que en verdad puede prolongar la vida de las personas, como lo demuestran claramente los estudios científicos realizados bajo los más rigurosos criterios de evidencia.
Nota: Para obtener más información sobre la dieta de baja carga glucémica, así como de otras formas basadas en la evidencia para prolongar la vida, puede visitar el sitio web de medicina basada en la evidencia para combatir el envejecimiento saludcientifica.es.
Dieta de baja carga glucémica y su efecto sobre la longevidad
¿Qué es esta dieta? Su principio básico es que el nivel de glucosa en la sangre medido 50 minutos después de la comida no debe superar el nivel de azúcar medido antes de las comidas en más de 1-2 mmol/l.
Los científicos han demostrado que baja carga glucémica en alimentación reduce el riesgo de mortalidad general y también añade unos 5-7 años a la vida de las personas (1)(2).
Las respuestas de las personas a cada alimento pueden variar en función de muchos factores (microflora intestinal, actividad física humana durante el día, etc.). Y actualmente, sólo existe una forma segura de determinar la carga glucémica individual tras la ingesta de una comida determinada: es utilizar un glucómetro. Ninguna tabla de Internet, de las que están presentadas en diferentes sitios de internet, puede ofrecerle una información precisa sobre cuánto aumenta una determinada comida sus niveles de glucosa en la sangre.
Indudablemente, en esta situación es tentador reducir la carga glucémica excluyendo por completo los carbohidratos del régimen dietético. Sin embargo, antes hay que averiguar, si se debe hacerlo y que cantidad de proteínas, grasas e carbohidratos es necesario consumir para no violar los principios de dieta de baja carga glucémica y con eso prolongar su vida.
¿Es posible eliminar los carbohidratos de su dieta?
De hecho, no es posible, por supuesto, eliminarlos de su dieta.
Como evidencia, aquí hay una serie de datos científicos obtenidos por investigadores durante el estudio de la popular dieta baja en carbohidratos; que, como su nombre indica, limita la ingesta de carbohidratos en relación con una determinada dieta promedio. Esta dieta reduce la proporción de alimentos ricos en carbohidratos (hasta menos del 20% del total del régimen dietético): se sustituyen por alimentos que contienen mayor porcentaje de grasas y proteínas.
Y así, a pesar de algunos de los efectos positivos que esta dieta tiene en la salud humana a corto plazo, una revisión sistemática de estudios de cohortes, realizada por científicos en 2017; encontró una asociación entre las dietas bajas en carbohidratos y el riesgo de diabetes mellitus en el futuro (3).
Además, ya al día siguiente de empezar a comer según los principios de una dieta baja en carbohidratos, las personas experimentaron una disbiosis en su microecología intestinal; o lo que es lo mismo, una reducción significativa de normobióticos y un aumento de muchos microorganismos oportunistas y patógenos (4).
Y en 2013, un metaanálisis de diecisiete estudios de cohortes realizado por los especialistas del Centro Nacional de Salud y Medicina Global (Japón), y que abarcó a unas trescientas mil personas, demostró que las dietas bajas en carbohidratos se asociaban a un mayor riesgo de mortalidad por todas las causas; lo que equivale esencialmente a una reducción de vida en 2,5 años (5).
La proporción óptima de proteínas, grasas y carbohidratos para una larga vida y buena salud
Para determinar qué cantidad de proteínas, grasas y carbohidratos es necesario consumir para vivir una larga vida, en 2017 se llevó a cabo un estudio a gran escala; en el que los científicos monitorearon la esperanza de vida de personas de 18 países (6).
En este experimento científico participaron los sometidos de Canadá, Suecia, Emiratos Árabes Unidos, Argentina, Brasil, Chile, China, Colombia, Irán, Malasia, Palestina, Polonia, Sudáfrica, Turquía, Bangladesh, India, Pakistán y Zimbabwe. A lo largo de siete años y medio, los científicos evaluaron el impacto de las dietas de los sometidos en su mortalidad general; así como en diversos riesgos cardiovasculares (infarto de miocardio, accidente cerebrovascular, insuficiencia cardíaca, etc.).
Los resultados del estudio identificaron la proporción más óptima. Es decir, asociada a los menores riesgos de mortalidad, de grasas, proteínas y carbohidratos, cuyas características porcentuales están presentadas en la tabla a continuación:
Componentes de la alimentación |
Porcentaje en la dieta |
Carbohidratos |
54,6% |
Proteínas |
16,9% |
Grasas: Saturadas Monoinsaturados Poliinsaturados |
30,5% 9,5% 12,5% 8,5% |
Un año más tarde los resultados de este experimento científico fueron parcialmente confirmados por otro gran estudio, iniciado específicamente para aclarar la proporción de carbohidratos y evaluar su impacto en la longevidad más ampliamente (7).
Según los datos de este estudio, se concluyó que la proporción óptima de carbohidratos debe ser del 50% de la ingesta calórica total (véase la figura).
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