Recién Nacido con Asfixia Perinatal

Guía de práctica clínica

 Definición

La asfixia es la falta de oxígeno que puede sufrir su bebé al momento de nacer y que puede afectar todos sus ór­ganos. Puede ocurrir dentro del útero (antes del nacimiento) o en el momento del parto.

Prevención y tratamiento

El control prenatal adecuado permite detectar muchos de los problemas que pueden desembocar en asfixia del feto dentro del útero. Es particularmente importante la vigilancia oportuna del trabajo de parto por parte de personal de salud calificado.

El médico que atiende el proceso de parto puede detectar cambios en los latidos cardiacos del feto, o presencia de factores de riesgo y realizar maniobras que disminuyan o prevengan la asfixia. La presente guía no aborda en detalle estos cuidados de la mujer embarazada y en trabajo de parto, y usted debe solicitarle información al médico que atiende su embarazo.

A pesar de adoptarse todas las medidas adecuadas de pre­vención, algunos bebés van a sufrir asfixia antes, durante o inmediatamente después del parto.

El tratamiento consiste, en primer lugar en una detección oportuna de que el problema ha ocurrido. Con frecuencia, el bebé que nace con asfixia presenta problemas para adaptarse a la vida fuera del útero: se demora para respirar, su color y tono muscular son inadecuados, su corazón late lentamente, y su actividad es baja o nula. Estos bebés deben recibir una reanimación adecuada y oportuna por parte de personal de salud debidamente entrenado y equipado. Que siempre debe estar disponible en las entidades de salud donde se atienden partos.

El niño con sospecha o confirmación de haber sufrido asfixia perinatal:

Debe ser cuidadosamente valorado por el médico pediatra o el neonatólogo, quien aconsejará sobre los pasos a seguir: toma de exámenes especiales, hospitalización y evaluará la necesidad y conveniencia de iniciar tratamien­tos específicos.

Algunos niños con asfixia moderada o severa se pueden beneficiar de un tratamiento muy especializado llamado hipotermia terapéutica. Con el uso de equipos especiales, y con una cuidadosa vigilancia de todos los signos vitales. A estos bebés severamente asfixiados se les baja la temperatura del cuerpo unos pocos grados, durante las primeras horas de vida. Se busca así proteger al cerebro de la extensión de las lesiones que puede ocurrir después de que el sistema nerviosos ha sido sometido a falta de oxígeno.

Este tratamiento apenas está empezando a estar disponible a nivel mun­dial y en Colombia está siendo implementado en pocos centros altamente especializados. Se puede eventualmente necesitar la transferencia del re­cién nacido asfíctico a uno de estos centros especializados, para recibir el tratamiento con hipotermia.

Sin embargo es necesario que usted sepa que los aspectos más importantes para enfrentar el problema de asfixia son la prevención, la identificación oportuna y la reanimación neonatal oportuna y adecuada. La hipotermia es de momento solo un recurso extremo cuando a pesar de intentarse la prevención y la reanimación adecuada, la asfixia logra comprometer de forma aguda y severa el cerebro del recién nacido.

Que debe tener en cuenta

  • Su bebé puede necesitar ser hospitalizado para observación, toma de exámenes o cuidados especiales.
  • Dependiendo del lugar en donde se encuentre y de la gravedad de su enfermedad, su bebé puede requerir traslado a un nivel de mayor complejidad (otro hospital o clínica).
  • Debe solicitar a su médico que le de información oportuna so­bre la evolución de su hijo y cualquier cambio significativo en la evolución.

Exámenes que le pueden tomar

Dependiendo de la evolución y de los hallazgos durante la observación de su hijo los médicos solicitarán los exámenes que consideren pertinentes para evaluar las complicaciones.

Dos de los más frecuentemente empleados, por su utilidad son:

Gases Arteriales: con este examen los médicos pueden valorar qué tan severa fue la falta de oxígeno de su bebé al momento de nacer. Se realiza en una muestra de sangre tomada del cordón umbilical al momento de nacer, o de una arteria del niño en los primeros 60 a 90 minutos de vida.

Resonancia Nuclear Magnética Cerebral: con este examen los médicos pueden evaluar los cambios estructurales sufridos por el cerebro debidos a la falta de oxígeno al nacer. Se toma con un equipo especial llamado resonador nuclear magnético. El término “nuclear” no quiere decir que en el proceso se use energía nuclear ni hay radiactividad de ninguna naturaleza. Para realizar el examen no se emplea radiación ni rayos X y por tanto no repre­senta ningún riesgo de exposición a radiactividad ni a radiación ionizante.

Complicaciones que se pueden presentar después del nacimiento

  • Paro cardiaco o respiratorio que requiere reanimación
  • Convulsiones y otras alteraciones neurológicas, como parálisis cerebral y retardo mental
  • Lesiones del corazón que pueden ser transitorias
  • Dificultad respiratoria que necesite tratamiento con oxígeno e incluso con ventilación mecánica (artificial)
  • Alteración de la función de los riñones que puede ser transitoria, pero pone en riesgo la vida o la integridad del niño
  • Problemas de la sangre y de la coagulación
  • Puede favorecer la aparición de infección
  • Problemas intestinales relacionados con falta de oxígeno en el intesti­no durante el momento en que se produjo la asfixia y que conducen a una condición llamada enterocolitis necrosante
  • Muerte

Recomendaciones a la salida del hospital

El recién nacido afectado por asfixia perinatal tiene riesgo elevado de presentar alteraciones en el desarrollo psicomotor, (retraso del desa­rrollo, parálisis cerebral) problemas visuales, auditivos y convulsiones. Por este motivo es muy importante llevarlo a controles de crecimiento y desarrollo mensualmente durante los 18 primeros meses de vida con el fin de detectar tempranamente estos problemas y poder iniciar un manejo oportuno.

Puede requerir controles con el neurólogo pediatra y manejo con terapia física y del lenguaje.

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