Los brackets son la herramienta de ortodoncia más utilizada debido a que ayudan a alinear los dientes torcidos y chuecos. La sonrisa es una de las partes más importantes de la cara para muchas personas, por lo que alinear los dientes para una buena autoestima es “esencial”. Además de que te permiten también mejorar la mordida y así masticar de mejor forma.
Anteriormente, los brackets eran gruesos y totalmente visibles, pero conforme ha avanzado el tiempo, se han hecho más pequeños, estéticos e incluso diferentes tipos que se pueden adaptar a tus necesidades. No obstante, es importante consultar a un especialista como dentista para saber cuáles de estos tipos pueden funcionar en cada caso.
Lo que debes saber sobre los brackets
A pesar de que los brackets son comunes, constantemente se ignoran ciertos factores importantes. Por ejemplo, por más que puedas leer sobre ellos y para qué sirven, el ortodoncista o dentista es el experto y será él quién te ayude a decidir qué tipos de brackets usar o cómo limpiar los dientes. Aunque no es necesario hacer algo especial, debes cuidar los dientes cepillándolos 3 veces al día después de cada comida y usando cepillos interdentales para una limpieza más profunda.
Para una buena higiene de los pequeños, existen unas pastillas especialices que colorean los dientes que no se han limpiado bien, de esta forma es más sencillo limpiar los dientes.
Si bien es cierto que en los primeros días te será difícil acostumbrarte, que no podrás comer ciertos alimentos y que podría lastimar la parte interna de la mejilla, tampoco son tan difíciles de cuidar como las personas piensan. Por lo que al final hasta podrías olvidarte de su existencia y sentirte cómodo. El dolor que generan los brackets no dura más de 3 o 4 días como mínimo. Puedes aliviarlo tomando un analgésico, solo si tu doctor lo recomienda.
Ahora, existen dos estilos diferentes de brackets que puedes escoger, los cuales son brackets movibles o inamovibles. Los brackets inamovibles se colocan en los dientes y se quitan cuando se termina el tratamiento, mientras que los brackets movibles se pueden quitar y poner cuando se quiera, aunque no hayas terminado el tratamiento.
Tipos de brackets
Hoy en día, los brackets se pueden adaptar a tus necesidades y objetivos. Dependiendo de los tipos de brackets es como se realizarán los cuidados y serán las consultas con el dentista, que generalmente son cada mes. Algunos tipos de brackets son:
Brackets de metal
Los más comunes y tradicionales soportes metálicos con los alambres. Este tipo de brackets es la opción más económica y la que más prefieren los niños por las ligas de colores. Una desventaja de los brackets metálicos es que deberás evitar alimentos como los dulces, chicles, duros y crujientes.
Alineadores invisibles
El tipo de ortodoncia sin brackets que se ha vuelto muy famoso. Los alineadores invisibles son férulas de plástico transparentes y extraíbles que se colocan en los dientes para alinear los dientes. Generalmente, las férulas cambian cada dos semanas.
Brackets estéticos
Tienen la misma forma y tamaño que el metal, pero son del color de los dientes. Lo que los hace menos visibles y conocidos como brackets estéticos. Esta opción tiene resultados rápidos, al igual que los brackets metálicos y dependiendo del caso de cada paciente. Una desventaja es que se ensucian fácilmente, por lo que requieren muchos cuidados por parte del paciente.
Estos son solo algunos de los tipos de brackets más comunes y conocidos. Puedes escogerlos con la ayuda de tu especialista, dependiendo de tu caso. Ahora bien, es muy común que exista una falta de confianza sobre el especialista que te tratará o consultará. Por lo que es recomendable consultar primero su experiencia, estudios, trayectoria y sobre todo las reseñas que pueden dar los pacientes del dentista.
Si no conoces a nadie que pueda recomendarte a uno o prefieres buscarlo por tu propia cuenta, te recomiendo que consultes con los servicios de salud como doctoranytime. En doctoranytime puedes visualizar el perfil del especialista con los puntos mencionados, además de su disponibilidad, ubicación de su consultorio, o si lo prefieres y si no es necesaria la consulta presencial, realizar una video-consulta. Sentirse seguro y conocer la experiencia de otras personas, es esencial para tratar tu salud.
