Partos por Cesárea con Bajo Riesgo de Incontinencia Urinaria

Un estudio efectuado en Suecia indica que las mujeres que tienen un parto vaginal son más propensas a desarrollar incontinencia urinaria décadas más tarde que las que dan a luz por cesárea.

El doctor Steven Swift, director de uroginecología e incontinencia de la Medical University of South Carolina, en Charleston, Estados Unidos, quien no participó del estudio, dijo a Reuters Health: “Cualquiera que alguna vez haya presenciado un parto vaginal sabe que la cabeza del bebé es más grande que los músculos por los que pasa. Y cuando se estira un músculo, puede dañarse”.

Hasta ahora, los estudios no se habían concentrado en los efectos de los métodos de parto en el largo plazo. Es así, como este estudió logró poner en evidencia la relación del tipo de parto con la posibilidad de sufrir, años más tarde, incontinencia urinaria.

El equipo del doctor Ian Milsom, de la Academia de Sahlgrenska de la Universidad de Gotemburgo, en Suecia, reunió información de más de 5.200 mujeres que habían tenido un hijo entre 1985 y 1988; 1.200 niños habían nacido por cesárea y el resto, por vía vaginal.

Veintidós años después del parto, el 40 por ciento de las mujeres con un parto vaginal dijo que había tenido pérdidas involuntarias de orina, comparado con el 29 por ciento de las mujeres con una cesárea.

Para Milsom, es como si las últimas etapas del parto natural (cuando el bebé pasa por el canal vaginal) fueran importantes para el riesgo futuro de desarrollar incontinencia. Y eso es porque las mujeres que habían comenzado el trabajo de parto con la intención de tener un parto vaginal y dieron a luz por cesárea eran tan propensas como las que habían planificado la cesárea a tener incontinencia dos décadas más tarde.

El equipo estimó que deberían realizarse ocho o nueve cesáreas para evitar un caso de incontinencia urinaria en el largo plazo.

De todos modos, Milsom consideró que el riesgo futuro de incontinencia no es motivo para realizar una cesárea. “No estamos promoviendo la cesárea en todas las mujeres”, aclaró.

La cesárea también tiene sus riesgos, como la posibilidad de que el bebé desarrolle trastornos respiratorios o que la mujer tenga complicaciones en próximos embarazos.

Para reducir el riesgo de padecer incontinencia, Milsom recomendó que las mujeres controlen el peso. El equipo halló que las mujeres obesas que habían tenido un parto por cesárea eran tres veces más propensas a tener incontinencia que las mujeres con peso normal, mientras que en las que habían tenido un parto vaginal ese riesgo aumentaba dos veces y media más.

“Para mí, lo más importante que demuestra este estudio es que una mujer que controla su peso logrará controlar mejor la incontinencia futura que si tuvo una cesárea en lugar de un parto vaginal”, dijo Swift.

Los resultados revelan que las mujeres con un parto vaginal eran casi tres veces más propensas a haber tenido episodios de incontinencia durante más de una década.

En BJOG: An International Journal of Obstetrics and Gynaecology, los autores escriben que la relación entre el tamaño corporal y la incontinencia es un hallazgo alentador “porque significa que nunca es demasiado tarde para mejorar (la incontinencia urinaria) con la reducción y el control del peso”.

FUENTE: BJOG: An International Journal of Obstetrics and Gynaecology, online 14 de marzo del 2012

HealthDay

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