Antropológica sobre el Maltrato Infantil en Colombia

Una Reflexión Histórico

De las sociedades prehispánicas a la actual.

Dr. Hugo Armando Sotomayor Tribín. Médico Pediatra. Profesor de Historia de la Medicina y de Antropología Médica de la Facultad de Medician de la universidad Militar “Nueva Granada”

Segunda Parte

Material y Métodos

El presente trabajo busca recoger algunos documentos escritos por los cronistas españoles de los siglos XVI a XVIII sobre los niños de las sociedades indígenas y confrontarlos con la situación de algunos niños del resto de la sociedad a lo largo de nuestra historia haciendo énfasis en los tiempos actuales. Se analizarán temas como el del infanticidio, los sacrificios infantiles, crianza invertida, el abuso sexual de los niños, amputaciones y deformaciones corporales, el abandono, la mendicidad instrumentada por los padres y la explotación económica de los niños, la prostitución infantil, el trabajo infantil, y el reclutamiento forzado de los niños por los diferentes grupos armados.

Infanticidios

Infanticidios de niñas: «El primer hijo o hija que pare lo entierran vivo o lo echan río abajo… pero si seguidamente se empreña la mujer y pare hija y algún indio le dice que por ser hembra no vale nada y no la debe criar, luego la mata, y lo mismo hace de la tercera y cuarta» ; «En siendo niña la que nace, la entierra viva, para que acabe los trabajos de este mundo, porque dicen que la india no nace sino para el trabajo; el conservarse vivas algunas niñas, es debido a la vigilancia y amenaza de sus propios padres»34; «Si la mujer paría el primer parto hembra, le mataban la hija y todas las demás que naciesen hasta parir varón; pero si del primer parto nacía varón aunque después si siguiesen hembras, ninguna mataban»35.

Infanticidio de recién nacidos malformados y gemelos recién nacidos: «Tenían por mal agüero estos indios que una mujer pariese dos criaturas de un vientre, o cuando alguna criatura nace con algún defecto natural, como es en una mano seis dedos, u otra cosa semejante. Y si (como digo) alguna mujer paría del vientre dos criaturas, o con algún defecto se entristecían ella y su marido, y ayunaban sin comer ají ni beber chicha, que es el vino que ellos beben y hacían otras cosas a su uso y como lo aprendieron de sus padres»37; «Las preñadas ofrecían al cuchaviva sus cintillos y figuras de oro bajo, para tener un buen parto, mataban al segundo que nacía, teniendo por grande afrenta parir dos juntos, porque decían ser aquello demasiada injuria, creyendo ser imposible engendrarse dos juntamente, sino que había de ser por fuerza uno después de otro con distintos ayuntamientos»38; «Ni es menos necia la manía con que llevan pesadamente el que las mujeres paran mellizos: teniendo por deshonra de sus personas… corren a casa de la parida a celebrar la novedad con apodos: unas dicen que aquella es parienta de los ratones… la saliva gentil que da uno a luz, y siente que resta otro, al punto si puede, entierra el primero, por no sufrir luego la cantaleta… ni ver el ceño que su marido le pone»39; «y si moran indios en partes donde se da el maíz, hace de las mujeres y de algunos animales muchos monstruos que luego los matan los indios y echan de si como cosa abominable, como lo querían hacer sus padres… con una niña que les nació cubierta toda de pelo tan largo como un mico»40; «Aunque el parto sea en casa delante del marido, y de la parentela, si la criatura sale con algún defecto, o con alguna monstruosidad, vgr. con una mano o pie menos, o con el labio rajado, como suele suceder; en tales casos, sea hembra o sea varón nadie se opone, antes todos consienten en que muera luego, y as¡ se ejecuta; y si la mujer da a luz dos criaturas, es indefectible en que uno de los mellizos ha de ser luego en el punto enterrado a instancias o por mano de su misma madre»41.

«Esta crueldad practican con gran disimulo, rompiéndoles la nuca, apretándoles de recio la tabla del pecho, o cortándoles tan a raíz el ombligo que no se pueden atar, y acaban desangrados»42.

Crianza Invertida

Asignación de papeles invertidos a varones durante la crianza: «Entre los Laches… tenían por ley que si la mujer paría cinco varones continuados sin parir hija, pudiesen hacer hembra a uno de los hijos a las doce lunas de edad; eso es, en cuanto a criarlo e imponerlo en costumbres de mujer; y como lo criaban de aquella manera salían tan perfectas hembras en el talle y ademanes del cuerpo, que cualquiera que los viese, no los diferencian de las otras mujeres, y a estos llaman Cusmos, y ejercitaban los oficios de mujeres con robusticidad de hombre; por lo cual en llegado a la edad suficiente los casaban como a mujeres, y preferíanles los Laches a las verdaderas, de que seguía de que la abominación de la sodomía fuese permitida en esta nación del Reino y solamente… Tal era el melindre con el que se ponían la manta y los que demostraban en los viajes al tiempo de hablar con otros hombres»43.

Sacrificios de Niños

«Cuando se hacía de nuevo la casa y cercado del cacique, en los hoyos que hacían para poner aquellos palos gruesos que usaban en medio del bohío y a las puertas del cercado, hacían entrar, acabado el hoyo, una niña bien compuesta en cada uno, hijas de los más principales del pueblo que estimaban mucho se quisieren servir de ellos para aquello el cacique, y estando las niñas dentro de los hoyos, soltaban los palos sobre ellas y las iban macizando con tierra, porque decían consistía la fortaleza y buen suceso de la casa y sus moradores en estar fundada sobre carne y sangre humana» 44; «Ningún sacrificio ni ofrenda se pudo hacer sino por su mano, particular ni comen, porque todavía en las ofrendas comunes y por causas graves, sacrificaban al sol…

no en templos, porque decían era imposible meter tanta majestad entre paredes, sino en altas cumbres a la parte que miraban al oriente a donde llevaban los jeques, juntándose muchos para estos, un niño de los que habían cogido en guerra de sus enemigos que para esto tenían reservados muchos y guardados en ciertas casas y reglados con deliciosas comidas»45; «Pero a la suma demencia que llegaba en idolatría era degollarle hombres en sus templos, y regando el suelo y ensuciando los postes con la sangre, sacaban los cuerpos enteros de los degollados, que lo más ordinario eran niños, a lo alto de los cerros para que se los comiese el sol, de manera que dejándolos allí donde se consumían con el tiempo, cuando los hallaban consumidos decían habérselos comido el sol, porque aquel era su manjar»46; «pero si acaso el Moja (al tiempo que estaba encerrado) se hubiese mezclado con alguna mujer de las que había dedicado al servicio del dicho santuario, o con otra cualquiera de las de afuera, y lo referido llegaba a noticia de los sacerdotes, el Moja, quedaba incapaz de ser sacrificado, no teniendo su sangre acepta al sol, como sangre pecadora y no inocente»47, «Preparándose luego sacrificios de niños y los jeques para sacrificarlos y pedir por aquellos medios al sol y los demás ídolos lo necesario a la resistencia de su enemigo»48.

La primera de estas son los relatos de Pedro de Cieza de León y otros en el curso del Valle del Cauca y un conjunto cerámico

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