Lactancia Materna con Amor: Una “Vacuna” Contra la Depravación Psicoafectiva

Nota del Editor:

Al recibir este artículo y considerar que contiene conceptos de importancia, decidimos, conjuntamente con los Coordinadores de la “Columna” “La Liga de la Leche” que por esta y única vez, cederíamos el espacio correspondiente para su publicación, ya que su tema coincide con los que habitualmente ocupan este espacio y 2 artículos sobre el mismo tema podría ser redundante.

Dr. Oscar Avellaneda Dueñas
Médico Pediatra.

El padre tiene también una vital importancia en la lactancia del hijo. La madre necesita amor, de su compañía, de su protección y apoyo para vivir de forma equilibrada, tranquila y feli el embarazo, el parto y la crianza del hijo. Su responsabilidad no sólo es económica sino afectiva y permite que el vínculo afectivo madre-hijo se desarrolle o no a plenitud, su ausencia compromete el proceso, tal como ocurre con las madres que tienen que ir a trabajar antes del tercer mes de vida del bebé y peor aún lo afecta en el caso de las madres solteras.

Además de este aporte del padre para la relación madre-hijo, es de enorme importancia que él exprese su afecto incondicional al niño, mediante palabras, caricias, juegos, etc. y en la medida que lo requiera el crecimiento del menor, comparta con él su tiempo y actividades. No olvidemos que el juego es la forma más clara de expresión de los niños e igualmente la forma más sencilla y fácil de llegar a ellos. Tanto padre como madre deben dedicar un tiempo diario, para efectuar actividades que involucren al niño y que aparte de ser constructivas y fundamentales para su aprendizaje, son semillas de amor sembradas en su corazón. Todo niño necesita que sus padres le dediquen tiempo.

La lactancia materna se relaciona en el tiempo con la fase oral del desarrollo psicosexual y afectivo del ser humano, que va del nacimiento a los 2 años de vida aproximadamente. En este tiempo la boca es en el bebé el núcleo de su sentir neurológico y el centro de su capacidad de aprendizaje. El sistema neuronal está especialmente centrado, en la boca para que el bebé pueda introyectar la VIDA AFECTIVA, ESPIRITUAL, ALIMENTARIA e INMUNOLOGICA, que la madre le puede brindar a través del acto amoroso, espiritual que su seno y su leche brindan al bebé. La conciencia que la madre le pone al acto de lactar da al bebé día tras día la sensación de la existencia y la ACEPTACION de la madre. Es decir, a la vez que su cuerpo se nutre equilibradamente, su afectividad se nutre de la VIBRACION POSITIVA de la madre hacia él, con la mirada consciente, el abrazo y el calor materno. Se constituye así en un acto de alimentación TOTAL1, y por tanto el tiempo MINIMO de duración de la lactancia materna debe ser DOS AÑOS.

Ya muchos pediatras han comprendido la importancia de este proceso, recomendando a las futuras madres. “Amamantar es la forma más natural de alimentar y criar el bebé. Ofrecerle biberón puede hacer que él pierda interés en el seno y terminar la lactancia prematuramente. Inicie el amamantamiento lo más pronto posible después del parto, ojalá dentro de la primera hora. Hágalo frecuentemente en las primeras semanas (diez a catorce veces en veinticuatro horas). Poco a poco se irá “organizando” solito. Ofrézcale ambos pechos en cada comida alternando el lado con el que comienza. Para una adecuada succión del bebé: siéntese cómodamente, coloque la cabeza del bebé en el hueco de su codo de manera que haya contacto entre su abdomen y el del niño, con la punta del pezón toque el labio inferior del bebé y espere a que él abra la boca muy bien, en ese momento acérquelo rápidamente contra usted fijándose que dentro de la boca quede todo lo que quepa del pezón y la areola. No ofrezca chupos o biberones con aguas, otras leches u otros alimentos. Descanse y reponga el sueño perdido haciéndolo en el día mientras su bebé también duerme. Acepte la ayuda que le puedan brindar para contribuir con el cuidado de su casa y de los otros niños si los hay. Si la madre y el bebé lo desean, la lactancia materna debe continuar más allá del año de edad”2.

En el acto de lactar amorosamente, la madre está sembrando la primera sensación interior de AUTOESTIMA, está grabando en el sistema nervioso del bebé la PAZ DEL AMOR que ella sienta por él. Este proceso puede darse gracias a que el bebé es una “sensible antena” con una gran capacidad de recepción de todas las “ondas vibratorias” que emiten la madre y los seres que están alrededor, pero especialmente ella. Estas ondas que le dan placer se fijan a través de la sensibilidad de la boca, es decir, que en la sensación placentera de la boca, el bebé está sintiendo que le entra la vida emocional y nutritiva. En este acto, se inicia el beso sexual, afectivo; el adolescente en sus primeros besos pone a funcionar el contenido que le ha sido grabado durante los primeros dos años de vida y así el chupeteo en el beso sexual es el mensaje de entrega de vida, de afecto y ternura que el individuo tiene dentro de sí grabado. Además no es gratuito, que el beso y la caricia sean, por lo general, la primera etapa del acto amoroso, puesto que tienen el mismo orden en el desarrollo del ser1.

Durante los dos primeros años, el niño necesita lactar de su madre, en el primer año lo hace de una manera intensa y en el segundo se desteta poco a poco, en tanto la madre se haya entregado totalmente al acto de lactar CON AMOR, con gusto, con dulzura y conciencia, entonces el bebé “se copa”, se llena el proceso y deja el pecho para iniciar el siguiente proceso de la vida psíquica. Cuando la lactancia no ser realiza en estas circunstancias o condiciones, se deja al bebé con un profundo vacío afectivo. En este sentido la soledad y la falta de contacto intenso con la madre le hace grabar o fijar una situación ANGUSTIOSA de la ANSIEDAD de no sentirse amado por la madre, a través de chupar el seno, sentir su cercanía y el abrazo que le darían seguridad. Freud llamó a la ansiedad de la no satisfacción de la etapa que el niño está viviendo “FIJACION”, es decir, el individuo al no llenar de elementos positivos la etapa que vive, queda “FIJADO… ESPERANDO en el inconsciente que se satisfaga de alguna manera la ansiedad afectiva y que ceda la ansiedad y la tensión de la constante espera, a través de ritos y hábitos que le calmen la ansiedad, de allí nacen: la incontrolable necesidad de comer que lleva a la obesidad, el comerse las uñas, chupar dedo, y lo más grave el tabaquismo y el ingerir sustancias que le bajen la tensión y la angustia permanentes, como el alcohol y las drogas psicoactivas.

Es una terrible paradoja que al no haber podido introyectar el amor materno, se tenga entonces que calmar la ansiedad ingiriendo sustancias que adormezcan el dolor o la ansiedad del amor, produciéndose a sí mismo irremediables daños físicos y deteriorando la capacidad del individuo en todas las esferas. Es como si al no hacer “ingerido amor”, el adulto “ingiera muerte” por el gran dolor inconsciente que trata de ser anestesiado.

No hay duda que la madre produce la leche más adecuada para las necesidades del bebé, ella es un milagro de la naturaleza, un regalo de Dios, pero que las mujeres aprendan a apreciar y AMAR la lactancia por encima de cualquier otra circunstancia, será obra de una NUEVA EDUCACION Y FORMACION1 que redundará en mejores seres humanos y por ende en un mundo menos violento y seguramente más feliz.

Cuando este proceso no se desarrolla adecuadamente, cuando el niño, durante los primeros años de su vida por causas o situaciones diversas, no tiene una relación afectuosa, íntima y continua con su madre (o con una persona o “figura” sustituta), que le proporcione el afecto, los estímulos y cuidados necesarios para su normal desarrollo, hablamos de DEPRIVACION PSICOAFECTIVA. Y en forma esquemática decimos que ella es “parcial” cuando se alguna manera la madre sustituta es conocida por el niño y logra confiar en ella y “completa” cuando no cuenta con una persona que lo cuide de una manera individual, constante, amorosa y con la cual se pueda sentir seguro.

Teniendo en cuenta que no basta la sola presencia física de la madre, sino la RELACION que la desarrolla con el niño, en su ausencia, la relación podría establecerse con otra persona o “figura” que la sustituya y esta persona podría ser la abuela, la tía, una persona cercana a la familia, o incluso un hombre como el padre3. En forma didáctica podemos señalar algunas situaciones que representan deprivación:

Situación A:

Cuando no se establece una verdadera relación afectiva entre el niño y la madre durante los TRES primeros AÑOS de vida, bien sea por ausencia de ésta o porque estando presente no la puede establecer por diferentes razones, por ejemplo: Pedrito era un niño muy activo y con un desarrollo adecuado a sus 2 años de edad, cuando perdió a sus padres en un accidente automovilístico, no se encontró quién lo cuidara y fue llevado a una Institución. Desde entonces empezó a comportarse diferentes, no aceptaba las órdenes que le daban, se volvió retraído, rechazaba los alimentos y volvió a mojarse en los pantalones3. O quizás: la mamá de Pablito tiene mucho trabajo en la casa pues debe ayudar al sostenimiento del hogar lavando ropa ajena. Además debe preparar la comida para sus hijos y los trabajadores de la finca. Pablito tiene 6 meses durante los cuales ha permanecido casi todo el tiempo en la cuna y su hermanita de 5 años es quien le da el tetero. Cuando enfermó de neumonía fue llevado al Hospital local y se encontró que no era capaz de sostener su cabeza cuando se ponía boca abajo, ni se sostenía sentado, tampoco se mostraba activo ni sonreía. En ambos casos observamos una privación de afecto y estímulos hacia los niños.

Situación B:

Cuando se priva al niño de la madre, durante un período mínimo de tres meses4 en los primeros tres años de su vida. Por ejemplo: Ana María nació prematura y con un problema respiratorio, no sube de peso y lleva tres meses hospitalizada, durante este tiempo su madre va a verla en las horas de visita pero no le permiten entrar al cuarto. A los cuatro meses la niña regresa al lado de su madre quien empieza a cuidarla dándole tetero, porque cree que ya se le secó la leche, la niña permanece muy triste, casi no se mueve y come poco.

Situación C:

Cuando ocurren cambios constantes en figuras maternas, lo que impide que se da una relacionó afectiva estable con el niño. Por ejemplo: Carlos perdió a su esposa cuando Juliana tenía 1 mes de nacida. El padre se encargó de su cuidado durante los dos meses siguientes cuando debió dejarla con su hermana porque consiguió un mejor trabajo en otra ciudad, su hermana María la cuidó durante seis meses más hasta que se casó y la dejó con la abuela. Juliana vivió allí hasta que su abuela murió y pasó a vivir con una tía que se encargó de ella hasta que se encontraron un matrimonio que la adoptó. La niña se muestra muy rebelde y es poco afectiva.

En estos casos, el cambio constante de personas cuidaron a Juliana impidió el establecimiento de una relación afectiva permanente con una de ellas, de modo tal que se constituyera en su “figura” materna.

Situación D:

Cuando las relaciones con el niño llevan actitudes negativas que denotan una carencia afectiva por parte de la madre (o la figura sustituta), hacia el niño (hostilidad, rechazo, crueldad, etc). Por ejemplo: el matrimonio Medina tiene 2 niños y querían que su tercer hijo fuera una niña, pero fue otro niño. Todo estaba preparado para recibir una niña y su desilusión fue muy grande cuando nació Santiago. Los padres no le prestaron mucha atención, su situación económica era muy buena, ellos piensan que “no le falta nada”, no le dio pecho, pero la cuida una enfermera, su madre lo atiende con desinterés sólo por “cumplir con su deber”.

Cada una de las anteriores situaciones altera o impide el normal desarrollo de la personalidad del niño en grado diferente dependiendo de tres factores:

  1. Si la ausencia de relación afectiva con el niño es parcial o completa.
  2. El tiempo que dure la deprivación mayor (entre mayor sea la deprivación mayor será el daño causado).
  3. La edad del niño. El daño causado por la carencia afectiva está directamente relacionado con la edad, estableciéndose que el período crítico está entre los 0 meses y los tres años. Las consecuencias de la separación de la madre entre tres y cinco años son menores, ya que él ha desarrollado la posibilidad de entender en tiempo y en cierta forma espera que la madre o figura sustituta regrese.

¿Cuáles son los efectos de la deprivación psicoafectiva?

Varían de acuerdo con el grado de ésta, en términos generales la imposibilidad de creación de vínculos afectivos estrechos trae como consecuencia que el niño se retrae física, intelectual, social y afectivamente y aparecen síntomas de padecimientos físicos y mentales. Estos efectos se empiezan a observar en las actividades de la vida diaria: el niño presenta un tono emocional de temor y tristeza, se aparta de los que lo rodean, no intenta contacto con los extraños, manifiesta falta de apetito, pierde peso y es presa fácil de infecciones.

A corto plazo las consecuencias se pueden resumir así:

  • Reacción hostil hacia la figura de apego (madre o figura sustituta) al momento de reunirse con ella.
  • Excesiva exigencia para con la madre o figura de apego sustituta que se manifiesta a través de una intensa posesividad combinada con celos exagerados y violentas manifestaciones de enojo.
  • Alegre pero superficial apego a cualquier adulto que e encuentre en su medio social.
  • Indiferencia frente a situaciones emocionales combinado con movimientos frecuentes y repetidos del cuerpo (Balanceo) y algunas veces golpes en la cabeza.

 

Si el niño recupera a la madre posteriormente puede caer en pánicos repentinos en los cuales demuestra miedo a volver a ser abandonado. Por otra parte, el regreso a comportamientos de etapas anteriores del desarrollo y las hostilidades que cae el niño, pueden convertirse en un círculo generando agresión en los adultos que lo cuidan. Es así como el ser humano empieza a caracterizarse por la INCAPACIDAD DE ACEPTARSE A SI MISMO, y adaptarse al mundo y por la dificultad de establecer relaciones verdaderamente amorosas y leales con otras personas.
Las consecuencias a largo plazo pueden resumirse así:

  • Relaciones afectivas superficiales.
  • Incacpacidad de sentir afecto por las psersonas o de hacer amistades verdaderas.
  • Rechazo marcado hacia la ayuda que puedan brindarle otras personas.
  • Ninguna respuesta emocional ante las situaciones que debería darse.
  • Una curiosa falta de interés.
  • Engaño y evasión, frecuentemente sin aparente razón de ser.
  • Hurto
  • Falta de concentración en los trabajos que emprende.
  • Dificultades en el manejo de la noción del tiempo3.

 

La incapacidad de aceptarse así mismo también llamada bajo autoestima o autoconcepto es una consecuencia general y grave porque se encuentra en el mismo centro del funcionamiento mental y emocional de la persona. Dice Neil Warren: “Si usted se conoce a sí mismo y se siente genuinamente bien consigo mismo, podrá manejar los desafíos diarios de la vida, pero si usted tiene sentido frágil de su propio yo, será susceptible a todo tipo de problemas emocionales. Usted no puede mantener un control saludable de su vida, si su autoestima es baja y su autoconfianza está frágil. Por supuesto a veces las personas esconden su baja estima actuando con altanería, jactándose, negando errores o faltas y presentando una imagen atosuficiente. A esta altura puede que esté preguntando: ¿Qué tan trascendente son los problemas emocionales que se derivan de un autoconcepto pobre? Vemos algunos: Casi todo el mundo ha escuchado el término neurótico, en realidad es algo simple: una neurosis consiste en ansiedad, más varios comportamientos (“mecanismos de defensa”) diseñados para evitar tener que lidiar directamente con los problemas que acusan la ansiedad: la persona experimenta frecuente depresión, ansiedad permanente, temores irracionales o está preocupada en forma excesiva por su cuerpo. Estoy preocupado por lo diseminada que se halla la neurosis. Sin embargo me siento más preocupado aún sobre los desórdenes de carácter o los psicópatas. El meollo de estos desórdenes es lo que llamamos “socialización inadecuada”. Las personas en esta sitaución no pueden tener una conciencia afectiva e integrada, por lo que se siente poca -o ninguna- culpa, o remordimiento. Mientras que los neuróticos sufren de una conciencia sobreactivada -y por lo tanto- , experimentan mucho sentido de culpa y vergüenza – los sociópatas “sienten” muy poco, y frecuentemente hacen lo que les viene en gana con una mínima preocupación sobre la manera en que sus comportamientos puedan afectar a otros, casi no tienen ninguna estima de los derechos ajenos, son niños problemáticos, adolescentes imposibles y adultos peligrosos. Podemos encontrar un gran número de personas con estas “cualidades”: inescrupulosos hombres de negocios, abogados que hacen trampas y mienten, políticos corruptos, narcotraficantes, prostitutas y otros que regularmente violan todas las reglas”5.

En el acto de lactar amorosamente la madre está sembrando la primera sensación de autoestima ESTÁ GRABANDO EN EL SISTEMA NERVIOSO DEL BEBÉ la paz interior, LA PAZ DEL amor que ella siente por él. Cuando no se realiza en estas circunstancias se deja al bebé con un profundo vacío afectivo. El padre del psicoanálisis escribió: “la etiología común a la explosión de la psiconeurosis o una psicosis es siempre la frustración, el incumplimiento de uno de aquellos deseos infantiles, jamás dominados”6. El mejor regalo y la mejor herencia que deberíamos dar a nuestro hijos no es una buena situación económica, expresada como casa, beca y carro, sino una fuerte AUTOESTIMA, y ello es posible si la madre puede cuidarlo CON AMOR es el lenguaje con que la VIDA se expresa en todos los órdenes que significan crecimiento armónico y feliz.

Bibliografía

1. Valmaña Y. Lactancia de tu bebé. Santiago de Cuba. Editorial Oriente 1991; 9-18.
2. Betancourt C y cols. Recomendaciones para una lactancia materca exitosa. “Armando Vida” Cartilla de crecimiento y desarrollo. 2a. Edición. Santafé de Bogotá. Colsubsidio 85-6.
3. Cuadros MI, Nejia S, Ocampo l. Deprivación psicoafectiva. 3a. Edición. Bogotá. Editorial Presencia 1987.
4. Martínez A, Gómez J, Muñoz J. Dolor en recién nacidos. Actual Pediatra FSFB 1992; 2: 119-20.
5. Warren N. Como hallar el amor de tu vida. Diez principios poara escoger al cónyuge adecuado. Asegúrese de estar saludable antes de casarse. 1a. Edición. Miami. Ed. Unilit 1994: 74-6.
6. Freud S. Neurosis y psicosis. Los textos fundamentales del psicoanálisis. 1a. Ed. Barcelona. Ed. Atalaya 1993: 691-6.

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