Piel – Envejecimiento y Menopausia
Stella Prada de C.
Dermatóloga
Universidad de Antioquía
La piel es un conjunto de tejidos que proporcionan al cuerpo una cubierta elástica y tensil, constituida en su parte externa por un epitelio escamoso estratificado, que asienta sobre tejido conectivo fibrilar y sobre tejido adiposo en la parte más profunda.
La piel desempeña muchas funciones; nos sirve como órgano protector de injurias externas, de agentes tóxicos nocivos, de la invasión por múltiples microorganismos, evita la pérdida de líquidos y ayuda a regular la temperatura corporal. Hace parte activa de nuestro sistema inmunológico, nos relaciona con el medio ambiente y con otros seres vivos, es nuestro principal órgano de comunicación no oral y finalmente es un tejido muy activo con importantes procesos metabólicos.
Todas estas propiedades cambian con la disminución o cese en la producción de estrógenos por los ovarios. La cual está ligada íntimamente al proceso de envejecimiento natural, al que muy seguramente acelera en su expresión clínica.
Cambios Morfológicos – Epidérmicos
Los cambios más notorios en la piel son el adelgazamiento, la atrofia, las arrugas finas, la depigmentación y pérdida de la elasticidad normal.
Histológicamente la epidermis manifiesta adelgazamiento, heterogeneidad de las células basales, y aplanamiento de la unión dermoepidérmica.
La atrofia es causada por la disminución en la proliferación epidérmica que acompaña en los que se demuestra una disminución de la incorporación de la tímida marcada y una franca disminución de la proliferación de queratinocitos, fibroblastos y melanocitos en cultivos de donadores seniles comparados con la piel de donadores jóvenes.
Esta menor actividad epidérmica no puede atribuirse al descenso de los estrógenos ya que hay estudios que demuestran el aumento del grosor epidérmico después de la terapia estrogénica y otros revelan disminución o ausencia de respuesta.
El aplanamiento de la unión dermoepidérmica debe ser considerado como uno de los marcadores del envejecimiento. La piel joven presenta los surcos interpapilares bien definidos. En la vejez ocurre un aplanamiento de la interfase dermoepidérmica lo cual se traduce en una menor resistencia a las tensiones y mayor susceptibilidad al trauma.
Los componente ultraestructurales de la membrana basal están preservados (lámina lúcida, hemidesmosomas, fibrillas de anclaje).
Melanocitos
Los melanocitos se encuentran normalmente intercalados con las células basales de la epidermis disminuyen cerca de un 50% en la piel envejecida.
Ellos no sólo dan el color de a piel, sino que protegen las células de la acción deletérea de la radiación ultravioleta y además el pigmento melánico es un mecanismo de defensa para deshacernos de los radicales libres de oxígeno causantes del stress oxidativo y mediadores del daño a los ácidos nucleicos, proteínas, enzimas y membranas celulares.
Células de Langerhans y Linfocitos T
La piel es considerada actualmente como un órgano linfoide periférico con elementos celulares que reconocen, procesa y presentan antígenos; las células de Langerhans son macrófagos intraepidérmicos que presentan antígenos a los linfocitos T.
En la piel senil hay disminución marcada del número de estas células, las cuales presentan alteraciones morfológicas. Aparentemente este es el motivo por el cual la gente de edad tiene menor capacidad de sensibilizarse y presentar dermatitis de contacto alérgica.
Los queratinocitos también sintetizan, como las células de langerhans interleuquina 1 (ETAF), la cual estimula la producción de interleuquina 2 por los linfocitos T ayudadores aumentando sus respuestas proliferativas.
Con la edad la producción de ETAF (Factor activador de timocitos) se disminuye. Todos estos cambios llevan a una disminución de la vigilancia inmunológica de la piel contribuyendo a la mayor susceptibilidad a las infecciones y a ciertos tipos de neoplasias.
(Lea También: Substancia Fundamental en la Menopausia)
Cambios Morfológicos en la Dermis
La dermis es el soporte físico de multitud de estructuras anatómicas (capilares, venas, anexos, glándulas, terminaciones nerviosas). Está constituida principalmente por colágeno.
Histológicamente en la dermis envejecida se observa una disminución del grosor y de la celularidad de la misma. La disminución en el grosor se debe fundamentalmente a cambios en el conjunto de las fibras colágenas, elásticas y de la substancia fundamental, todas ellas producidas por los fibroblastos.
Fibroblastos
Son células derivadas de células primitivas mesenquimales pluripotenciales. Las células estromales que potencialmente se pueden transformar en fibroblastos, osteoblastos, adipocitos y células musculares se identifican en cultivos de médula ósea como células adherentes.
Para que las células se diferencien originalmente de su microambiente se necesitan señales, muy probablemente provenientes de los factores de crecimiento. Así, por ejemplo, el osteoblasto se transforma a partir de la unidad formadora de colonias de los fibroblastos (CEU-F).
Tanto el fibroblasto como el osteoblasto se asemejan en su origen, en la producción de colágeno de tipo 1 y en poseer receptores para estrógenos, esteroides, hormona tiroidea, vitamina D y factores del crecimiento.
Colágeno de Tipo 1
El colágeno de tipo 1 es la más abundante en la dermis, el hueso, las articulaciones y los ligamentos. Está constituido por tres aminoácidos (glicina, prolina, hidroxiprolina). Representa el 80% del peso seco de la dermis.
En la menopausia sufre cambios morfológicos, físicos y químicos. Presenta alteración de su propiedades tintoriales, está disminuido cuantitativamente y aumenta su insolubilidad. Los fibroblastos en la dermis aparecen contraidos y de menor tamaño que en la piel joven, expresándole clínicamente en una disminución en la fuerza tensil de la piel.
Fibras Elásticas
A nivel ultraestructural sus modificaciones son muy prominentes. Presentan numerosas cavidades y lagunas dentro de ellas, dando una apariencia carcomida, algunas presentan fragmentación periférica y otras de generación granular. En la dermis papilar hay pérdida de estas fibras elásticas que se insertan en la membrana basal.
Estos cambios morfológicos se han descrito a nivel de la piel del glúteo de mujeres jóvenes con menopausia precoz, clínicamente y como manifestación de los cambios ritos hay pérdida de la elasticidad cutánea.
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