Menopausia al Día. Resultado a largo plazo de la sacrocolpopexia abdominal para prolapso
Long-term outcomes following abdominal sacrocolpopexy for pelvic organ prolapse.
JAMA 2013; 309(19): 2016-2024.
NYGAARD I, BRUBAKER L, ZYCZYNSKI HM, ET AL.
Nivel de evidencia: II-3
Este estudio de seguimiento a largo plazo, randomizado, enmascarado, de dos años, el Colpopexy and Urinary Reduction Efforts (CARE), tiene como objetivo describir los resultados anatómicos y sintomáticos después de siete años de seguimiento de sacrocolpopexia abdominal (ASC) y de examinar si se ve afectada por la uretropexia de Burch, cuando hay incontinencia concomitante a una cirugía de incontinencia.
Se examinaron 215 (92%) de las elegibles del CARE a dos años, que completaron el ensayo. De esas, 181 (84%) y 126 (59%) completaron cinco y siete años de seguimiento. Después de un seguimiento promedio de siete años, la tasa de falla de la sacrocolpopexia abdominal aumentó en los dos grupos.
La uretropexia previene la incontinencia urinaria de estrés más tiempo que la no uretropexia.
Los investigadores concluyeron que el riesgo a largo plazo de erosión por la malla o sutura debe ser considerado en la sacrocolpopexia abdominal.
Comentario. Los desórdenes del piso pélvico son extremadamente comunes, afectando el 46% de las mujeres en edades entre los 60 y 79 años de edad, y más del 50% de las mujeres en edades mayores de 80 años1.
Aproximadamente 16.600 operaciones para prolapso de órganos pélvicos son realizadas EE. UU. Anualmente, y el riesgo de una mujer de cirugía de prolapso a través de la vida es de 7%2-3.
Las tasas de éxito después de una cirugía por prolapso pueden variar del 19 al 97%, dependiendo de la medida de resultados usada para evaluar el éxito de la cirugía4.
CARE5 un estudio de referencia del National Institute of Child Health and Human Development’s Pelvic Floor Disorders Network, fue uno de los primeros estudios clínicos para evaluar el efecto de un procedimiento profiláctico antiincontinencia (uretropexia de Bush) al tiempo de una ASC. El procedimiento de ASC con malla ha sido considerado por largo tiempo como el «gold standard» de las operaciones de prolapso; sin embargo, existen datos limitados a largo plazo. Esta extensión del estudio CARE es notable por su diseño de duración de seguimiento de siete años, doble ciego, y el uso de cuestionarios validados de calidad de vida y resultados bien definidos.
Los hallazgos muestran que el número de mujeres con fallas anatómicas y sintomáticas a largo plazo se doblan entre dos y siete años (fallas anatómicas aumentan de 9% a 21%). Sin embargo, la reoperación por la recurrencia del prolapso fue infrecuente. La probabilidad de exposición de la malla a través del epitelio vaginal por siete años fue del 0.5%; cerca de la mitad de esas recibieron posterior tratamiento al final del estudio. El procedimiento de Bursh continuaba teniendo un efecto protector contra la incontinencia urinaria de estrés; sin embargo, el estudio no tuvo poder para confirmar que no hay diferencia en los resultados del prolapso ni el tiempo en los grupos de Bursh vs. no Bursh.
El ASC efectivamente alivia los síntomas del prolapso en la mayoría de las mujeres. Agregando una operación antiincontinencia disminuye pero no elimina el riesgo de incontinencia urinaria de estrés.
Aunque el soporte pélvico se deteriora con el tiempo, la mayoría de las mujeres no escogen ir repetidamente a la cirugía de prolapso. La recurrencia de incontinencia urinaria y prolapso puede reflejar la historia natural de los desórdenes del piso pélvico con la edad y los cambios hormonales. El uso de mallas sintéticas, aun cuando se ponen vía abdominal en lugar de vaginalmente, puede aun causar problemas en el tiempo. Hallazgos de este estudio son importantes cuando se asesora al paciente con prolapso acerca del enfoque quirúrgico y el momento de hacerlo.
Cheryl B. Iglesia, MD, FACOG
Director, Section of Female Pelvic Medicine and
Reconstructive Surgery
MedStar Washington Hospital Center
Professor, Departments of Obstetrics and
Gynecology and Urology
Georgetown University School of Medicine
Washington, DC
Referencias
1. Nygaard I, Barber MD, Burgio KL, et al. Prevalence of symptomatic pelvic floor disorders in US women. JAMA 2008; 300(11): 1311-1316.
2. Wu JM, Kawasaki A, Hundley AF, Dieter AA, Myers ER, Sung VW. Predicting the number of women who willundergo incontinence and prolapse surgery, 2010 to 2050. Am J Obstet Gynecol 2011; 205(3): 230.e1-5.
3. Olsen AL, Smith VJ, Bergstrom JO, Colling JC, Clark AL. Epidemiology of surgically managed pelvic organ prolapse and urinary incontinence. Obstet Gynecol 1997;89(4):501-506.
4. Barber MD, Brubaker L, Nygaard I, et al. Defining success after surgery for pelvic organ prolapse. Obstet Gynecol 2009; 114(3): 600-609.
5. Brubaker L, Nygaard I, Richter HE, et al. Twoyear outcomes after sacrocolpopexy with and without burch to prevent stress urinary incontinence. Obstet Gynecol 2008; 112(1): 49-55.
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