Doctor José Gabriel Acuña Díaz
In Memoriam, Doctor José Gabriel Acuña Díaz
Palabras pronunciadas en la ceremonia de inauguración del Noveno Encuentro Anual de la Asociación Colombiana de Menopausia Capítulo Bogotá, por el Profesor Francisco Pardo Vargas, Expresidente del Capítulo.
Definitivamente los designios de Dios son inescrutables.
Quién iba a suponer hace unos pocos meses que al iniciar nuestro Encuentro Anual, lo hiciéramos rindiendo un conmovido homenaje a la memoria de quien fuera uno de los miembros más activos, constantes y entusiastas del Capítulo Bogotá.
Porque la presencia infaltable de Gabriel Acuña en todas nuestras reuniones garantizaba su calidad, y les imprimía un sello de respeto y de tolerancia tanto a las controversias científicas como a los problemas administrativos.
No de otra manera podría ser si se tiene en cuenta su trayectoria profesional, desde el día en que la Universidad Javeriana le otorgara el título de Médico y cirujano, e ingresa a este templo de la Obstetricia colombiana, el Instituto Materno Infantil, y allí, bajo la tutoría de los grandes maestros de la época, adquiriera conocimientos y destrezas que aquilatados por una personalidad profundamente humana y comprensiva, explica el éxito con que ejerció su especialidad y los inestimables beneficios que obtuvo de ellos el amplísimo grupo de sus pacientes.
La rectitud de su carácter y la disciplina en su trabajo lo llevaron a vincularse a la Armada Nacional en la cual, sin mengua de sus labores médicas, realizó una brillante carrera militar hasta alcanzar el grado de Capitán de Fragata.
En su espíritu alentó siempre una profunda vocación de servicio y ello explica su generosa entrega a todo aquello que representara bienestar para la comunidad y progreso para las asociaciones científicas.
La Asociación Colombiana de Menopausia y muy especialmente nuestro Capítulo Bogotá, ocuparon siempre un sitio preferencial en sus actividades cotidianas.
Fue fundador de ASOMENOPAUSIA y organizador de su primera reunión nacional.
Y desde entonces, ocupó siempre posiciones directivas, distinguiéndose por su responsabilidad en las labores que se le encomendaban y nunca defraudó la confianza que le otorgaron sus colegas.
Para mí fue una experiencia inolvidable la ayuda que me prestó en la organización del V Congreso Colombiano de Menopausia, evento realizado en medio de las más adversas condiciones de seguridad, pero que marcó un hito en la historia de la Asociación por la prestancia de los conferencistas invitados, por la masiva asistencia de colegas interesados en la menopausia y por los pingües resultados económicos que permitieron fortalecer las arcas de los Capítulos Seccionales y de la Tesorería Nacional de ASOMENOPAUSIA. (Lea También: Metabolismo Óseo y Osteoporosis)
Al venirse a pique estos últimos fondos, Gabriel fue llamado para conjurar la crisis; con el apoyo de unas Directivas responsables, y con una laboriosidad ejemplar y una rectitud intachable, logró superarla y le abrió promisorias perspectivas a nuestra institución madre.
Traigo a cuento este episodio como ejemplo de los muchos que Gabriel Acuña puso al servicio de sus colegas haciendo gala de sus dotes de organizador y ante todo del gran sentido de responsabilidad con que asumía sus compromisos. Todo ello hace aún más dolorosa su ausencia y nos compromete a seguir el ejemplo desinteresado y altruista que fue norma de su existencia. Y al final de su vida, cuando comprendió que le quedaba poco tiempo, hizo llamar a su hijo Juan Manuel, y con la serenidad que solo tienen los hombres de bien, nos dejó un bello mensaje al decirle como despedida: “estoy tranquilo, me voy en paz”.
Nosotros todos, los aquí reunidos, queremos decirte, querido Gabriel, que también estamos en paz con tu memoria.
Bogotá, Octubre 17, 2008
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