Editorial: Relaciones entre la Industria Farmacéutica, la Medicina y los Médicos
Nuestro país casi siempre permanece entre la crisis y la solución de problemas
Fenómeno que parece ocurrir también entre la industria farmacéutica y sus relaciones con el cuerpo médico, principalmente en lo relacionado con el apoyo destinado a la investigación y en especial a la educación médica continuada, expresada en los dineros destinados para la investigación nacional, la financiación de cursos, simposios y congresos organizados por las diferentes sociedades o asociaciones científicas y el apoyo que reciben los médicos para asistir a eventos académicos de índole tanto nacional como internacional. La impresión que tienen los académicos y los líderes de opinión de las diferentes asociaciones científicas de la medicina (he conversado permanentemente con muchos de ellos) es que las políticas de las casas farmacéuticas se han desviado de su objetivo primordial cual es la educación a los líderes de opinión y otros que muestran deseos y aptitudes para serlo, quienes están llamados a perpetuar y transmitir el conocimiento científico a la comunidad médica; sin embargo, la política actualmente más socorrida es la de apoyar sólo a aquellos médicos “amigos” que sin importar su preparación académica son quienes les formulan sus productos farmacéuticos casi en forma exclusiva, en donde predominan más los objetivos sociales, lúdicos, y por qué no, de índole comercial que los objetivos académicos y científicos.
La implementación de estas políticas “del gana gana” no son malas cuando se aprecian desde el punto de vista de los negocios, pero la diferencia es que cuando la medicina se ve involucrada en este proceso, pierde parte de su esencia humana y vuelve peligrosos a quienes así actúan. Los médicos, por lo tanto, tenemos en parte mucha culpa de esta situación. No lo puedo creer, pero se dice de médicos contratados para formular un producto en particular, costoso claro está, para el paciente, y el laboratorio le paga al médico por el número de fórmulas que haga. Y eso es el destape y el mercadeo salvaje.
Pero esta no es una situación particularmente colombiana, sino al parecer mundial. Y tiene explicación, aunque no justificación en este mundo donde todo se ha perdido desde el punto de vista moral y de principios. ¿Qué tal el desprecio por la vida de los terroristas en todo el mundo?
Un editorial del British Journal Of Medicine, “Say no for free lunch”1, y otra importante revista (JAMA) científica2 comentan este tema, que de manera igual o similar parece suceder en el Reino Unido. Pero no porque allá ocurra, aunque ellos se consideren más evolucionados que nosotros, debe ser aceptado, y así lo dice el editorialista inglés cuando trata de manera violenta a los representantes de las casas farmacéuticas denominándolos comadrejas (weasel) y cerdos de bata blanca, (white coat pigs) a los médicos que se prestan a esas prácticas.
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