Editorial: Aplicación de Vacunas en Situaciones de Desastre
Consideraciones y Recomendaciones de la Sociedad Venezolana de Infectología ante la Catástrofe Nacional de Diciembre de 1999
Amenudo las autoridades de salud sufren una considerable presión por parte de la ciudadanía para que se emprendan programas masivos de vacunación, bajo el concepto que después de episodios de desastres naturales se pueden observar epidemias de fiebre tifoidea, cólera y tétanos, entre otras. En muchos países que con anterioridad han experimentado eventos similares, se han realizado campañas inmediatas de vacunación demostrándose final mente que representan un gasto innecesario de recursos y que en ocasiones, son contraproducentes.
La protección óptima contra enfermedades transmisibles a raíz de catástrofes naturales, consiste en mantener una buena cobertura con anterioridad al desastre.
La vacunación masiva sólo sería justificable cuando las medidas sanitarias recomendadas no estén surtiendo efecto y exista evidencia de un incremento de casos con riesgo de epidemia.
Además, se debe garantizar un buen sistema de almacenamiento y transporte de las vacunas, conservando las normas establecidas de la cadena de frío.
La vacunación de niños de corta edad (lactantes), cuando van a permanecer en centros de refugio por más de 30 días, debe seguir el esquema habitual según el Programa Ampliado de Inmunizaciones (PAI). A los niños de mayor edad se les debe suministrar la dosis de refuerzo en el momento que les corresponda según su edad.
Las mujeres embarazadas deben recibir el toxoi de tetánico como prevención del tétanos neonatal. Las inmunizaciones rutinarias tienen un papel limitado en la protección del personal de socorro.
Requisitos para que una vacuna sea de utilidad en situación de desastre:
1. Poseer comprobada eficacia, alta seguridad y baja reactogenicidad.
2. Ser de fácil aplicación (ej. dosis única).
3. Dar protección rápida y duradera para todas las edades.
4. Estar disponible en cantidad suficiente para poder garantizar su suministro a toda la población en riesgo.
5. Ser de bajo costo.
Ante la posibilidad de ocurrencia de un brote epidémico de cual quiera de las enfermedades prevenibles por vacunas,se debe hacer un análisis de las condiciones epidemiológicas de estas patologías antes del desastre, tomando en cuenta las características propias del país afectado,los lineamientos de las organizaciones internacionales (OMS/OPS) y la cobertura de la aplicación de dichas vacunas.
Polio
En Venezuela se ha mantenido una pesquisa efectiva y un registro adecuado de cualquier caso de parálisis flácida que pudiera ser compatible con el diagnóstico de polio, no habiéndose confirmado ni ngún caso desde 1989, demostrando así la amplia cobertura y la efectividad de la vacuna en el programa de erradicación de polio. En tal sentido, no se justifica la vacunación masiva contra esta enfermedad, a menos que se conozca de algún caso de polio por virus salvaje circulante en la comunidad. Se debe mantener el esquema habitual de vacunación en el niño menor de dos años. Vacuna triple (difteria, tosferina y tétano) Se debe mantener el esquema habitual de vacunación en el niño menor de dos años.
Vacuna triple (difteria, tosferina y tétano)
Se debe mantener el esquema habitual de vacunación en el niño menor de dos años. El último caso de difteria informado en el país ocurrió en el Estado Zulia,en 1992. El Sistema de Información Epidemiológica Nacional sigue informando casos de tosferina sin determinar las múltiples causas del síndrome coqueluchoide. La inmunización con el toxoide tetánico incluido dentro de la vacuna triple confiere altos niveles de inmunidad.
Toxoide tetánico
Después de los desastres naturales no se ha constatado un aumento apreciable de los casos de tétanos. En 1999 el registro epidemiológico nacional no registró casos de tétanos neonatal ni obstétrico, informándose sólo seis casos de tétanos en adultos, lo cual sugiere una buena cobertura. La mejor protección contra el tétanos es el mantenimiento de un alto nivel de inmunidad en la población general, a través de la vacunación rutinaria antes del desastre, y una limpieza adecuada e inmediata de las heri das. No se justifica la aplicación masiva del toxoide tetanico; sólo está indicada su aplicación en personas con heridas potencial mente contaminadas o por mordedura de animales y como criterio de refuerzo de la inmunidad del paciente.
BCG
El riesgo de infección por el bacilo tuberculoso en Venezuela oscila entre 0,2 y 0,4%. Se ha observado un incremento en el número de casos de tuberculosis pulmonar en 14% desde 1993, manteniéndose desde 1996 un promedio de 3.000 a 4.000 casos nuevos por año; por lo tanto la aplicación de BCG en el recién nacido debe ser considerada de rutina, tal como se establece en el Programa Ampliado de Inmunizaciones. Sin embargo, para el control de l a tuberculosis en condiciones de desastre natural, la vacunación masiva con BCG no ofrece beneficios; por lo tanto, se debe recomendar en estas situaciones la vigilancia e identificación de aquellos individuos sintomáticos respiratorios con más de dos semanas de evolución, el estudio baciloscópico de los mismos y la identificación de casos índices y de los eventuales contactos en los albergues, garantizándoles tratamientos acortados y supervisados.
Sarampión
En el año 1993, el CDC de Atlanta anunció la eliminación de la transmisión de enfermedades infecciosas como el sarampión y la rubéola en los Estados Unidos. En 1994 la Organización Panamericana de l a Salud planteó el objetivo de eliminar el sarampión de las Américas para el año 2.000, iniciando una campaña en donde todo niño entre 1 y 14 años recibiera una dosis suplementaria independientemente de los antecedentes de vacunación previa o de historia de enfermedad, realizándose en Venezuela tal campaña durante el mismo año, obteniéndose una reducción de 96% de los casos de sarampión en 1995; para el 96 sólo seconfirmaron 65 casos. No hay casos informados des de 1997. La Organización Mundial de la Salud hace énfasis en la vacunación contra sarampión en caso de desastre, sin embargo en países con alta cobertura de vacunación y sin report e de casos desde hace ya más de dos años,se debe considerar mantener el esquema establecido de vacunación de forma rutinaria que incluya dos dosis antes de los doce años (15 meses e inicio de la edad escolar). No se justifica en este momento la vacunación masiva contra el sarampión.
Hepatitis A
Las condiciones epidemiológicas para un aument o de la transmisión de l a infección por el virus de la hepatitis A están dadas en el caso de las inundaciones .Si bien la experiencia de algunos países latinoamericanos afectados por inundaciones recientes como la República Dominicana, han mostrado un aumento apreciable en el registro de casos durante los meses posteriores al evento, estudios en país es centroamericanos afectados por situaciones parecidas han demostrado que las tasas de seroprevalencia de anticuerpos contra el virus de la hepatitis A ya eran relativamente el evadas en niños menores de seis años de edad. Igualmente, en la población infantil se describen infecciones asintomáticas en más de 70% de los casos. En los adultos la prevalencia de anticuerpos es variable.
Dentro de las indicaciones para la aplicación de la vacuna contra la hepatitis A según la Academia Americana de Pediatría, se encuentra la edad superior a dos años en niños pertenecientes a comunidades cerradas con alta endemicidad o durante períodos de epidemia de hepatitis A. En caso de contar las autoridades sanitarias con una cantidad adecuada de esta vacuna, se debe considerar la aplicación de la misma a la población señalada anteriormente. Sin embargo, en vista de que no se dispone de datos locales sobre la prevalencia real de la infección en la población afectada,no es posible hacer recomendaciones válidas sobre el beneficio potencial de la aplicación masiva de dicha vacuna en las actuales circunstancias.
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