Éticas Variantes y Valores Opuestos
Idris Londoño Restrepo, MD.
Vicepresidente de la Federación Médica Colombiana
Hasta dónde podrán llegar las cosas? Es la pregunta que muchos de los que trabajamos en medicina y áreas afines nos hacemos y que al parecer. Dadas las cambiantes circunstancias del medio, no tiene respuesta.
No podemos permitir que esta situación nos impida hacer un enfoque más racional que el que hasta ahora hemos hecho de la problemática que afrontamos en el mundo actual. No sólo los médicos sino toda la sociedad.
Las verdaderas raíces de la situación las encontraremos no en la apremiante situación económica de los médicos que no están encontrando posibilidades de sustento en su trabajo, ni en la penosa situación de la gran mayoría de las instituciones de salud, en otro tiempo llamadas del sector oficial, ni en los altos costos de la tecnología a que se ven obligados los médicos a acceder en las instituciones privadas y públicas, ni mucho menos en los altos costos de los medicamentos, sino en la clara descomposición y desorientación en la aplicación de los principios inalienables, que deben regir no sólo el ejercicio de la medicina, sino el comportamiento humano en todas sus facetas y que debería ser el fin claro de toda sociedad: Buscar el bienestar para la totalidad de sus integrantes.
Principios morales y filosóficos
Estamos asistiendo a un gran mercado donde se puede vender todo, sobre todo los principios morales y filosóficos que son difíciles de defender por necesitarse para ello, además de la formación intelectual y moral, la entereza para enfrentar en lucha desigual los mandatos impuestos por las modas que pretenden que la única razón de ser de todo en el mundo es la posibilidad de que esto o aquello genere algún tipo de ganancia registrable en dinero.
Esto no es lo preocupante, lo importante a determinar es si los que están dictando las normas en realidad tienen conocimiento de las verdaderas necesidades de las poblaciones que están siendo subyugadas por sus tendencias, si todo lo que pasa por las manos de los que solo buscan intereses económicos y en ellos las justificaciones de su actuar esta generando el bienestar que tratan de publicitar o si en realidad son personas con la capacidad moral, intelectual, social y humanística como para determinar los rumbos de la humanidad en el tercer milenio, pues hasta el momento los resultados no son alentadores.
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Noción de riqueza como lo único por lo que vale luchar
Todo lo que se hace es dictado por el dios dinero, con el fin de seguir multiplicándose, a costa de lo que sea, hemos visto que los que tienen capacidad para manejar este dios son los que dictan las normas de comportamiento para toda una sociedad que por la superficialidad de sus conceptos ha logrado enraizar en su mente la noción de riqueza como lo único por lo que vale luchar, se han movido gobiernos, países y continentes, Mueven leyes y mandatos, transforman creencias y se permiten toda clase de aberraciones porque son productivas. Se mata y se muere por dinero, Ponen y se quitan legisladores y se promueve un culto casi que divino a la legislación (que imponen quienes nombran a los que la hacen) para tratar de ocultar bajo el velo de la legalidad lo espurio.
Estamos asistiendo a un gran mercado donde se puede vender todo, sobre todo los principios morales y filosóficos que son difíciles de defender por necesitarse para ello, además de la formación intelectual y moral, la entereza para enfrentar en lucha desigual los mandatos impuestos por las modas |
Son el producto de este engendro los ídolos de prensa, las modelitos desnudas de los programas de televisión. No solo de horarios de adultos sino de novelitas para niños, noticieros y magazines, conocedoras de lo divino y lo profano mediante exhaustivas investigaciones. Los futbolistas y deportistas con contactos en lo que alguna vez llamamos bajos mundos. Pero que juegan muy bien, los periodistas amarillistas que tratan de encontrar la noticia en la barbarie de los hampones. Sin importarles las consecuencias que puede generar la publicidad indebida.
Los funcionarios prevaricadores, los jueces arrodillados ante el miedo o, peor, ante el dinero de fortunas de dudosa procedencia, los publicistas que ante la tolerancia de las instituciones que deben censurar, solo son capaces de encontrar en la vulgaridad y el morbo su vaga estrategia de penetración en los mercados, los profesores atemorizados y tristemente desprotegidos.
La academia olvidada y relegada por el fácil acceso a la información como si fuera lo mismo saber que saber donde está, los médicos abortistas, explotadores, comisionistas, inhumanos, los brujos, ocultistas, astrólogos, los que juegan con los demás humanos sin tener en cuenta que su ignorancia es fácilmente halagada con su coprolalia, al ofrecer curas milagrosas sin la más mínima comprobación científica los sicarios que como Estepansky se juegan la vida pues, de todas formas, la llevan perdida y lo más grave de todo, nosotros, los conscientes de lo que esta pasando, los silenciosos inconformes que no hablamos, que acpetamos en nuestra rebeldía el mandato de los que no son, única y exclusivamente porque tienen el respaldo del poder que da el dinero.
Valores Ubicados en otra Parte
Cuando los valores están ubicados en otra parte no podemos pretender por más competentes, inteligentes, humanitarios, científicos o cualquier otra cantidad de cualidades que tengamos. Que el medio en donde nos desarrollamos siquiera dilucide la salud como un valor que por lo menos valga la pena conservar y mucho menos en el que se justifique invertir.
Posiblemente tienen razón. ¿Para qué vivir en mi mundo así?
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