Resultados de Hábitos Alimentarios y Gastritis Crónica Atrófica
- Se encontró ligero predominio del sexo femenino en los casos y controles, 57,2 y 51,8%, respectivamente.
- En la distribución de las edades comprendidas entre 15 y 57 años, el mayor número de pacientes (44,3%) correspondió a las edades de 31 a 40 años (Tabla1).
Tabla 1.
Distribución de edades del total de la población de estudio.
Fuente: total de encuestas empleadas para la
recopilación de datos de la población de la Clínica de Pasto.
- Con relación al estado nutricional, el 73%de la población está dentro de lo normal, seguido de pacientes con sobrepeso en (19,4%) (Figura 1).
Estado nutricional
Figura 1. Estudio del estado nutricional en
la Clínica San Juan de Pasto,1998.
- Respecto a la distribución del comportamiento de la enfermedad con el estado nutricional, el porcentaje de pacientes enfermos es mayor en los casos que en los controles cuando están relacionados con trastornos nutricionales, por lo cual se puede concluir que los estados nutricionales patológicos se constituyen en factor de riesgo para la adquisición de gastritis crónica atrófica (Figura 2).
Estado nutricional
A. Déficit nutricional leve; B. Normalidad; C. Obesidad; D.Sobrepeso
Figura 2. Distribución del comportamiento del estado
nutricional con respecto a la enfermedad.
- El estado emocional influye directamente en la alimentación; el porcentaje de pacientes enfermos en el grupo de afectados por sus estados emocionales es mayor al porcentaje de pacientes enfermos no afectados por estados emocionales, por lo cual se concluye que los estaod emocionales se constituyen en factor de riesgo para la adquisición de gastritis crónica atrófica (Tabla 2).
Tabla 2. Distribución del comportamiento de la enfermedad
con respecto al estado emocional.
Los hábitos alimentarios demostraron que la regularidad de las tres comidas se convertían en factor protector; el hecho de omitir una de las comidas se constituye en factor de riesgo para la adquisición de gastritis crónica atrófica (Figura 3).
Frecuencia de consumo
A.No desayuna B.No cena C.4-5 comidas diarias
Figura 3. Distribución del comportamiento de la
frecuencia de consumo con respecto a la enfermedad.
- El consumo de habas en nuestra comunidad no es alto. Sin embargo, las personas que consumen de una forma moderada o leve este tipo de alimentación, se encontraron en mayor número en los casos que en los controles, lo que nos permite concluir que el consumo de habas se constituye en un factor de riesgo en la adquisición de gastritis crónica atrófica. Para el consumo de ocas (ibias) y ullocos (cubios) no se encontró ninguna significancia (Tabla 3).
Tabla 3. Distribución del comportamiento de la enfermedad
con respecto al consumo de habas.
El consumo de papas y otros carbohidratos es bastante alto en nuestra población, lo cual influye en los estados patológicos nutricionales. Sin embargo, no se encontró ningún tipo de asociación con la aparición de gastritis crónica atrófica (Tabla 4).
Tabla 4. Distribución del comportamiento de la
enfermedad con respecto al consumo de papa.
Como dato curioso, la ingestión elevada de arroz, demostró ser un factor de riesgo en la aparición de gastritis crónica atrófica (Figura 4).
Caso Control
Clase de paciente
Figura 4. Distribución del comportamiento de la
enfermedad con respecto al consumo de arroz.
- El consumo de verduras y frutas no es alto en nuestra población. Sin embargo,en aquellos pacientes que consumen cantidades moderadas o leves se encontró que el mayor porcentaje estaba dentro de los casos, con una P significativa para las verduras y una P significativa para las frutas, lo cual nos permite concluir que el no consumo de verduras y frutas se constituye en un factor de riesgo en la adquisición de gastritis crónica atrófica (Figura 5).
Clase de paciente
Figura 5. Distribución del comportamiento de la
enfermedad con respecto al consumo de verduras.
- En relación al consumo de bebidas alcohólicas, tinto y cigarrillo, se encontró una asociación de aparición de gastritis crónica atrófica con el consumo frecuente de tintos y bebidas alcohólicas, así como también con el mayor número de cigarrillos fumados (Figura 6).
Frecuencia de consumo
Figura 6. Distribución del comportamiento de la enfermedad con
respecto a la frecuencia de consumo de bebidas alcohólicas.
- La ingestión de enlatados, embutidos y conservas en nuestra población es baja y no se encontró ninguna asociación con la aparición de gastritis crónica atrófica (Tabla 5).
Tabla 5. Distribución del comportamiento de la enfermedad
con respecto al consumo de enlatados.
Discusión
Lo ideal en el estudio de casos y controles sería la comparación de pacientes con diagnóstico histológico de gastritis crónica atrófica y personas sin patología gástrica. Sin embargo, durante el primer año de estudio no fue posible conseguir pacientes sin cambios histológicos en nuestra población, por tal motivo recurrimos al daño más leve en nuestra escala de graduación que corresponda a gastritis crónica superficial (6-8).
Existen múltiples estudios que demuestran una relación entre la infección por Helicobacter pylori y la aparición de lesiones producidas por la irritación de la mucosa gástrica (9-14); pero, nuestro estudio trata de medir únicamente la fuerza de asociación existente entre los hábitos nutricionales de nuestra comunidad y la gastritis crónica atrófica como factor aislado, sin tener en cuenta que la gastritis crónica atrófica es de causa multifactorial (7).
Se ha demostrado que algunos factores dietéticos y nutricionales tienen una gran importancia en la aparición de gastritis crónica atrófica, además de la relación existente entre la ingestión de ciertos alimentos y la aparición de lesiones e irritación de la mucosa gástrica: la ingestación alta de alimentos salados o a humados (Suráfrica, Japón, Alemania), cereales duros (Irán), dietas ricas en almidón o grandes volúmenes (Japón e Islandia), injurias químicas o térmicas por la ingestión de comidas muy calientes.
También se ha demostrado que algunos alimentos producen efectos protectores de la mucosa gástrica, como es el caso del consumo de una cantidad apreciable de verduras y frutas frescas (15-21), que nos permitió demostrar en nuestro estudio que el aporte de las vitaminas A, E y sustancias antioxidantes en nuestra región es mínimo a pesar de gozar de una buena disponibilidad de productos vegetales, razón por la cual deberían establecerse programas de educación nutricional para fomentar el consumo de estos alimentos y del equilibrio alimentario en general.
Un estudio llevado a cabo por el doctor Pelayo Correa y colaboradores (19)en 1964 en el departamento de Nariño:
Se encontró relación entre el consumo de habas y ocas,además de otros factores, con la presencia de lesiones del tracto digestivo en los moradores de esta región. En nuestro estudio se observó que el consumo de habas en moderadas y pequeñas cantidades fue significativo en la presentación de gastritis crónica atrófica, por lo cual se recomienda limitar su ingestión dentro del consumo alimentario habitual. En cuanto a la ingestión elevada de ocas y ullucos, no encontramos relación con la aparición de esta enfermedad (22).
Pudimos confirmar que el consumo elevado de carbohidratos, plátanos y tubérculos no está asociado con la gastritis crónica atrófica; tiene influencia sobre el estado nutricional, como sobrepeso y obesidad, estados patológicos que sí tienen relación directa con la aparición de esta entidad.Como hallazgo curioso se encontró la asociación entre la enfermedad y el consumo exagerado de arroz, resultado que no encontramos registrado en la literatura médica pero suponemos se presente por causar distensión gástrica debido al volumen, como registran los hallazgos en Japón e Islandia mencionados anteriormente.
Una vez más se demostró, al igual que en otros estudios,que hay una fuerte asociación entre el consumo de bebidas alcohólicas, cigarrillos y tinto, razón por la cual se recomienda limitar al máximo su consumo (23,24).
Con nuestro estudio queremos resaltar la importancia de mantener un estado nutricional adecuado, adquirido a través de una alimentación balanceada, como un factor primordial, no sólo como prevención para la aparición de la gastritis crónica atrófica, sino como la base de una buena salud en general.
Referencias
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