Gastroenterología: Evaluación Nutricional en Adulto Mayor
Análisis Estadístico y Resultados
Análisis Estadístico
Se establecieron los promedios, desviaciones estándar y porcentajes. Se realizaron diferencias de promedios, varianzas y proporciones mediante los test “t” de Student, Wilcoxon, Chi cuadrado, Kruskall-Wallis y Man-Whitney.
Realizó análisis de correlación de Pearson y Spearman.
Se aceptó un error alfa de 5%. Los análisis se efectuaron en computadores Goldstar GS520 y Notebook DTK mediante el programa estadístico: Systat 5.0, Systat Inc.
Resultados
En total se estudiaron 280 adultos mayores de los cuales 78 pertenecían al HG y los 202 restantes del hospital.
En la tabla 1 se aprecian las características generales y según la institución, demostrándose una diferencia significativa para todas las variables anotadas, correspondiendo a una mayor edad y frecuencia de mujeres en el HG pero con menor peso y talla que los del hospital.
Para las variables sociodemográficas estudiadas no hubo diferencias entre las dos poblaciones.
Entre los parámetros utilizados para la evaluación nutricional en su mayoría fueron significativamente inferiores en los sujetos hospitalizados (tabla 2), a excepción de la circunferencia de cadera y muslo, pliegues de muslo y suprailíacos y el recuento linfocitario.
Entre los restantes parámetros bioquímicos analizados sólo el colesterol HDL y las proteínas totales fueron significativamente inferiores en los del hospital y sin diferencias para los restantes: pruebas de función renal y hepática, cuadro hemático, lípidos, albúmina (datos no mostrados).
La estimación de la composición corporal mostró una diferencia significativa en la distribución de los diferentes compartimentos entre los sujetos de ambas instituciones:
Con diferencias en el porcentaje de grasa corporal total:
Según el método utilizado y por consecuencia de la masa magra y agua corporal total (tabla 3).
La correlación entre la grasa corporal estimada por BIA fue significativa con el IMC como medida de adiposidad (r=0.22, p<0.05) pero en forma muy débil. La correlación entre la grasa a partir del IMC fue positiva con el porcentaje del peso ideal (r=0.735, p<00001) con el IMC (r=0.735, p<0.00001) y a partir de la suma de pliegues (r=0.782, p<0.00001). El porcentaje de peso ideal y la grasa a partir de la suma de pliegues también se correlacionaron positivamente (r=0.587, p<0.00001) y con menor fuerza aún con la grasa a partir de la BIA (r=0.245, p<0.02).
El consumo estimado de todos los macro y micronutrientes fue significativamente superior en los sujetos del HG excepto para las proteínas y vitamina C que no alcanzaron significancia dada la gran dispersión de los datos (tabla 4).
El consumo calórico global fue bajo en los dos grupos y en especial en el hospital, asociado a un muy bajo consumo de lípidos que sólo alcanzó el 18.4% del valor calórico total (VCT) en los del HG.
Aunque el aporte proteico es del 13% del VCT la proporción de sujetos con aportes inferiores a los recomendados fue del 52% en el HG y 73% en los hospitalizados (tabla 5). El consumo de micronutrientes tuvo un comportamiento similar al de las proteínas.
El aporte calórico total en los hospitalizados fue muy cercano al consumo diario estimado por medio de la ecuación de Harris y Benedict, para una relación de 1.07, comparado a 1.3 de los sujetos del HG.
(Lea También: Gastroenterología: Trastornos Nutricionales en Adulto Mayor)
En la tabla 6:
Se pueden observar los tiempos de comida y la distribución calórica y de macronutrientes, sin hallar diferencias significativas entre los dos grupos, en las que las dos comidas principales fueron el desayuno y el almuerzo.
El antecedente de infarto de miocardio y angina de pecho fue igualmente frecuente en ambos grupos con algunas diferencias para factores de riesgo. Con valores superiores en el HG de edad, cifras tensionales arteriales, IMC, colesterol sérico y consumo de lípidos y en los hospitalizados con mayor peso corporal, relación cintura, cadera y grasa corporal estimada por BIA.
Al separar en dos grupos con y sin el antecedente de enfermedad coronaria (tabla 7), se apreciaron diferencias significativas con menor consumo calórico en almuerzo y comida en los coronarios y menor consumo de fibra total y de vitamina C. El tiempo de suspensión del hábito tabáquico, la circunferencia del muslo y la Tensión diastólica fueron igualmente inferiores en los sujetos con el antecedente positivo.
El 27% de los sujetos presentaban dos o más parámetros deficitarios, con lo cual se hizo el diagnóstico de desnutrición sin clasificar la severidad y sin diferencias en la frecuencia según el centro (tabla 8).
Aunque la inmensa mayoría de variables fueron significativamente diferentes e inferiores en los desnutridos, los promedios estuvieron por lo general dentro de la normalidad.
Para el diagnóstico de obesidad:
Se utilizaron como parámetros un IMC mayor de 30, porcentaje del peso ideal mayor de 130%, grasa corporal por BIA mayor de 30% del peso y grasa corporal a partir del IMC mayor al 30%. Con grandes diferencias en la clasificación según el método.
El mayor número de diagnósticos se obtuvo a partir del IMC con 146 sujetos, seguido por la BIA con 67 sujetos, 64 de los cuales compartían el diagnóstico por estos dos métodos. Entre los 67 obesos por BIA, sólo estaban representados cinco de los 12 con IMC mayor de 30 y 24 de los 85 a partir de la suma de pliegues. De los 18 sujetos con peso superior al 130% del ideal sólo diez tenían un IMC superior a 30 y otros cinco grasa superior al 30% por BIA. Solamente un sujeto presentaba los cuatro criterios en forma simultánea.
Al comparar los valores de las circunferencias de cibTura y cadera y su relación con los sujetos considerados obesos por los tres métodos. Las circunferencias fueron superiores y similares para el IMC y porcentaje del peso ideal pero la relación cintura/cadera fue inferior por el IMC comparado con la grasa corporal y porcentaje del peso ideal (datos no mostrados).
CLIC AQUÍ Y DÉJANOS TU COMENTARIO