Hacia la Humanización del Cuidado de Enfermería del Paciente con Enfermedad Psiquiátrica

Towards the Humanization of Nursing Care for Patients with Psychiatric Diseases

Ingrid Carolina Zamorano Pabón*
Hospital San Vicente Fundación Medellín. Medellín, Colombia

Resumen

El presente artículo reflexiona acerca de los factores que vienen deshumanizando el cuidado de Enfermería hacia el Paciente con Enfermedad Psiquiátrica y su familia. Invita al profesional en Enfermería a construir hábitos de cuidado humanizados con miras a la creación de una cultura de aceptación que le permita al paciente recibir un manejo seguro, cálido y centrado en las necesidades individuales. Además de integrarse de una manera más favorable a la sociedad en general y al sistema de salud.

Palabras clave: humanización, cuidado, enfermería, paciente, enfermedad psiquiátrica.

Abstract

This article reflects about the factors that are dehumanizing nursing care to patients with psychiatric illness and their families. Invites the construction of humanized care habits in nursing professionals with a view to creating a culture of acceptance that allows the patient to not only receive safe handling, warm and focused on individual needs also integrated in a way more favorable to society in general and the health system.

Keywords: Humanization; care; nursing; patient; psychiatric disease.

Introducción

Incluso desde las primeras civilizaciones el paciente que sufre un trastorno psiquiátrico y su familia vienen siendo discriminados, aislados e incluso impulsados a esconder su enfermedad por considerarse vergonzosa. En el ámbito hospitalario dicho estigma repercute en la calidad del cuidado de Enfermería que recibe el paciente ya que es percibido como menos preferente.

¿Cómo podría Enfermería contribuir a la disminución del señalamiento del paciente que sufre la enfermedad intra y extra hospitalariamente?. ¿cómo podría beneficiar su aporte a la humanización del cuidado de esta población?

Desde el inicio de la historia se ha documentado la enfermedad mental. Inicialmente se le dio una explicación sobrenatural. Se creía que estaba asociada a magia y a espíritus malignos. Los pacientes recibían tratamientos mágico religiosos tales como rituales con talismanes, amuletos, hierbas, sacrificios de animales y trepanaciones. Procedimiento que consistía en abrir un diminuto agujero en el cráneo de la persona para eliminar la enfermedad.

Durante el período medieval la Iglesia fue protagonista de cientos de exorcismos y torturas para tratar a los pacientes psicóticos. Debido al miedo que generaban, eran castigados y aislados. Una vez confinados en celdas, sótanos y cárceles, generalmente encadenados y desnudos eran golpeados hasta demostrar obediencia o quemados en la hoguera. Aquellos menos agresivos llevaban brazaletes de paciente con enfermedad mental.

El panorama para esta población ha mejorado en forma sustancial. Aunque la estigmatización ha disminuido, gracias a los adelantos científicos, el desarrollo de la psiquiatría, la investigación de las enfermedades y el desarrollo cultural de las poblaciones, continúa siendo una realidad. Aún hoy, es común escuchar en todas las esferas sociales, expresiones como: locos, dementes, chiflados, lunáticos, maniáticos o esquizofrénicos. Lo que a la postre se configura como una forma más de discriminación.

Incidencia y Prevalencia de la enfermedad mental

Debido a la alta incidencia y prevalencia de la enfermedad mental el sujeto que la padece puede estar en cualquier lugar. En el metro, en cualquier sala de espera, en nuestra propia casa, puede ingresar a urgencias por un trauma, o requerir una cirugía en cualquier momento. Eventos que pueden descompensar su cuadro producto de la ansiedad que le genera la espera, la multitud o el encierro.

La Organización Mundial de la Salud, estima en su informe sobre la salud en el mundo, que alrededor de un 25 % de la población mundial podría padecer algún trastorno mental a lo largo de su vida. Así mismo, pronostica que los trastornos mentales serán la causa principal de años perdidos por discapacidad por encima de las enfermedades cardiovasculares.

Según el estudio nacional de salud mental en Colombia del Ministerio de Protección Social, en los países en vía de desarrollo no se tienen presupuestos para la atención del paciente psiquiátrico, razón por la cual la mayoría de las personas que sufren algún grado de enfermedad mental, se les deja que afronten como puedan sus cargas personales, tales como la depresión, la demencia, la esquizofrenia y la dependencia a drogas(1).

La enfermedad mental altera la conciencia, el ánimo, la conducta, el pensamiento, el lenguaje o la percepción. Según las características de la enfermedad, la edad de inicio, su evolución, pronóstico y red de apoyo familiar y social pueden reducirse las posibilidades de un empleo estable, la independencia en las actividades de la vida diaria, el autocuidado y la creación y desarrollo de un proyecto de vida.

Pacientes provenientes de familias disfuncionales en Paciente con Enfermedad Psiquiátrica

Mientras, de un lado, encontramos pacientes provenientes de familias disfuncionales, desempleados, divorciados, con escasa o nula higiene personal. Del otro, es común hallar profesionales que pueden seguir con niveles de vida muy por encima del promedio. Como prueba de esto existen cientos de abogados, músicos, médicos, actores y cineastas famosos que padecen trastornos psiquiátricos y gracias a su adherencia al tratamiento y una excelente red de apoyo logran ser exitosos y felices.

Múltiples son los factores que sumados al señalamiento ya mencionado desde las primeras civilizaciones vienen deteriorando el cuidado de enfermería hacia esta población. La sobrecarga de trabajo, la modernización de la salud, la hegemonía del modelo biomédico y la violencia verbaly no verbal hacia el cuidador, los cuales disminuyen de un lado el contacto enfermero-paciente y del otro, aumentan las acciones coercitivas, tales como, la inmovilización, la sedación y el aislamiento que, en suma, generan más violencia y temor para ambos.

La violencia hacia el profesional, llámese agresión física, amenaza o abuso verbal aleja al enfermero del Paciente con Enfermedad Psiquiátrica por el temor que le genera resultar agredido. Existen registros poco precisos de accidentes laborales relacionados con pacientes con enfermedad psiquiátrica que generan lesiones físicas y psíquicas e incluso muertes en el personal de enfermería alrededor del mundo, dicha información es poco confiable ya que si la persona es víctima de un trauma leve generalmente el accidente no es notificado lo que incrementa cada vez más el subregistro.

La modernización de la salud:

Concepto que abarca el auge de la tecnología y cada vez más vuelve rutinaria la relación enfermero –paciente, lejos de optimizarla la ha convertido en un proceso exacto, preocupado en mayor medida por la relación causa efecto, las cifras y los parámetros. Adelantos que permiten que cada día se avance en servicios de salud de mayor nivel de complejidad.

Pero aunque son creados para el hombre, nos aleja cada vez más de él. Limitan la observación clínica del Paciente con Enfermedad Psiquiátrica y la relación cercana donde cobra importancia lo subjetivo. A los pacientes se les ha asignado un papel secundario y los enfermeros y la tecnología pasan a desempeñar un primer lugar. En estas condiciones, el paciente que debe ser un fin es relegado a la condición de medio(2).

Dicha tecnología a su vez apoya el énfasis en el modelo biomédico, con el cual surgen múltiples especialidades y subespecialidades que fraccionan cada vez más la integralidad del ser humano al enfocarse en un órgano enfermo y no en la persona de manera holística. Bajo esta ópticala persona que padece una Paciente con Enfermedad Psiquiátrica pasa a un segundo plano por considerarse menos riesgoso comparado con un corazón o un cerebro isquémico. Olvidando el alto índice de suicidios y homicidios resultado de la descompensación aguda de su cuadro.

La sobrecarga de trabajo por su parte; pareciera volver invisible el sufrimiento del individuo. ¿acaso el agotamiento va deshumanizando al profesional? Muchas veces no hay un tiempo prudente de descanso entre un turno y otro. La persona no alcanza a recuperarse totalmente y empieza una nueva jornada laboral con el mismo cansancio pero no con la misma disposición y actitud de servicio.

Casos similares de sufrimiento, dolor y abandono

Pareciera que poco a poco se saturara de “casos”similares de sufrimiento, dolor y abandono familiar que sumados a la carga laboral se van convirtiendo en una rutina donde no hay tiempo para decir buenos días mucho menos para mirarlo a los ojos mientras se le habla. Imposible escucharlo. Los trámites administrativos acaban con el poco tiempo que queda para el paciente de tal forma que éste y su familia solo ven al profesional en Enfermería en contadas ocasiones y lo reconoce por la franja negra que identifica su uniforme, no por las intervenciones en su cuidado. Entonces, ¿por qué sí hay tiempo para atender el celular o conversar con los compañeros sobre como estuvo la salida del fin de semana?

Los protocolos institucionales, que si bien es cierto estandarizan los procesos para efectivizar el tratamiento, disminuir costos y evitar variaciones que pueden resultar en consecuencias fatales para la vida del paciente, generalizan y hacen rutinario el cuidado lejos de individualizarlo.

Acaso el profesional en Enfermería se está contagiando del pensamiento de las organizaciones que cada vez protocolizan más los procesos y pareciera que convirtieran el cuidado en un proceso mecánico, como si se estuviera fabricando ¿un juguete o la pieza de un carro?

Hacia la Humanización del Cuidado

No debería ser necesario buscar la humanización de la salud; cuando cuidar en sí es un acto humano. Pero ante la demanda actual del mismo paciente quien solicita profesionales más sensibles. Paradójicamente más humanos. Es necesario cultivar y formar hábitos de cuidado regidos bajo los principios éticos de respeto, beneficencia no maleficencia y justicia.

Respetar la persona implica reconocer la dignidad humana, la singularidad y la autonomía del otro. Según el diccionario de la Real Academia española la dignidad significa Cualidad de digno. Respetar la dignidad entonces es reconocer que el paciente es digno de buen trato, con respeto,cordialidad, humildad y prudencia.

Se es benévolo cuando se procura el bienestar y se evita el mal del otro, del necesitado, del enfermo. Pero para ser bueno hay que empezar por aprender a diferenciar exactamente entre el bien y el mal. Lo cual pareciera convertirse en un trabajo cada vez más complejo con el paso del tiempo. Un buen acto no es aquel que hace el trabajo del profesional en Enfermería más fácil o rápido, es aquel que le genere al paciente más comodidad, tranquilidad, seguridad y alivio.

Se es justo en la medida en que se da a cada cual según su necesidad individual. Cuando se cuida no según la seguridad social del paciente, si es “recomendado” conocido o familiar del gerente de la institución, sino de acuerdo con el diagnóstico de un plan de cuidados de Enfermería elaborado a consciencia, que evidencia la verdadera necesidad de los mismos.

Enfermería contribuye a la humanización en Paciente con Enfermedad Psiquiátrica

Cada profesional en Enfermería contribuye a la humanización del cuidado realizando una revisión de su actitud hacia el otro, ejercicio que implica reconocer en qué medida se cosifica al paciente, refiriéndose a él como un número o un diagnóstico, un cliente o un caso interesante para una revisión académica. Con qué frecuencia hay sentimiento de indiferencia ante la necesidad del otro. Llámese paciente, compañero de trabajo, familiar, amigo, vecino o pareja.

Cuántas veces se agrede la privacidad del paciente dejando al descubierto su padecimiento o diagnóstico por no celar el tono de la voz. Preguntarse si la información brindada al paciente y su familia es amplia y suficiente. Corroborar las habilidades comunicativas, interpretando comunicación como la relación bidireccional que implica escuchar al otro. Pues el cuidado es humanizado cuando ocurre aproximación del equipo con usuarios y familiares, compartiendo experiencias, valorizando y reconociendo la singularidad del otro por el diálogo(3).

El cuidado del Paciente con Enfermedad Psiquiátrica requiere entonces profesionales libres de estigmas y barreras; benévolos, justos y respetuosos. Con actitud de servicio y comprometidos con el paciente y su familia. Profesionales que busquen espacios adecuados para tener contacto con el paciente, comprometidos a invertir aunque sea un espacio muy corto para saludarlo, conocerlo, en lo posible valorar su conducta, la evolución o deterioro de su cuadro, observar su apariencia general, postura, mirada y gestos, al escucharlo podrá detallar rápidamente su lenguaje, orientación y criterio personal sobre su estadía en la institución, valorar ideación delirante y alucinaciones, gestos, ideas e intentos suicidas y trastornos del sueño.

Lea También: Educación a Pacientes Anticoagulados con Warfarina u otros Anticoagulantes Orales

Terapia ocupacional intrahospitalaria

El profesional debe esforzarse por realizar un plan de cuidados fidedigno según las necesidades individuales del usuario, en el cual puede habilitar espacios para realizar terapia ocupacional intrahospitalaria con recursos disponibles en la institución o aquellos que la familia pueda proporcionarle con el objetivo de canalizar emociones, reconocer sus habilidades, permitirle que se sienta independiente, así como el desarrollo de nuevas competencias y la prevención de situaciones violentas.

La actitud del cuidado solamente ocurre cuando la existencia de alguien tiene importancia para el otro y entonces se dispone a participar de la vida de éste(3).

Quizá la realidad más difícil de manejar con el paciente que sufre un trastorno psiquiátrico es la agitación psicomotora, es esperable que el profesional en Enfermería experimente miedo de ser agredido,por lo cual debe estar preparado física y psicológicamente, teniendo muy claro que siempre será más fácil, seguro y humano negociar el tratamiento que usar la violencia.

El paciente debe abordarse mínimo entre cuatro personas, con una actitud expectante, pero tranquila, con la intención de que él perciba que quieren ayudarle a controlar sus emociones. No debe ser agredido, no son aceptables los juicios de valor ni regaños, los gritos podrían aumentar la tensión.

Solo si el usuario continúa agitado a pesar de tratar de persuadirlo para que colabore con el personal y pone en peligro la integridad propia o la del personal, la contención mecánica y la administración de medicamentos parenterales deben ser usados, nunca como primera opción, ya que podrían crear una falsa idea en el paciente de que la violencia es necesaria para resolver conflictos y aumentar el riesgo de violencia física hacia el cuidador. La no utilización de intervenciones coercitivas es un indicadorde calidad según la Joint Commission, líder mundial en organizaciones de atención de salud(4).

Paciente sin causar lesiones cutáneas o vasculares en Paciente con Enfermedad Psiquiátrica

Si es estrictamente necesaria la inmovilización de las extremidades, ésta debe impedir los movimientos del paciente sin causar lesiones cutáneas o vasculares, por lo que dicho procedimiento debe ser organizado y cuidadoso de acuerdo con un protocolo institucional, nunca debe extenderse por mucho tiempo pues se trata de una medida temporal, no un castigo.

El paciente debe situarse lo más cerca posible del puesto de enfermería lo cual permitirá valorar efectos secundarios de los medicamentos administrados. El objetivo de la medicación es controlar al paciente, no sedarlo totalmente, por el contrario debe permitir la evaluación de su evolución y posibles signos de sobredosis. Se le debe explicar la razón de la inmovilización y dejarlo en posición semi sentado para permitirle interacción con el entorno.

Una vez se controle la situación es imprescindible descartar si el episodio psicótico se trata realmente de un trastorno psiquiátrico descompensado o si hay causas orgánicas y tóxicas que lo estén generando. Un gran número de situaciones clínicas —por ejemplo, enfermedades neurológicas, intoxicaciones, trastornos metabólicos, infecciones, trauma cerebral— pueden asociarse o desencadenar una psicosis orgánica. Ésta puede manifestarse a través de delirios o trastornos del pensamiento(5). Las cuales deben considerarse antes de categorizar a una persona como “psiquiátrica”.

Una vez se fortalezca el componente personal en la búsqueda de la humanización del cuidado, se debe vigorizar el trabajo en equipo. Permeando a cada uno de sus integrantes para ir eliminando los hábitos deshumanizantes, desestimular las críticas y los juicios de valor y realizar una revisión bibliográfica de los principales trastornos psiquiátricos, etiología, sintomatología y pronóstico que les permitirá comprender y aceptar al paciente, al conceptualizarlo como un usuario enfermo que al igual que la persona que sufre una enfermedad de origen orgánico requiere un cuidado de Enfermería integral y humanizado.

Enfermedades mentales y la promoción de la salud mental

Por último, es importante recordar que nuestra función de cuidar se extiende a nuestros hogares donde se debe fomentar el diálogo y el autocontrol para prevenir las relaciones enfermizas y afrontar de una manera adecuada las situaciones estresantes. Fortalecer las relaciones familiares con el objetivo de disminuir el riesgo de aparición de enfermedades mentales y la promoción de la salud mental tan necesaria a la hora de cuidar al otro.

Conclusiones

El cambio que requiere el cuidado de Enfermería hacia el paciente que sufre una Paciente con Enfermedad Psiquiátrica inicia en cada individuo, realizando una revisión de los hábitos deshumanizantes propios, trabajando desde los principios éticos y liderando en su equipo de trabajo la creación de una cultura de aceptación del paciente. Es el momento de retomar la importancia de lo subjetivo en la relación enfermero-paciente. Armonizando la tecnología con la ética, los protocolos de atención con la singularidad del paciente, hora de ser más sensibles e integrales.

La atención humanizada, centrada en el paciente y no en las organizaciones, exige una comunicación clara y bidireccional con el paciente y su familia.

Todo el personal de Enfermería independiente del servicio en el cual se desempeñe debe estar capacitado para cuidar a un Paciente con Enfermedad Psiquiátrica, teniendo en cuenta la alta incidencia y prevalencia de la enfermedad, el sujeto que la padece puede estar en cualquier lugar.

Aunque la contención mecánica y el uso de medicamentos actúan de forma más rápida pueden llegar a generar más violencia una vez se suelten las sujeciones o pase el efecto del medicamento, por lo que deben ser usadas solo en casos específicos.

Es necesario que el personal de Enfermería se informe sobre los diferentes trastornos psiquiátricos y sintomatología con el fin de disminuir el estigma que los rodea.

Conflicto de Intereses

Ninguno a declarar.

Referencias Bibliográficas

  • 1. Ministerio de la Protección Social y Fundación FES Social. Estudio Nacional de Salud Mental Colombia 2003. Cali: C&C Gráficas, Ltda. 2005. Disponible en: https://onsm.ces.edu.co/uploads/files/1243030_EstudioNacionalSM 2003.pdf. Consultado el 9 de febrero de 2013.
  • 2. Beltrán O. Dilemas éticos en el cuidado enfermero. Index Enferm, Granada, v. 20, n. 1-2, jun. 2011 p 36-40. Disponible en: https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1132-12962011000100008&lng=es. https://dx.doi.org/10.4321/S1132-12962011000100008 Consultado el 6 de julio de 2013.
  • 3. Martins JdJ, Stein D, Da Silva R, Lorenzini A, De Albuquerque GL. Resignificando la humanización desde el cuidado en el curso de vivir humano. Rev enferm UERJ 2008.16(2) p278 Disponible en: https://www.facenf.uerj.br/v16n2/v16n2a22.pdf Consultado el 6 de julio de 2013.
  • 4. Richmond J, Berlin J, Fishkind A, et al. Verbal De-escalation of the Agitated Patient: Consensus Statement of the American Association for Emergency Psychiatry Project BETA De-escalation Workgroup. West. J. Emerg. Med. 2012. 13(1):18.
  • 5. Restrepo D, Rodríguez A, Cardeño C. Psicosis orgánica en una paciente con encefalopatía reversible posterior. Rev. Colomb. Psiquiatr. 2010. 39(4) p2. Disponible en: https://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-74502010000400013&lang=pt
    Consultado el 5 de noviembre de 2013

Scielo

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