Práctica en la cual se da la Responsabilidad Ética del Cuidado

La responsabilidad ha de ser una convicción al actuar ante la realidad práctica que cotidianamente el profesional de enfermería tiene que enfrentar:

• En el cuidado de los individuos y colectivos desde la concepción del ser humano, durante todas las etapas del desarrollo y hasta la muerte. El profesional de enfermería actúa como defensor de las personas, abogando por su bienestar, intereses y cuidados de salud, en especial cuando se presentan situaciones de maltrato físico y psicológico, de tratos crueles, inhuma-nos, degradantes o discriminatorios, de tratamientos innecesarios, incorrectos, forzados, sin consentimiento informado, de ocultamiento de la verdad y de invasión a la intimidad y privacidad; cuando se experimenta, para controlar o modificar el comportamiento de grupos o individuos, o cuando se utilizan para investigaciones científicas a personas privadas de la libertad, grupos minoritarios o miembros de las fuerzas armadas que no puedan otorgar libremente su consentimiento.

• Ante los avances de la ciencia y la tecnología en salud, que abren infinitas posibilidades a la investigación y la experimentación, gracias al potencial de la inteligencia humana; pero que al buscar la ciencia por sí misma, por interés, poder o dinero, se cuestionan los fundamentos de la vida, la dignidad y los derechos de las personas.

• Una sociedad multicultural con di-versas religiones, sistemas de creencias y valores culturales y pluralismo moral.

• Las relaciones con las colegas y el equipo humano de trabajo, en las cuales el respeto mutuo, el diálogo, la comprensión, la coordinación para la toma de decisiones adecua-das y oportunas en beneficio de la persona que se cuida han de privilegiarse.

• Las organizaciones profesionales y las instituciones, para poder ponderar, decidir y actuar en cada situación con lealtad y coherencia, así como para tener la entereza en la toma de decisiones cuando la ética personal es contraria a las normas de la Institución.

La Dificultad no Exime de la Responsabilidad Ética

El modelo de salud actual, que no se plantea la pregunta por el ser humano y su condición, sino que concibe a las personas bajo la categoría de recurso humano o de cliente, que maximiza los recursos para generar ganancias y cuyo discurso en salud tiene un fuerte acento economicista, invita a una profunda reflexión de responsabilidad ética frente a:

• El panorama actual y futuro de la salud, en cuanto a calidad de atención, cobertura, accesibilidad geográfica y cultural, repercusiones en los costos por la recesión económica y el ajuste fiscal, la reducción del paquete de servicios al mínimo de las EPS, clientelización del seguro de los municipios con las ARS, perfiles epidemiológicos prevenibles en la población, violencia y conflicto armado.

• Las condiciones salariales o el tipo de contratación del personal, el clima organizacional y el ambiente laboral, que ponen en riesgo a las personas, la calidad humana y técnica del cuidado y la capacidad del profesional. La complejidad creciente de los pacientes, la disminución cuantitativa y cualitativa de personal, la autonomía en el ejercicio profesional, la oportunidad, continuidad y el grado de satisfacción que tienen los pacientes y las familias con la prestación de los servicios de salud.

• Las condiciones de logística para el ejercicio de la enfermería, sin los requisitos básicos de: infraestructura física, dotación, procedimientos académico-administrativos, registros para el sistema de información, transporte, comunicaciones, auditoría de servicios y medidas de seguridad para el personal.

En la base de todo esto está que: “Las condiciones adversas tocan el alma de la sobrevivencia, el núcleo de las necesidades de enfermeras y enfermeros y los condena a vivir silenciados, a resistir en la soledad de sus recintos, porque han aprendido que en esta sociedad la civilidad está constreñida. Este miedo campea por todos escenarios de la vida; resistir activamente es correr el riesgo de perder el trabajo, y así no sea digna la remuneración, y la carga laboral sea extensa, las necesidades de la sobrevivencia se imponen”. (7)

Pero en fin tal situación representa mayores exigencias y nuevos desafíos, y de alguna manera sufrimos como cuidadores, como personal de salud; sin embargo, hay que tener en cuenta que aun cuando “las condiciones nos apesadumbren o representen algún sufrimiento y las circunstancias nos sean desfavorables, ello no nos exime de responsabilidad, pues no por ser víctimas tenemos siempre la razón, ni la tenemos en todo, ni tan siquiera serlo nos convierte en buenas personas […] nuestro reto es asumir a pesar de todo lo adverso una posición valiente para no hacer sufrir el sujeto de cuidado, para no dar un cuidado de mala calidad o para no privar del cuidado de enfermería […], nos corresponde hacer algo para evitar el suicidio como profesionales y como gremio para superar el muro de las lamentaciones, para pasar de la preocupación a la ocupación, a la denuncia y a la acción”.(1)

¿Hacia Dónde Direccionar el Ejercicio Profesional en el Cuidado de Enfermería?

El sentido de pertenencia y la identidad profesional, aunados a una pro-funda convicción y compromiso con la persona humana, su dignidad y la responsabilidad ética en el acto de cuidar, nos conducen a:

• La cooperación. Sara Fry habla de la cooperación como “… una actitud que incluye la participación activa con otras, a fin de obtener una atención de calidad para los pacientes, la colaboración en la planificación de enfoques hacia cuidados de enfermería y la reciprocidad con aquellos con los que se identifican profesionalmente los enfermeros. La cooperación promueve redes de apoyo mutuo y estrecha relaciones de trabajo. El concepto de cooperación preconiza actividades de enfermería tales como la colaboración con los demás para alcanzar los objetivos comunes, el cumplimiento de pro-mesas, la prioridad de los intereses mutuos y el sacrificio de los intereses personales al mantenimiento de la relación profesional”.(8)

• La transformación que comienza en los asuntos cotidianos que tenemos al alcance como ver la realidad bajo otras miradas, hacer cambios por pequeños que parezcan, desde nuestra posición mover aun-que sea un poco la opinión pública, escribir describiendo los hechos, dejando constancia, publicar…

• Propiciar espacios para la reflexión y lograr un mayor acercamiento de la teoría a la práctica.

• Empoderarnos de nuestra profesión: resignificar el acto de cuidado como un derecho fundamental conexo al derecho a la vida, porque su esencia está en la dignidad de la persona esto resignifica nuestra dignidad y nuestra vocación del cuidado a los seres humanos vulnerables, preservando por encima de todo los derechos humanos de las personas y el reconocimiento de la salud como derecho fundamental.

• No perder la memoria histórica, “estar atentos a lo que acontece, en qué momento ocurre, por qué y de qué modo interpretamos la realidad”. (7)

La ética como la parte de la filosofía trata de la reflexión moral de los actos humanos, entendiendo por actos humanos o actos morales aquellos que corresponden al ejercicio libre y deliberado de la razón en cuanto guía de la voluntad. Desde esta perspectiva, el “acto de cuidado” en enfermería es un concepto que implica una estimación especial de la vida humana, vale decir, de la dignidad de la persona y del respeto a la vida. Así, pues, el concepto “acto de cuidado” está sustentado en una concepción filosófica, ética. Por esto es pertinente distinguir entre “acto” y “actividades” en relación con el quehacer de la enfermería como profesión. Las “actividades” son acciones instrumentales fundamentadas en conocimientos y técnicas apropiadas. El “acto de cuidado”, en cambio, es una actitud moral, un modo de ser, un carácter, una manera de asumir la profesión desde unas profundas convicciones, lo cual hace que tratemos a los demás como si fueran un fin en sí mismos, nunca como un medio.

Referencias Bibliográficas

1. Molina Restrepo ME. El modelo de salud colombiano y la calidad del cuidado de enfermería. Aquichan, (1) 2006; 6: 148-155.
2. Gaitán Cruz MC. Responsabilidad ética en el cuidado de enfermería. En: Páginas de Ética No. 9. Tribunal Nacional Ético de Enfermería. Disponible en: www.trienfer. org.co Consultado en: agosto de 2007.
3. Gracia Guillén D. Pasado, presente y futuro de la Ética. En: Congreso Bioética de América Latina y del Caribe. Memorias. Bogotá. 1998.
4. República de Colombia. Ley 911 de 2004, Artículo 3º, por la cual se dictan disposiciones en materia de responsabilidad de ontológica para el ejercicio de la profesión de Enfermería en Colombia; se establece el régimen disciplinario correspondiente y se dic-tan otras disposiciones.
5. Prieto Romano GI. Responsabilidad ética del ejercicio profesional. En: Seminario Responsabilidad del los profesionales del Sector Salud frente a los sujetos de cuidados. Universidad de Ciencias Aplicadas y Ambienta-les. Bogotá, 2002.
6. Gracia Guillén D. Investigación y justicia sanitaria. Ética y Vida No. 4. Santa fé de Bogotá: Búho Editores. 1998.
7. Romero Ballén MN. Hacia dónde se dirigen los cuidados en el actual Sistema de Segu-ridad Social en Salud. En: Ponencia presentada en el XXII Congreso de Salud Mental. Cáceres. España. 2004.
8. Fry S. Conceptos éticos en la práctica de enfermería. En: La ética en la práctica de enfermería: Guía para la toma de decisiones éticas. Ginebra: Consejo Internacional de Enfermería; 1994. p. 53-54.

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