Caracterización de los Patrones de Comunicación en Salas de Cirugía
Carlos Sánchez1, Sandra Rodríguez2, Daniela Cruz2, Luis Carlos Domínguez1, Valentín Vega1, Carolina Hoyos1, Juan Camilo Duque1, Camilo Gómez1
Palabras clave: quirófanos; comunicación; comunicación Interdisciplinaria; barreras de comunicación.
Resumen
Introducción. Existe una especial preocupación por las características de la comunicación en las salas de cirugía, dado el impacto que esta tiene en los resultados tanto en el paciente como en las relaciones entre los diferentes grupos de trabajo que interactúan en tales situaciones.
Materiales y métodos. Se hicieron la observación y el registro en tiempo real de fallas de comunicación durante los procedimientos quirúrgicos de diferentes especialidades y complejidades. Se hizo un análisis estadístico de las frecuencias de los errores más comunes y un análisis “etnográfico” caracterizando los tipos de errores en la comunicación.
Resultados. Se hicieron la observación y el registro en tiempo real de 179 fallas de comunicación en 35 procedimientos quirúrgicos, cuya complejidad era alta en 17 %, baja en 40 % y mediana en 43 %; en 80 % tuvo lugar en horas de la tarde, en 60 % se usó anestesia general, y raquídea y local en 20 % en cada una. En 92 % se encontraba presente, al menos, un residente; en 54 % la falla se debió al receptor, 84,3 % ocurrieron durante la cirugía y se presentaron más de tres fallas en un mismo procedimiento en 71,5 % de las cirugías.
Discusión. Existen múltiples variables y factores que afectan el proceso de comunicación y su desarrollo en salas de cirugía es especialmente “sensible” por el tipo de actividad que allí se lleva a cabo. Si se encuentran los diferentes tipos de patrones y fallas en la comunicación, se pueden generar e implementar acciones para mejorarlas de tal forma que podrían disminuirse los efectos en la morbimortalidad que generan estas fallas en la comunicación.
Introducción
El tema de la seguridad del paciente y la comunicación en las salas de cirugía ha cobrado especial importancia, ya que es un punto crítico para los pacientes dado el impacto que tiene tanto en la morbimortalidad como en los aspectos económicos. Las destrezas no técnicas han cobrado especial importancia y entre ellas se encuentran el liderazgo, el buen trabajo en equipo y el manejo del estrés, así como una adecuada comunicación 1 que, en salas de cirugía, es especialmente relevante ya que por la naturaleza del procedimiento, el paciente está desprotegido y depende enteramente del personal de salud.
Los erros de comunicación se han destacado como una de las principales causas de eventos adversos. Hay reportes recientes de una tasa inaceptable de eventos adversos, como resultado de errores de comunicación. De hecho, durante los procesos de acreditación se encontró que la comunicación era la raíz del problema en cerca de 60 % de los casos reportados 2. Se han reportado estas fallas en todos los niveles del equipo de trabajo, entre médicos, enfermeras y equipo paramédico. Por otro lado, en hospitales donde el mismo personal de trabajo en salas de cirugía califica la comunicación como alta o buena, se ha demostrado una menor tasa de aparición de eventos adversos 3.
En múltiples estudios se ha intentado evaluar la comunicación en el ambiente quirúrgico 4-6. La mayoría de los estudios son cualitativos con análisis “etnográfico” para tipificar y evaluar los errores de comunicación en el ambiente quirúrgico. Recientemente se ha tratado de implementar metodologías cuantitativas usando instrumentos validados 7,8. Incluso, se han tratado de medir en estudios en los que se compara el mismo procedimiento realizado con técnicas abiertas y laparoscópicas, lo que ha arrojado resultados que sustentan la idea de que factores estresantes, como la técnica utilizada, tienen un impacto en el desempeño técnico del cirujano y, por ende, en la comunicación, lo que aumenta la probabilidad de la aparición de errores 1.
A pesar de que se han logrado adelantos en la identificación de las características que deben controlarse en la comunicación para disminuir la morbimortalidad causada por esto, falta mucho para describirlas completamente. Lindengard, et al. 9,10, desarrollaron y validaron un instrumento para evaluar la comunicación del equipo en la sala de cirugía, pero dado que las observaciones no incluyeron los procedimientos completos, es posible que los resultados no demuestren la comunicación durante la cirugía en su totalidad.
Este instrumento se ha utilizado en múltiples estudios para evaluar la comunicación en cirugía con observaciones en tiempo real. Muchas veces la sensibilidad del tema limita la grabación que se va a analizar posteriormente, por lo que se recurre a observaciones en tiempo real; esto dificulta su aplicabilidad, ya que es evaluado por observadores humanos una sola vez y su reproducibilidad está limitada. En algunos estudios se logró adaptar para aplicarse en observaciones registradas en video 11.
Para disminuir todas estas dificultades que se presentan en estos estudios, se decidió adoptar una metodología que combina un análisis cualitativo y uno cuantitativo de la comunicación en las salas de cirugía. El trabajo se desarrolló con la colaboración del personal médico y de comunicación social, con observaciones en tiempo real, dadas las dificultades para obtener el permiso para hacer un el registro gráfico. Las observaciones fueron hechas por dos personas durante el desarrollo de los procedimientos quirúrgicos.
Materiales y métodos
Se llevó a cabo un estudio prospectivo con observaciones en tiempo real en salas de cirugía. Después de la aprobación del Comité de Ética de la Universidad de La Sabana, y contando con la aprobación del hospital, los observadores con experiencia en comunicación usaron un protocolo establecido por nuestro grupo para determinar los patrones de comunicación en las salas de cirugía. Usaron un instrumento adaptado de un estudio previo publicado por Lindengard, et al. 6,10. Se emplearon también notas “etnográficas”, que incluían el momento de la falla, los participantes, el contenido, los miembros involucrados y en lo posible se trató de determinar algún efecto.
Circunstancias y recolección de datos
Por cerca de seis semanas se observaron los procedimientos de diferentes especialidades quirúrgicas, incluyendo neurocirugía, urología, cirugía plástica, ortopedia, ginecología y cirugía general. Todos los procedimientos fueron observados en su totalidad (desde la inducción anestésica hasta el cierre de piel) aunque las observaciones se enfocaron en las dos primeras horas del mismo, haciendo énfasis en la inducción anestésica y en la apertura de la cavidad o incisión, cuando toma lugar la mayor actividad de comunicación y la percepción de los observadores es más aguda. No se discriminó por tipo de procedimiento ni por tipo de paciente, ya que esto no suponía ningún riesgo para el mismo. En todos los casos el principal operador fue un especialista experimentado en el área y en algunas ocasiones estuvo asistido por un residente. Un anestesiólogo certificado estaba presente en la sala, acompañado igualmente por un residente en esta área.
El personal paramédico estaba conformado por una instrumentadora que siempre asistía el procedimiento y, en algunos casos, era asistida por una practicante. En cada sala también ayudaban uno o dos auxiliares circulantes con entrenamiento en enfermería.
1 Departamento de Cirugía General, Universidad de La Sabana, Chía, Colombia
2 Facultad de Comunicación, Universidad de La Sabana, Chía, Colombia
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