Tratamiento preventivo para la enfermedad de Alzheimer

El Grupo de Neurociencias de la Universidad de Antioquia realizará en 2013 un ensayo clínico pionero en tratamiento preventivo para la enfermedad de Alzheimer en un grupo de 25 familias del nordeste del departamento de Antioquia, de 5.000 miembros, aproximadamente, con un población estudiada de 2.816 personas en la que se encontraron 662 (23 %) portadores de la mutación en el gen de la presenilina 1 (PSEN1), conocida como la mutación E280 (mutación paisa). Este grupo hace parte de la enfermedad de Alzheimer denominado genética simple (5 % de toda la enfermedad). Si bien el patrón cerebral de depósito de A-beta fibrilar de amiloide es similar a lo encontrado en la enfermedad de Alzheimer de tipo tardío (genética compleja), verificable en la resonancia magnética (RM) y en la tomografía por emisión de protones (PET), la aparición de los síntomas es a los 44 años (deterioro cognitivo leve) y la demencia empieza a los 49 años, pero se pueden ver depósitos de amiloide en el cerebro en asintomáticos desde los 28 años y alteraciones en test cognitivos en asintomáticos desde los 35 años.

Un gran número de fármacos se ha ensayado en el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer con resultados clínicos poco alentadores; pero, ahora, con un grupo de población definido estudiado, que son portadores del gen y que, irremediablemente, cuando lleguen a la edad de 35 años, van a comenzar a manifestar los primeros síntomas que coinciden con el depósito de material amiloide en la corteza cerebral y el hipocampo, lo cual es fácilmente demostrable por estudios como la resonancia magnética y la tomografía de emisión de positrones, y los estudios para detectar beta-amiloide y la proteína Tau en líquido cefalorraquídeo. De esta manera, se abre la gran posibilidad de un trabajo clínico doble ciego con este grupo de pacientes que, se sabe, que no tienen la enfermedad aún manifiesta, y sin acumulación de beta-amiloide cerebral corroborado en los estudios imaginológicos del cerebro. En el estudio se incluirán 300 sujetos sanos y asintomáticos entre 30 y 60 años. Un grupo de no portadores recibirá placebo y un grupo de portadores se subdivide en dos grupos, uno recibirá placebo y el otro subgrupo el medicamento en estudio (anticuerpo monoclonal). Este estudio ha recibido el apoyo y la cofinanciación de los National Institutes of Health de los Estados Unidos, del Instituto Banner de Phoenix (Arizona) y de la Universidad de Washington, entre otros, y promete ser una esperanza en el tratamiento y la comprensión de esta enfermedad tan común, pero, a la vez, tan desconocida en sus diferentes causas y en su tratamiento.

Nanotecnología y nanomedicina

La nanotecnología está basada en el estudio de nano­partículas (nanocristales, o quantum dots) de átomos semiconductores como el oro, la plata, el cadmio, el selenio y el iridio, del tamaño de una millonésima parte de un milímetro, con unas propiedades ópticas peculiares debido a su carga eléctrica fundamental que está dada por el número de electrones en su banda externa o banda de conducción (exitones), y que absorben de 10 a 50 veces más fotones que los marcadores orgánicos en un rango de ancho de banda visible al ojo humano que va del ultravioleta al infrarrojo. En el futuro se prevé su aplicación en microelectrónica para los nanochips y para fabricar pantallas ultradelgadas para televisión y aparatos electrónicos. En medicina se habla de la nanomedicina como una disciplina dedicada al diagnóstico, tratamiento y prevención de las enfermedades con el uso de la biolo­gía molecular asociada a la nanotecnología. En los seres vivos, las nanopartículas son altamente tóxicas y, por lo tanto, deben ser protegidas de la degradación por medio de una cubierta con múltiples capas de polietilenglicol que le da compatibilidad biológica y posibilidad de unirse con anticuerpos específicos, para la detección de múltiples receptores celulares.

Debido a su tamaño y estructura y a sus propiedades fotoquímicas y fotofísicas, convierten a las células y a los tejidos en visibles al ojo humano. Unidas a diferentes anticuerpos, proteínas, péptidos (factores de crecimiento) y fármacos, pueden detectar moléculas en la membrana celular y en el citoplasma como marcadores tumorales para el diagnóstico de tumores neoplásicos, mapeo de ganglios centinelas y en el tratamiento del cáncer con concentraciones a nivel específico de las “células blan­co” con un gran umbral de actividad tumoral y un bajo umbral de toxicidad.

Hemos hecho un breve recuento de la actividad creativa de la humanidad desde los primeros días del hombre en la tierra hasta el día de hoy, poniendo a un lado de la balanza los avances de la humanidad y en el otro, su bienestar. Queda una sensación de desolación producto de la paradoja de que tantos avances tecno­lógicos no hayan disminuido la desigualdad entre los seres humanos.

El crecimiento económico y tecnológico no se refleja en la calidad de vida y en la equidad social de los siete mil millones de habitantes de la tierra. Somos un mundo global basado en la pobreza para muchos y la prosperidad para unos pocos, donde las inundaciones y las sequías, el calentamiento global por emisiones de gases tóxicos, la tala de bosques, la desaparición de especies animales, y la contami­nación de mares, ríos y aguas del subsuelo, son una constante que refleja el uso irracional de los recursos naturales y ponen en peligro todo lo que el hombre ha construido en millones de años.

Me valgo, para terminar, de las palabras de nuestro escritor William Ospina en su presentación de la Cátedra Pública de la Universidad de Antioquia; hablando sobre la cultura en tiempos de penuria, concluía:

“[…] En lo fundamental, ya no pertenecemos a una tribu, a una raza, a un credo, pertenecemos a un planeta. Para eso sirvió la edad de las transformaciones, para llegar a conocer los límites de la transformación. Para eso sirvió la globalización: para que se encontraran por fin los intereses de todos con los intereses de cada parte. Cada individuo tiene el deber de ser la conciencia del planeta. El desafío no puede ser más grande ni más solemne. Legiones de jóvenes de todas las edades tienen que librar ahora la batalla definitiva, la batalla por los glaciares y los pelícanos, por los helechos y las medusas, por las selvas y por los océanos, por las artes y por los muchos sentidos de la belleza, por la razón y por el mito, por la supervivencia del mundo, que exige una urgente redefinición de los límites del hombre y de sus industrias. Ahora las banderas son de agua y de oxígeno, de enigma y de música, de memoria y fantasía […]”.

Lecturas recomendadas

Parra ID. Innovación, conceptos, procesos, mitos y realidades, segun­da edición. Medellín. Editorial Universidad de Antioquia, 2011.
Vélez A. Homo sapiens, Bogotá, Villegas Editores, 2006.
The Wall Street Journal Américas. El Tiempo 20 07 2012, El error más caro en la historia de Nokia. Antón Troianovski y Sven Grundberg.
Bronowski J. The origins of knowledge and imaginations. New Haven, Yale University, 1979.
Kelley T, Littman J. Las diez caras de la innovación. Paidos em­presa. 2010.
Datta R, Jaitawat SS. Nanotechnology- The new frontier of Medicine Medecal Journal Armed Forces India 2006;62:263-8.
Boisseau P, Bertrand Loubaton B. nanomedicine, Nanothenology in medicine. CR Phisique. 2011;12:620-36.
Reiman EM, Quiroz YT, Fleisher AS, Chen K, Vélez-Pardo C, Jimé­nez-Del Río M. Brain imaging and fluid biomarker analysis in young adults at genetic risk for autosomal dominant Alzheimer’s disease in the presenil 1 E280A kindred: A case control study. Lancet Neurol. 2012;11:1048-56.


Correspondencia: Martiniano Jaime, MD
Correo electrónico: Martinianojaime@gmail.com
Medellín, Colombia

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