Síndrome de Desgaste Profesional en Cirujanos Colombianos, Discusión
Los hallazgos del presente trabajo representan una oportunidad valiosa para evaluar el desempeño de los cirujanos colombianos y medir de manera adecuada las percepciones subjetivas de las condiciones de trabajo y su impacto en la actividad diaria.
La población de cirujanos generales del país es relativamente joven, con un desarrollo quirúrgico en evolución dado por una experiencia profesional inferior, en la actualidad, a 20 años (89% de la población) y, por lo tanto, según el conocimiento universal sobre el síndrome de desgaste profesional, muy susceptible de presentar el síndrome de desgaste profesional.
La elevada subespecialización (43%) y el entrenamiento en otras áreas diferentes de la cirugía, reflejarían una tendencia de los cirujanos colombianos a evolucionar dentro del ejercicio de la práctica médica hacia un nivel diferente y con expectativas laborales superiores. En este sentido, llama la atención la formación académica formal con título de maestría en 12% de los encuestados y, a partir de allí, la expectativa creciente de una proyección sectorial en el campo de la investigación y la generación de conocimiento en un ambiente académico. Preocupa, sin embargo, el vacío en la formación doctoral y constituye un posible foco de futura intervención, dado su impacto en el progreso de la sociedad colombiana, lo cual es un paradigma que enfrentaría el esquema reduccionista de la cirugía en función de la intervención quirúrgica.
La comunidad de los cirujanos generales colombianos, según los resultados de este estudio, se encuentra bien posicionada socialmente, con una estratificación socioeconómica media-alta de la mayoría de sus miembros, un nivel educativo superior (hogares con título de posgrado en la pareja en el 60%), satisfechos personalmente, conformes en alta proporción con su actividad profesional y que no desearía cambiarse de su sitio de trabajo pese a que:
i) la mayoría de los cirujanos trabajan en centros de alta complejidad (niveles 3 y 4) con altos niveles de estrés laboral;
ii) la mayoría emplean tiempos diarios de desplazamiento mayores de una hora desde su hogar hasta su sitio de trabajo y entre sus sitios de trabajo;
iii) solamente el 60% de los profesionales se benefician de las prerrogativas de un contrato laboral;
iv) la mayoría efectúa, en promedio, más de un turno nocturno por semana y más de un fin de semana de trabajo al mes (situaciones inaceptables para casi todas las restantes profesiones no médicas y , tal vez, médicas);
v) la mayoría de los cirujanos únicamente labora, en promedio, 150 horas al mes (33,3±21,2 horas por semana), y
vi) el 70% de los evaluados perciben ingresos mensuales iguales o superiores a 11 salarios mínimos legales vigentes mensuales, cuando parecería que una alta proporción de los cirujanos perciben, con justa razón o sin ella, que sus ingresos no corresponden a sus expectativas.
Es decir, son aceptados de una forma normal, el volumen de pacientes atendidos e intervenidos quirúrgicamente por jornada de trabajo, el tipo de procedimientos realizados y la cantidad de trabajo diario y mensual efectuado. Esta dicotomía entre lo manifestado pública y privadamente en el medio y lo encontrado en el presente trabajo, desconcierta y preocupa, más aún, si nos comparamos con profesionales de la medicina que, sin ser cirujanos, trabajan en condiciones más favorables (o “más normales”) para ellos y, por consiguiente, son relativamente “más felices”.
La explicación para este fenómeno supondría que el «umbral de la normalidad» en relación con las condiciones de trabajo de los cirujanos generales y subespecialistas en nuestro país, es diferente al resto de los profesionales médicos y no médicos –aunque la información al respecto es insuficiente, posiblemente como producto de unas condiciones laborales desfavorables crónicamente instauradas, aunadas a una tradición generacional de valores, principios y conductas propias del actuar quirúrgico, que nos hacen traspasar diariamente los límites del ejercicio médico y del compromiso con el paciente y las instituciones. Este importante aspecto representa una fuente de futuros trabajos y constituye una hipótesis interesante que valdría la pena comprobar.
Esta percepción ya ha sido planteada por otros autores, considerando a los cirujanos siempre algo más que buenos profesionales, por encima de su salario y de su satisfacción individual por los pacientes tratados:
“¿Cómo explicar que, después del sacrificio y el esfuerzo que representa conseguir el título profesional y un trabajo, seamos capaces de seguir evolucionando, adaptándonos a nuevas técnicas, de seguir innovando, enseñando y publicando con un esmero y cariño como posiblemente no lo haga ningún otro profesional?” (4).
En cuanto al objetivo primario de la presente investigación, encontramos una prevalencia global baja (26,1%) del síndrome de desgaste profesional, comparada con la literatura universal y nacional sobre el tema que varía entre 30% y 80%, según los diferentes estudios (3).
Un estudio efectuado de forma similar al actual, en diversas especialidades quirúrgicas en los Estados Unidos, encontró que el 32% de los sujetos, en promedio, presentaban el síndrome de desgaste profesional y, de ellos, 30% correspondía a cirujanos generales (11). Además de esto, se cuestionó una subestimación de la prevalencia de la entidad.
En Colombia, la prevalencia del síndrome de desgaste profesional en médicos que ejercen en un ambiente universitario, evaluada en médicos internos y residentes de Cali, reportó cifras verdaderamente preocupantes: el 85% de los participantes presentaban el síndrome de desgaste profesional en intensidad moderada o seria, el cual se asociaba significativamente con la realización de turnos nocturnos y la presencia de disfunción familiar (12).
La caracterización del síndrome en ambos estudios fue diferente y no se definió claramente, el mismo, y esas cifras, posiblemente, correspondían a la homologación del cansancio emocional como diagnóstico del síndrome de desgaste profesional dentro de un esquema de análisis diferente (síndrome de desgaste profesional bajo-medio-alto, haciendo parte de un continuo en el tiempo) y empleado frecuentemente (6).
Este abordaje, corroborado por investigadores en el tema, altera las cifras de prevalencia y confunde la interpretación de los resultados (18).
La prevalencia global de un gran cansancio emocional y de una baja satisfacción personal entre los encuestados (24% y 10%, respectivamente) son cifras preocupantes si consideramos lo difícil y particular de la actividad quirúrgica, que requiere de un compromiso permanente con el trabajo por parte de los cirujanos, objetivo que se debe perseguir dentro de un modelo organizativo de intervención y prevención de la entidad que va en contravía de una baja satisfacción personal en el trabajo, tal y como se evidencia en este trabajo (1).
Es importante anotar que encontramos asociaciones no significativas con factores tradicionales y que universalmente se acepta que generan y predicen síndrome, como son el sexo, el sitio y las condiciones de trabajo, el nivel de ingresos bajos, el número de hijos y de personas a cargo, la ausencia de actividad docente y la carga laboral, entre otros, que pudieran ser incluidas como variables en un modelo explicativo del síndrome de desgaste profesional, al aumentar el tamaño de la muestra de la población.
Pensamos que la presencia de los factores “protectores”, y de las cifras discutidas previamente respecto a los aspectos demográficos, laborales y económicos evaluados adicionalmente al MBI, contribuyen en gran medida a explicar la baja prevalencia del síndrome de desgaste profesional en la población estudiada.
Esta entidad se considera como el resultado del desequilibrio entre los factores condicionantes y los mecanismos compensatorios empleados por el individuo en un ambiente laboral, en relación con la presencia y el manejo del estrés laboral.
Es posible que existan otros factores condicionantes o causas necesarias para la aparición del síndrome de desgaste profesional, que no fueron evaluados, como aspectos de la personalidad propia de los cirujanos (tipo A, altamente comprometida y descrita en la introducción del estudio), aspectos psicológicos individuales de la organización (percepciones sobre el trabajo, el bienestar con él y derivado del mismo, y las relaciones interpersonales), así como las conductas espirituales, religiosas y familiares de los individuos.
Otra de las limitaciones del presente estudio, que podrían afectar la validez externa de los resultados, es su ejecución entre los cirujanos asistentes al congreso, lo que genera un posible sesgo de selección, que debe tenerse en cuenta al comparar los resultados en poblaciones diferentes.
Esto hace extrapolables los resultados, básicamente a los cirujanos pertenecientes a la Asociación Colombiana de Cirugía que, afortunadamente, reúne la mayoría de los cirujanos del país y, por ende, es un reflejo casi total de la situación actual de los mismos.
El análisis multivariado no logró demostrar factores independientes que lograran predecir el síndrome de desgaste profesional. Este hallazgo es contrario a lo reportado en la literatura. La única explicación puede relacionarse con factores intrínsecos del cirujano (personalidad y otros anotados) que no fueron evaluados en este estudio y que pueden representar una manera de enfrentar la vida, que predisponen o protegen al individuo ante el síndrome de desgaste profesional.
Por último, se describe una serie de factores cuya presencia confiere una protección contra la entidad que, en nuestro caso, constituye una importante fortaleza en los hallazgos de este estudio; también, merecen ser incluidos en futuras investigaciones y divulgados ampliamente, fomentando su prevalencia en el quehacer diario de los cirujanos y, posiblemente, de los médicos en general.
Consideramos, igualmente, que el diseño del presente trabajo se considera un estudio inicial exploratorio que debe complementarse con estudios diseñados de forma acorde con un enfoque de causalidad en las variables relacionadas con la presencia del síndrome de desgaste profesional, que permitan una mejor comprensión e intervención de una entidad de reciente aparición en el panorama médico laboral.
Ésta es una investigación compleja, de por sí innovadora, y representa un gran esfuerzo de las entidades comprometidas en la búsqueda de los factores que inciden positiva o negativamente en el devenir del cirujano en nuestro país. Asimismo, genera una base de conocimientos sobre futuros estudios en aspectos relacionados al actual y motiva a los lectores a profundizar en el tema.
Agradecimientos
A los participantes en el XXXIV Congreso Nacional de Cirugía por su colaboración en el presente trabajo.
Todos los autores manifestamos no presentar conflictos de interés en la realización del mismo.
Professional burnout syndrome in Colombian surgeons
Abstract
Introduction. The professional burnout syndrome is a well defined clinical entity that has attracted increasing volumes of research throughout the world, a direct consequence of chronic personal stress that appears in professionals that provide intensive and prolonged care to persons in conditions of necessity or dependence.
The purpose of the study was to determine the prevalence of the syndrome in Colombian general surgeons and to evaluate associated factors.
Materials and methods. By means of an observational and analytical cross sectional study we measured the investigated the syndrome in 259 Colombian general surgeons that attended the XXXIV National Congress of Surgery in August, 2008.
Results. The incidence of the syndrome, defined as a high degree of emotional fatigue associated with profound depersonalization and reduced index of personal accomplishment, was 20%. The only associated factor with the development of the syndrome was the desire to change the working place (OR=2.95, IC 99% 1.59-5.5). There appeared also an association with the occurrence of biological accidents within the past six months (OR=2.01, IC 93% 1.08-3.74).
The impact of this entity on the professional activity was documented by the finding that 66% of surgeons were at risk of developing the syndrome if there were to work at a single site.
Discussion. The present study is an objective evaluation of the perceptions by the general surgeons of Colombia regarding their labor activity. We found unexpected results in respect to the perception in the surgical environment. The study represents a major effort by the participating institutions towards the search of factors that may have positive or negative influence on the labor working conditions of the surgeons in our country, which should aid in a better comprehension of the problems inherent to the current General System of Social Security in Health.
Key words: burnout, professional; stress; surgery; Colombia.
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Correspondencia:
NEIL VALENTÍN VEGA, MD, MSC.
Correo electrónico: neilvalentin@yahoo.com
Bogotá, D.C., Colombia
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