Lesión de la Arteria Vertebral Secundaria: Tratamiento
TRATAMIENTO
En la década de los setenta, la lesión de la arteria vertebral tenía una mortalidad entre 20 y 40 %. Esta cifra ha caído por debajo de 10 % debido, probablemente, a la mayor utilización de la angiografía intervencionista 7.
La “embolización” (sic.) angiográfica o la colocación de una endoprótesis vascular, es el tratamiento de elección en la mayoría de los pacientes con lesiones arteriovenosas, en especial, si hay estabilidad hemodinámica, mientras que el tratamiento quirúrgico debe reservarse para los casos que presentan hemorragias activas o para las situaciones en las que la “embolización” (sic.) ha fracasado 3,5,7,2326.
El tratamiento de las lesiones en los segmentos V2 y V3 de la arteria vertebral ha evolucionado con la angiografía intervencionista, la cual ofrece claras ventajas sobre el abordaje quirúrgico. Entre estas ventajas se incluyen la mínima invasión, el bajo riesgo de lesión neurológica, las bajas tasas de recurrencia y la baja morbilidad 7.
En caso de requerirse el tratamiento quirúrgico, este debe cubrir tres objetivos principales: la hemorragia debe ser controlada localmente, la isquemia vértebrobasilar debe prevenirse y las complicaciones tromboembólicas deben evitarse 12.
El sangrado de la arteria vertebral se puede controlar directamente con tapones hemostáticos, con reparación vascular u con ligadura arterial. Como tapones hemostáticos se han utilizado esponjas de gelatina, celulosa oxidada regenerada y cera ósea 3,7,12 que, en algunas ocasiones, son útiles para controlar adecuadamente el sangrado; sin embargo, se han reportado casos en los que se presentan hemorragias tardías y fístulas con este este tipo de tratamiento 12,27.
Se debe procurar ligar la arteria en su cabo proximal y distal, ya que se han reportado complicaciones embólicas y hemorrágicas tardías, como también formación de fístulas con la ligadura proximal sola 3,12,2830.
La anticoagulación y la medicación antiplaquetaria pueden prevenir accidentes cerebrovasculares del territorio vértebrobasilar y mejorar el resultado neurológico en muchos pacientes, y puede iniciarse tan temprano como seis horas después de la cirugía 12, 13,16, 23,31.
El manejo posoperatorio es controversial. Algunos sugieren observación posterior al control del sangrado y nueva intervención si el curso clínico del paciente así lo amerita; por el contrario, otros sugieren hacer una angiografía con “embolización” (sic.) del vaso afectado en el posoperatorio inmediato, sobre todo si el sangrado se controló con taponamiento o con reparación directa 3, 12,32.
REPORTE DE UN CASO
Se trata de un paciente de 17 años referido como urgencia vital de un primer nivel de atención, quien, aproximadamente 30 minutos antes del ingreso, sufrió una herida por arma corto-punzante en la zona II del hemicuello izquierdo. Ingresó a nuestra institución con herida de 4 cm en la zona II izquierda de cuello.
Se encontró paresia del miembro superior izquierdo para elevar el antebrazo y para doblarlo sobre el brazo.
Los hallazgos intraoperatorios fueron: sección longitudinal del músculo esternocleidomastoideo, sección de la arteria vertebral izquierda en su porción interósea del segmento V3, y sección de las ramas nerviosas del plexo braquial. Se procedió a practicar cirugía de control de daños.
El paciente presentó una recuperación posoperatoria satisfactoria. No hubo deterioro neurológico secundario a la lesión arterial y, por lo tanto, no se consideró necesario otro procedimiento adicional. Fue dado de alta tres días después de su ingreso.
CONCLUSIÓN
Si bien es cierto que la lesión penetrante de la arteria vertebral es una entidad infrecuente, el éxito en su tratamiento requiere de una alta sospecha de que puede existir lesión, con base en los hallazgos en el examen físico, el lugar de la lesión y el mecanismo del trauma. Hay que tener presente que existen alternativas útiles para su abordaje, siendo la angiografía un medio diagnóstico y terapéutico de primera línea en los lugares donde está disponible. Cuando es necesaria la intervención quirúrgica, el conocimiento amplio de la anatomía y las diferentes herramientas para controlar el sangrado, son cruciales para su manejo. En un medio violento como el nuestro, este tipo de lesiones no nos pueden tomar por sorpresa.
AGRADECIMIENTOS
A Edgar Rodas y a Michael W. Parra (Broward Trauma Center, Ft. Lauderdale, Florida, USA).
Vertebral artery lesion secondary to penetrating cervical trauma by stabbing
ABSTRACT
Colombia is a country affected by violence, and this scourge strikes in varying degrees in all the states of the nation. Within the field of cervical trauma, vertebral artery injury is rare as compared with other injuries; however, it is a problem for which we must have high regard for its difficult diagnosis and surgical approach.
The aim of this article was to review the scientific literature and to report a case treated at the Hospital de Caldas in the city of Manizales, Colombia.
Key words: vertebral artery; wounds and injuries; vascular injuries; vascular surgical procedures.
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Correspondencia: Jimmy Alejandro Gaitán, MD
Correo electrónico: ishhaelohim@hotmail.com
Manizales, Caldas
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