Revista de Cirugía: Carta al Editor, Volumen 31 No. 3

Bogotá, D.C., 23 de junio de 2016

JOSÉ FÉLIX PATIÑO

Editor, Revista Colombiana de Cirugía

La ciudad

Respetado doctor Patiño:

Me presento: mi nombre es Luis Felipe Romero, mé­dico cirujano de la Universidad Nacional de Colombia y, actualmente, residente de primer año de Otorrino­laringología de la misma. Al hacer una búsqueda de la literatura, me encontré con el artículo: “Anatomía quirúrgica cervical de importancia en cirugía tiroi­dea”, publicado en la Revista Colombiana de Cirugía, en el año 2014 (Rev Colomb Cir. 2014;29:50-8), en donde sorprendentemente encuentro varios errores, no sé si de edición, de redacción o de conceptos en anatomía básica de cuello y laringe.

Página 7: “Otro nervio de relevancia es el espinal, que corresponde al XII par craneano y cuya función es inervar el músculo trapecio”.

“La lesión del nervio laríngeo recurrente produce pará­lisis del músculo tiroaritenoideo externo, con parálisis en abducción de la cuerda vocal del mismo lado y la consecuente disfonía y episodios de broncoaspiración sintomática, en especial, de líquido”.

Página 8: “El laríngeo superior es rama del nervio vago y su función es inervar todos los músculos motores de la laringe, excepto el músculo tiroaritenoideo externo”.

Disertación

Según múltiples fuentes bibliográficas y textos guía de anatomía básica humana, el nervio laríngeo superior, rama del nervio vago, nace en el borde inferior del gan­glio nodoso (ganglion nodosum) y se divide en externo e interno a partir del asta menor del hueso hioides. La rama externa, o lateral, inerva al músculo cricotiroideo (tensor de las cuerdas vocales) y, por su parte, su rama interna penetra la membrana tirohioidea y se encarga de dar inervación sensitiva a la supraglotis; se comunica con el nervio laríngeo recurrente a través del asa de Galeno.

El XI par craneal corresponde al nervio espinal.

La lesión del nervio laríngeo recurrente produce parálisis de cuerda vocal en posición mediana, paramediana o lateral, dependiendo del nivel de sección y del tipo de lesión neuronal producida, ya que transporta la infor­mación somática eferente desde el núcleo ambiguo del tallo cerebral, no sólo hacia el músculo tiroaritenoideo externo, sino, en general, a todos los músculos intrín­secos de la laringe.

A pesar de que este artículo fue publicado en la Revista Colombiana de Cirugía en el 2014, es de carácter ur­gente que se corrijan los errores conceptuales que allí se consignan, dado que pueden confundir a los estudiantes de pregrado en Medicina, o a cualquier profesional en formación en búsqueda de información.

Agradezco de antemano su atención y presento las anteriores sugerencias de manera muy respetuosa y constructiva.

Cordialmente,

Luis Felipe Romero
lfromerom@unal.edu.co

Bibliografía

• Latarjet M, Ruiz-Liard A. Anatomía humana. cuarta edición. Bogotá: Editorial Panamericana; 2004. p. 340 y 344
• Rosen CA, Blake-Simpson C. Técnicas quirúrgicas en laringología. Caracas: Editorial Amolca; 2013

Respuesta a la carta al editor

Medellín, 30 de julio de 2016

Doctor
JOSÉ FÉLIX PATIÑO
Editor, Revista Colombiana de Cirugía
Bogotá, D.C., Colombia

Cordial saludo.

En respuesta a la carta enviada por el doctor Luis Felipe Romero, nos permitimos hacer las siguientes aclaraciones:

1. Página 7: “‘Otro nervio de relevancia es el espinal, que corresponde al XII par craneano y cuya función es inervar el músculo trapecio’. El XI par craneal, corresponde al nervio espinal”.

Se trata de un error de digitación ya que el espinal o par XI (decimoprimero) es el número correcto en su nomenclatura e inerva el trapecio.

2. “La lesión del nervio laríngeo recurrente produce parálisis del músculo tiroaritenoideo externo, con parálisis en abducción de la cuerda vocal del mismo lado y la consecuente disfonía y episodios de bron­coaspiración sintomática, en especial, de líquido’. La lesión del nervio laríngeo recurrente producirá consigo parálisis de cuerda vocal en mediana, pa­ramediana o lateral, dependiendo del nivel de sec­ción y el tipo de lesión neuronal producida, ya que transporta no sólo la información eferente somática desde el núcleo ambiguo del tallo cerebral hacia el músculo tiroaritenoideo externo, sino en general a todos los músculos intrínsecos de la laringe”.

El nervio recurrente laríngeo, o laríngeo inferior, sí inerva el tiroaritenoideo lateral, uno de los principa­les músculos aductores de la laringe, siendo la con­secuencia de su lesión la parálisis más frecuentemente en abducción, pero, como bien lo menciona el lector, puede presentarse en otras posiciones generando más o menos síntomas de disfonía y aspiración.

3. Página 8: “‘El laríngeo superior es rama del ner­vio vago y su función es inervar todos los músculos motores de la laringe, excepto el músculo tiroarite­noideo externo’.

Según múltiples fuentes bibliográficas y textos guía de anatomía básica humana, el nervio laríngeo superior, rama del nervio vago, nace en el borde inferior del gan­glio nodoso (ganglion nodosum) y se divide en externo e interno a partir del asta menor del hueso hioides. La rama externa, o lateral, inerva al músculo cricotiroideo (tensor de las cuerdas vocales).

El nervio laríngeo superior es rama del vago, con una rama interna y otra externa, siendo la interna sensitiva y la externa motora, y solo inerva el cricotiroideo. El doctor Romero tiene toda la razón en su aclaración.

4. “Haciendo una búsqueda de la literatura, me encon­tré con el artículo: ‘Anatomía quirúrgica cervical de importancia en cirugía tiroidea’, publicado en la Revista Colombiana de Cirugía, en el año 2014 (Rev Colomb Cir. 2014;29:50-8). En donde sor­prendentemente encuentro múltiples errores, no sé si de edición, redacción o de conceptos en anatomía básica de cuello y laringe”.

Agradecemos al doctor Romero su tiempo y disposi­ción en la lectura de nuestro artículo y su compromi­so al escribir una carta al editor, comunicaciones que poco se ven en la literatura nacional y que llenan de orgullo a los autores de este manuscrito, pues demues­tra que las páginas han caído en terreno fértil y sirven a los estudiantes en formación.

Infortunadamente, todos somos humanos y un ma­nuscrito escrito a varias manos, revisado por pares externos y corregidos por un editor científico aun corre el riesgo “sorprendente” de tener errores. Con­fiamos en que los títulos académicos que poseemos, los años de experiencia como cirujanos de cabeza y cuello y nuestra dedicación docente sean suficiente soporte para los lectores de que lo que ocurrió aquí se debió a la impredecible acción de Titivilo y no a la ignorancia de los conceptos básicos de anatomía de cuello y laringe.

Cordialmente,

Álvaro Sanabria, Andrés Chala, Adonis Ramírez,
Andrés Álvarez

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