Herniorrafia Preperitoneal Anterior Abierta con Malla en una Capa
JAIME GUTIÉRREZ, MD.*
Resumen
El objetivo de este trabajo es presentar una técnica quirúrgica abierta de herniorrafia con malla por vía preperitoneal y demostrar ventajas como poca incapacidad posoperatoria, dolor leve, costo bajo y recidiva muy poca.
Se realiza un estudio prospectivo desde octubre de 2000 hasta octubre de 2005, período en el cual se intervinieron 255 hernias de la ingle.
La disección y colocación preperitoneal de la malla proporciona una zona de mayor protección. Fijar la malla impide una de las causas de la recidiva como es la migración. Una malla en un solo plano es tan efectiva y mucho más económica que una malla tridimensional.
Introducción
La cirugía de la hernia es una de las cirugías que realiza más frecuentemente el cirujano general (1-3). La hernia inguinal ocurre en una tasa de 15 casos por 1.000 habitantes según Nuemayer y col. (4), es decir, si se asume que en Colombia la distribución fuera la misma de la del estudio anterior, se esperarían 618.000 casos con respecto a una población de 41,2 millones.
En un país como el nuestro donde más del 50% de la población vive en condiciones de pobreza (5, 6) y ésta es mayor en el campo, pues de cada 100 campesinos 68 son pobres (7), es ideal realizar procedimientos quirúrgicos con corta incapacidad y bajo costo, en especial para este grupo de pacientes que no cuenta con una incapacidad remunerada durante el tiempo que están convalecientes.
Las técnicas sin colocación de malla presentan gran incapacidad posoperatoria asociada con dolor y una recurrencia mayor, en algunos estudios hasta de 20% (8).
La herniorrafia inguinal con malla libre de tensión es un procedimiento que produce menos dolor, permite una rápida incorporación a las actividades cotidianas y tiene baja recurrencia (4, 8-20).
El ser libre de tensión es el aspecto clave para la mejoría en el resultado de la hernia y se recomienda la técnica abierta que es más sencilla y tiene mejor costo-efectividad que la vía laparoscópica.
El uso de la malla evita la distorsión de la anatomía normal y la tensión en la línea de sutura. Un abordaje óptimo debe proporcionar baja morbilidad, poco dolor, corta estancia hospitalaria y baja tasa de recurrencia (14).
La recurrencia de la hernia es el indicador de fracaso habitualmente usado. Por lo general se reporta una tasa de recurrencia mucho menor a 5%, pero en grandes centros especializados informan tasas menores a 1% (4).
Técnica Quirúrgica
Se practica incisión oblicua en la región inguinal paralela a la arcada, apertura de piel, tejido celular subcutáneo y aponeurosis del oblicuo mayor en el sentido de sus fibras y se procede a la liberación de la aponeurosis sobre el plano muscular (figura 1).
Se moviliza el cordón espermático, se secciona el cremáster e identifica el saco herniario indirecto que se invagina previa jareta o se liga y secciona; se realiza jareta e invaginación del saco herniario en las hernias directas (figura 2).
Continuamos con la apertura de la fascia transversales y exposición del ligamento de Cooper, disección preperitoneal roma. Se coloca la malla de polipropileno de 10 x 6 cm preperitoneal y se fija con polipropileno 1/ 0 al Cooper, ligamento inguinal y con puntos en U al recto anterior.
Se efectúa hendidura superior (figura 3) para el paso del cordón, cruzando los haces y suturándolos (figura 4). El borde superior de la malla se fija con puntos en U a través del músculo.
No se deja la malla tensa pero sí sin pliegues. Se solicita al paciente que realice una maniobra de Valsalva. Se revisa que la hernia inguinal no esté asociada con hernia femoral y, cuando se trata una hernia directa, que no haya una hernia indirecta presente. Cierre por planos.
Es un abordaje anterior, abierto, con ubicación de la malla preperitoneal en la cual se reconstruye la pared posterior y se construye un nuevo anillo inguinal interno. Se hace especial énfasis en que la malla sobrepase el tubérculo púbico y en los puntos de fijación mediales.
Métodos
Para procesar la información se diseñó una encuesta estructurada. La información se recolectó el mismo día de la cirugía y durante cada una de las citas de control. Se estudiaron variables de identificación del paciente (sexo, edad, tipo de seguridad social), de clasificación de las hernias (tipo de hernia, localización, origen, complicación), tiempo del acto quirúrgico, estancia hospitalaria, y variables de evaluación como longitud de la cicatriz, presencia de complicaciones y recurrencia.
La unidad de análisis fue la hernia, no el paciente. Todas las herniorrafias las practicó el mismo cirujano, con técnica estandarizada, que incluía en el protocolo malla de igual dimensión e igual casa comercial (Ethicon de Johnson y Johnson).
Cuando el diagnóstico preoperatorio fue hernia femoral el autor realizó la técnica de Nyhus (19). Por protocolo, a ningún paciente se le prescribieron antibióticos profilácticos, excepto a quienes consultaron con hernia encarcelada y/o estrangulada. Todos recibieron analgesia parenteral durante dos días y oral por cinco días.
Cuando el paciente lo requería se realizaron otros procedimientos simultáneos; el más frecuente fue la herniorrafia umbilical. Para los propósitos de la investigación las variables de estos procedimientos no se tuvieron en cuenta. La evaluación de los pacientes la realizó una misma persona. Todos ellos firmaron el consentimiento informado.
La información se procesó en el paquete estadístico Epi-info, para estudio descriptivo y analítico asumiendo una significancia de 95%. Es un estudio de corte prospectivo realizado entre octubre de 2000 y octubre de 2005.
Se practicaron 255 hernioplastias en 238 pacientes. La evaluación de los mismos se efectuó a los ocho días del procedimiento, a los seis meses y cada año. Si en el control a los ocho días no se encontraba ninguna complicación y la evolución era buena se incentivaba al paciente a reincorporarse a las actividades rutinarias y/o laborales.
En el período de seguimiento se registró una pérdida de 37 pacientes, equivalente al 15,5%, de ellos sólo uno era del sexo femenino.
Resultados
La distribución de las hernias de la ingle, se observa en el tabla 1: se presentaron mayoritariamente en el sexo masculino (85,5%), la edad media fue 47,7 años con una desviación estándar de 17,5.
El grupo etario en el que se practicó el mayor número de intervenciones fue el de los mayores de 41 años, 66,3%. Por procedencia se observó una mayoría rural (58,5%). Derivado de esta situación, 45,8% de las hernias se presentaron en pacientes que tenían como ocupación actividades agropecuarias.
Sólo 22,3% de los pacientes pertenecían al régimen contributivo.
Según el tipo de hernias, la más frecuente fue la indirecta (78,7%), seguida por la directa (14,2%) y la femoral (2%). La mayoría estaba localizada en el lado derecho (52,5%). En cuanto a su origen, el 97,6% fueron primarias y el 2,4% recurrentes; 2% de las hernias fueron estranguladas.
En cuanto al acto quirúrgico, 77,4% de las hernioplastias se realizaron en un tiempo de hasta 45 minutos. El 3,1% de los pacientes requirieron hospitalización. En la mayoría de pacientes (91,3%) la longitud de la cicatriz estuvo entre 6 y 8 cm.
El 16,6% de los casos registró algún tipo de complicación (tabla 2). En el período de seguimiento, que ha sido variable entre 6 y 60 meses; no se ha identificado ninguna recurrencia. La mortalidad fue cero, y 1,9% de los pacientes refirieron inguinodinia en los controles de evaluación.
Al evaluar las variables por tipo de hernia se encontró que tanto en las directas como en las femorales hubo ausencia de inguinodinia, y ambas se registraron en pacientes por encima de la tercera década, contrario a las hernias indirectas que se observaron en todos los grupos etarios. La totalidad de las complicaciones por orquitis isquémica fueron en este tipo de hernias y representa una proporción específica de 5%. En el seguimiento no se encontró atrofia testicular.
Del total de hernias, cinco fueron estranguladas; en éstas se realizó la técnica estandarizada incluyendo la colocación de la malla y antibioticoterapia terapéutica. En este grupo no se registraron complicaciones en el posoperatorio inmediato, ni siquiera infección del sitio operatorio. No se encontraron diferencias estadísticamente significativas entre la longitud de la cicatriz y el hecho de que la hernia fuera estrangulada o no (RR=0,82, X2 =1,37, p=0,02414).
* Cirujano General. Hospital San Juan de Dios. Yarumal, Antioquia. Palabras clave: hernia inguinal, prótesis, mallas quirúrgicas.
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