La Asociación Colombiana de Cirugía, Una Experiencia de Vida

MARIO RUEDA GÓMEZ, MD, MACC*

Palabras durante el homenaje que le rindió la Asociación Colombiana de Cirugía durante el Congreso Intermedio de Cirugía Endoscópica y Gastrointestinal Mario Rueda Gómez.

Bucaramanga, 2007

Nada más grato para mí como el recibir este afectuoso homenaje con el que la Asociación Colombiana de Cirugía ha querido reconocer el gran cariño que desde su fundación he profesado por ella y por la especialidad que ejercí durante 45 años.

Para tratar de cumplir con el tema que me fue asignado por los organizadores de este congreso, “La Asociación Colombiana de Cirugía: una experiencia”, iniciaré relatando las circunstancias que en 1972 dieron origen a la creación de la entonces llamada Sociedad Colombiana de Cirujanos Generales, teniendo en cuenta la relación existente entre quienes practicábamos la cirugía general y las sociedades científicas que nos aglutinaban, y cuáles eran las características de quienes en una u otra forma fuimos protagonistas en el proceso de su fundación.

En ese tiempo pertenecíamos tanto a la Sociedad Colombiana de Gastroenterología como al Colegio Colombiano de Cirujanos.

A la primera de ellas nos afiliábamos por cuanto la gastroenterología era una especialidad más bien propia de quienes operábamos patologías abdominales, puesto que realmente se podían contar en los dedos de la mano quienes sí se habían especializado en medicina interna con superespecialidad en gastroenterología, casi todos formados en Filadelfia con el grupo del legendario profesor Henry L. Bockus (1894-1982), y posteriormente otros con formación europea y japonesa.

Presidieron la Sociedad de Gastroenterología prestigiosos cirujanos como Jorge Archila, Jorge Segura, Hernando Abaúnza, Guillermo Páez y Álvaro Caro. Comprendimos los cirujanos que, aun siendo mayoría, no éramos los indicados para orientar certeramente esta especialidad de la medicina interna, y fue así como los gastroenterólogos internistas continuaron dirigiéndola, y lo hacen desde entonces.

Al Colegio Colombiano de Cirujanos pertenecíamos todos los especialistas que ejercíamos el arte y la ciencia de la cirugía en sus diferentes disciplinas. Fue presidido también por eminentes cirujanos generales y por connotados especialistas dedicados a otras ramas de la cirugía.

Prácticamente el único objetivo del colegio era el de ocuparse de los temas científicos y jamás demostró interés por los aspectos gremiales, que si bien son agudos y muy graves en estas épocas, también lo eran por aquellos años.

Siempre ejercí mi profesión en Bogotá, pero en 1971 acepté la decanatura de Ciencias de la Salud en la Universidad Industrial de Santander. Cuando regresé a la capital en 1972 fui llamado por Rafael Casas Morales, Joaquín Silva y Orlando Jiménez con el fin de estudiar la factibilidad de crear una sociedad científica propia de la especialidad, la cirugía general, que al mismo tiempo se preocupara por la ética profesional y los asuntos de carácter gremial.

Acordamos con ellos citar a una asamblea cuyo único propósito sería la creación de una sociedad de cirujanos generales que representara con sentido de pertenencia nuestros intereses. Recordaré brevemente quiénes fueron estos pioneros.

Rafael Casas, como subdirector del Hospital San Juan de Dios y profesor de la Universidad Nacional, especializado en los Estados Unidos, quien gozaba de gran prestigio, principalmente por haber sido pilar fundamental en lograr la transformación del sistema tradicional de las “jefaturas de clínica” de formación de los especialistas en nuestro medio, hacía sistema de las residencias hospitalarias, ya largamente practicado en las universidades y los hospitales docentes de los Estados Unidos.

Por fortuna me correspondió pertenecer a la segunda promoción de residentes con cuatro años de entrenamiento que fue formada con el nuevo sistema.

Joaquín Silva, quien también pertenecía al personal docente de cirugía de la Universidad Nacional trabajando en el Hospital de La Samaritana, quien fungía en ese momento como presidente la seccional de Cundinamarca de Asmedas.

Orlando Jiménez, también era docente en la Universidad Nacional. Muy apreciado por su agradable trato, tenía la capacidad de convocar a un gran número de cirujanos.

Rafael Casas, presidió la Asamblea Constitutiva y presentó un proyecto de estatutos que fue aprobado unánimemente.

En esta forma fue creada la Sociedad Colombiana de Cirujanos Generales, que más tarde se llamó Sociedad Colombiana de Cirugía, durante la presidencia de José Félix Patiño Restrepo; fue en esta época del primer cambio de nombre que se creó el cargo de Director Ejecutivo, un cirujano con dedicación de tiempo completo que pudiera atender debidamente los múltiples asuntos del diario vivir, y la compleja organización de los Congresos Anuales Avances en Cirugía.

El cargo lo ha desempeñado con lujo, como todos lo reconocemos y agradecemos, Hernando Abaúnza Orjuela. Nuestra Sociedad original hoy se denomina Asociación Colombiana de Cirugía, y es, seguramente, una de las más destacadas y respetadas organizaciones profesionales médicas, no sólo en Colombia, sino en el continente.

En la Asamblea Constitutiva del Colegio Colombiano de Cirujanos Generales, en el año 1972, se nombró como presidente a Joaquín Silva y se me honró con el nombramiento de secretario. Rafael Casas declinó la presidencia que le fue ofrecida, pero sí aceptó participar en la Junta Directiva como vocal principal.

El Colegio Colombiano de Cirujanos estimó la creación de la nueva sociedad como innecesaria y fue evidente la rivalidad que inicialmente se presentó.

Los cirujanos que pertenecíamos al colegio continuamos afiliados a él, pero las nuevas promociones prefirieron afiliarse a la recién creada sociedad, que además de los programas de educación continua que ofrecía, se interesaban también por resolver los problemas de carácter profesional y gremial que se presentaban con las instituciones de seguridad social, principalmente con el Instituto Colombiano de Seguros Sociales.

A pesar de que los cirujanos en todas las especialidades nos vinculábamos como adscritos al Instituto Colombiano de Seguros Sociales desde hacía unos 20 años, en 1974 se nombraron médicos con el sistema de pago por hora-mes, a lo cual nos opusimos en la sociedad.

Pudimos demostrar con cifras que era más costoso su funcionamiento y que se prestaría una atención de menor calidad a los pacientes, al convertirlos en un número de habitación, perdiéndose con ello el trato personal al remplazarlo por el trato de médico de turno.

Nuestros argumentos no fueron atendidos ni por el Seguro Social, ni por el pequeño grupo de cirujanos que sí aceptaron las nuevas condiciones de trabajo.

Traigo a cuento estos recuerdos para reflexionar y demostrar que lo que realmente fortaleció nuestra sociedad fue, además del gran interés por los asuntos gremiales y la educación continua, el acercamiento conseguido con cirujanos tanto de toda América como de Europa, Asia y Australia.

Recuerdo con gran satisfacción que fue durante mi presidencia cuando se celebró con gran éxito el primer Congreso Nacional Avances en Cirugía organizado por nuestra sociedad, en el cual participaron cirujanos de gran prestigio mundial como Jerome A. Urban, Frank Glenn, Robinson Parker, John L. Cameron, José María Segovia de Arana y Víctor Pérez.

Es justo reconocer que quien colaboró en asegurar y coordinar en los Estados Unidos la presencia de cirujanos de tanto relieve, fue mi amigo Rodrigo Martínez, hijo de un sabio médico nortesantandereano.

En el acto inaugural de este primer congreso internacional se dio posesión a los miembros del Consejo Nacional de Trauma, creado a petición nuestra por decreto presidencial, del cual hacía parte nuestra sociedad, junto con el ministro de Salud, el presidente de la Cruz Roja, los directores de la Policía y del Ejército Nacional y la Sociedad de Traumatología.

También fue en este encuentro cuando se instituyó la conferencia “Maestros de la cirugía”, por iniciativa principal de Rafael Casas Morales, y fue el Profesor César Augusto Pantoja quien con su fina oratoria pronunció la primera de ellas.

En el año de 1979 la Sociedad me brindó la oportunidad de representarla en Santiago de Chile en el IV Congreso de la todavía joven, aunque muy vigorosa, Federación Latinoamericana de Cirugía (FELAC), entidad a la cual no estábamos afiliados, pero sí el Colegio Colombiano de Cirujanos, el cual había hecho presencia únicamente en la asamblea constitutiva que tuvo lugar en la ciudad de São Paulo.

Con dificultad logré que se aprobara que la Sociedad Colombiana de Cirujanos Generales ingresara como miembro activo, junto con el colegio, circunstancia que no se había presentado antes con ningún otro país.

Allí obtuvimos la sede de la FELAC para Colombia, se me nombró Secretario Ejecutivo y representante legal de FELAC, y se acordó que el V Congreso se realizaría en Bogotá con la presidencia del doctor José Félix Patiño Restrepo, recientemente nombrado presidente de la sociedad y quien gentilmente compartió este honor con el doctor Alfonso Latiff Conde, presidente del Colegio Colombiano de Cirujanos.

Habernos afiliado a la FELAC y conservar el acercamiento con el Colegio Americano de Cirujanos nos abrió la posibilidad de una permanente actualización científica, y también el que nuestras experiencias fueran conocidas en el exterior.

En 1982 se realizó en Bogotá el V Congreso de la FELAC con memorable éxito por el voluminoso número de asistentes de Colombia y de otras naciones, por la calidad de los conferencistas invitados, entre ellos prominentes miembros del Colegio Americano de Cirujanos y del Colegio Británico de Cirujanos, al lado de las más importantes figuras de la cirugía latinoamericana.

Es por lo demás justo reconocer el apoyo económico y el estímulo que recibimos del Gobierno Nacional a través del Ministerio de Salud, a cargo en ese entonces del cirujano Alfonso Jaramillo Salazar y su viceministro Jorge García Gómez. La organización ejemplar que le dieron los doctores Patiño y Latiff, y quienes con ellos colaboramos, se consagró como ejemplo para los siguientes encuentros de la FELAC.

En 1985, siendo presidente de la Sociedad el doctor Erix Bozón, propuso a la Junta Directiva la fundación de la Revista Colombiana de Cirugía, para lo cual contaba con el apoyo económico de uno de nuestros miembros benefactores, el doctor Saulo Barrera Lloreda.

Nadie puede negar la importancia que para la Asociación Colombiana de Cirugía representa poder ofrecer a sus asociados desde hace 21 años un órgano de publicidad científica que cada día se acerca a los más altos niveles de excelencia, gracias a las múltiples colaboraciones, que son previamente revisadas por el Comité Editorial, y sus actuales editor y editor asociado, con la valiosa colaboración de la asistente editorial, doña Nancy Sastre.

He mencionado algunos episodios que han marcado mi actuar en la creación y puesta en marcha de la Asociación Colombiana de Cirujanos Generales, hoy Asociación Colombiana de Cirugía, pero son muchos los logros alcanzados por las juntas directivas presididas por quien me antecedió y quienes me sucedieron.

Sin embargo, mi afiliación a la sociedad ha representado principalmente haber permanecido actualizado en mis conocimientos gracias a mi asistencia a todos los congresos y cursos que la asociación ha efectuado anualmente con la participación de profesores nacionales e internacionales, a haber consolidado el cómo ejercer con conocimiento y aplicación de las normas éticas que deben regirnos, a saber que nunca debemos tratar patologías que no nos sean plenamente conocidas, a haber tratado con más cercanía a los cirujanos colombianos y a recibir de ellos sus conocimientos y su amistad.

A los nuevos cirujanos les diré que nunca quienes los antecedimos tuvimos la oportunidad de ejercer con tantos medios diagnósticos como los actuales y los que se seguirán viendo, con técnicas e instrumentos que nosotros nunca imaginamos que aparecerían y que han permitido remplazar métodos y técnicas quirúrgicas que si bien fueron altamente beneficiosas para los pacientes de entonces, también eran más traumáticas e incapacitantes.

Se hace necesario que la recertificación de la especialidad se convierta en una pronta realidad y que los profesionales que ejercen la cirugía, y en general la medicina, se preparen de manera permanente y continua para poder demostrar que han adquirido los nuevos conocimientos para beneficio de quienes representan nuestra verdadera responsabilidad, los pacientes, hoy mal llamados, clientes o afiliados.

Me siento orgulloso de pertenecer a la Asociación Colombiana de Cirugía y agradezco el haber podido disfrutar de la enseñanza de los maestros que ella convoca en sus congresos anuales e intermedios.

Mi presencia en las actividades de la asociación me ha convencido que si estuviera alejado de ella jamás hubiera podido permanecer al tanto ni comprender los constantes cambios y avances que a diario suceden; y qué decir también de las facilidades de que hoy disponemos los médicos en general para permanecer actualizados y que nuestra asociación nos brinda y proporciona constantemente.

Pertenecer a ella permite a los cirujanos llevar una amplia vida social que los relacione entre sí y conocer a personas que además de cultivar la ciencia médica, también saben que el arte y la literatura siempre nos han acompañado.

Conocer a aquellos que son conscientes de la indispensable necesidad de preservar el medio ambiente sano, conocer a quienes se han dedicado a estudiar nuestras raíces y también a quienes han dedicado su vida a luchar para que nuestra profesión sea reconocida, respetada y remunerada adecuadamente.

La labor que las juntas directivas han adelantado con tanto éxito nos obliga a pensar en la necesidad de estudiar bien a quienes nos representarán en el futuro.

Nuestro permanente deber como asociados es la de servir a la asociación sin el ánimo de que ella nos retribuya más allá de sus posibilidades; no pensar tanto en qué nos ofrece, sino más bien aportar ideas amplias y generosas, libres de intereses mezquinos, en las asambleas donde se definen sus políticas y se eligen sus dignatarios; enviar comunicaciones a la Junta Directiva cuando creamos que con ellas podemos beneficiar a la colectividad; realizar investigación científica y elaborar artículos de gran calidad para ser publicados en la revista; participar activamente en todas las reuniones de la Junta Directiva cuando hemos postulado nuestro nombre para pertenecer a ella; apoyar, en vez de criticar indebidamente a las directivas con el ánimo de figurar y de tratar de remplazar a quienes están trabajando con rectitud; y, finalmente, comprender que ningún directivo podrá mostrarse orgulloso ni ser reconocido si no ha laborado con cariño y sinceridad y si no ha cumplido con las tareas que sus compañeros le confiaron cuando fue elegido.

Parte de mi experiencia en la asociación ha sido la de señalar el camino en ciertas oportunidades, como lo hice cuando la huelga médica decretada por Asmedas, a la cual no adherimos como asociación por no compartir medidas extremas que únicamente traerían dolor a los pacientes y perjuicio a la profesión.

Les diré que si no queremos seguir la triste experiencia del Colegio Colombiano de Cirujanos, debemos darnos cuenta que la especialidad de la Cirugía General se divide cada día más en subespecialidades, o más bien superespecialidades, que desean estar representadas en la Junta Directiva y en el Comité Ejecutivo.

Por este motivo es necesario dar cabida a sus representantes en los que hoy son llamados Comités Consultivos, y también a cirujanos provenientes de las diferentes regiones de nuestra geografía. Hasta el momento sólo hemos presidido la asociación quienes ejercíamos en Bogotá, Medellín o Cali, olvidando la labor que meritoriamente ejecutan quienes con medios menos sofisticados y con menos recursos económicos trabajan en otros importantes centros docentes y hospitalarios de nuestro país.

Hoy, cuando me encuentro retirado del diario y arduo trabajo profesional, veo con alegría que para las nuevas promociones se abre un deslumbrante camino que las noveles tecnologías no nos brindó a nosotros, a los de mi generación, pero al mismo tiempo observo con profunda preocupación que las nuevas leyes que han creado el nuevo sistema de seguridad social en salud, dificultan y obstaculizan el buen ejercicio profesional, con notorio detrimento del bienestar de quienes pierden la salud.

Los propósitos de la actual Junta Directiva, y en especial del doctor Stevenson Marulanda, por crear una nueva institución que ofrezca garantías de calidad en la atención de los pacientes y de reconocimiento a todo el personal que los atiende, es de suma importancia, y la unión que se ha logrado con otras asociaciones y sociedades de profesionales y de especialidades es definitiva para asegurar un éxito rotundo.

Será en la Asamblea donde se defina el futuro. Les pido a todos apoyar esta iniciativa que podría ser nuestra última oportunidad para demostrar que somos los médicos quienes mejor podemos defender los derechos de los enfermos, hoy en manos de instituciones que se han lucrado con los dineros de la salud, que son dineros públicos, sin pensar en el sufrimiento de aquellos que la han perdido, y que se han aprovechado del trabajo honesto y abnegado de nosotros los médicos, estableciendo unilateralmente tarifas y honorarios que ni de lejos recompensan los años de estudio que el médico ha tenido que adelantar, ni la gran responsabilidad que conlleva el ejercicio de nuestra profesión.

Sólo me resta agradecer nuevamente a la Junta Directiva el honor que me hacen, al Director Ejecutivo de la Asociación, doctor Hernando Abaúnza, y al doctor Juan Guillermo Barrera, organizador de este evento, por la distinción tan grata que hoy se me ofrece.

Correspondencia:
MARIO RUEDA GÓMEZ, MD, MACC
Correo electrónico: mariorueda48@hotmail.com
Bucaramanga, Colombia


* Cofundador y expresidente de la Asociación Colombiana de Cirugía.
Fundador de la Revista Colombiana de Cirugía.

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VER 2 comentarios

  1. Julio cesar gil dice:

    Necesito in numero telefonico para pedir informacion

    1. Diana Rueda dice:

      Julio Cesar buen día, somos un portal de contenido. Para comunicarse con la Asociación Colombiana de Cirugía le dejamos su página web https://www.ascolcirugia.org/ allí encuentra la información que solicita.
      Feliz día!