Colecistectomía Laparoscópica: Seguimiento de 514 casos

S. l. HOYOS, MD; CHR. COCK, MD; H. RESTREPO, MD, SCC

Palabras clave: Laparoscopia, Colelitiasis, Colecistitis, Lesión biliar, Conversión a cirugía abierta.

Se realiza un estudio prospectivo descriptivo, entre enero de 1996 y enero de 1997, en el cual se presenta el seguimiento de 514 pacientes sometidos a Colecistectomía laparoscópica.

Básicamente se pretende hacer un acercamiento al índice de complicaciones y efectos adversos que se presentan en nuestro medio y establecer cuál es la rata de conversión a cirugía abierta, para tener datos comparativos con la literatura mundial, basados en una muestra representativa.

De los 514 caso recolectados, 434 (84.4%) fueron mujeres y 80 (15.6%), hombres; la edad promedio fue de 45 años (6 a 92 años), y se realizaron 442 cirugías electivas (86%) y 72 de urgencia (14%).

No existen diferencias significativas con la literatura mundial en las diferentes variables analizadas, en cuanto a morbi-mortalidad ni conversión a cirugía abierta, pero sí fue llamativo el hecho de no tener ninguna lesión de la vía biliar.

Hubo conversión a cirugía abierta en el 6.8% y una incidencia general de complicaciones del 4.8%, siendo la más importante la infección de la herida quirúrgica, hechos que concuerdan con las grandes series mundiales. Fue de significación estadística, el hecho de ser hombres o de presentar colecistitis aguda para la conversión a cirugía abierta.

Introducción

La cirugía laparoscópica tiene sus primeras experiencias en 1901 cuando George Kelling realizó la primera celioscopia en perros vivos, con un cistoscopio y aire libre para crear un neumoperitoneo. Luego de este hecho, han sido muchos los personajes que de una u otra manera han aportado elementos para su desarrollo. La primera serie grande de laparoscopia n hombres la realizó Jacobaeus, en 1911, quien evaluó no solamente el abdomen, sino también el tórax y acuñó el término “Laparotoracoscopia” (1).

En 1938, James Veress, un cirujano de tórax, utiliza una aguja especial que aún lleva su nombre, para crear un neumotórax y tratar cierto tipo de tuberculosis (2,3).

A pesar de los avances técnicos que permitían una laparoscopia segura y terapéutica, los cirujanos generales no quisieron apropiarse de este conocimiento en contraparte a los ginecólogos, aunque hubo algunas excepciones notables tales como George Bersi, Alfred Cuschieri, Paul Sugarbaker, Andrew Warshaw y otros, quienes persistentemente argumentaron la importancia de la laparoscopia antes del desarrollo de la Colecistectomía laparoscópica (4-7).

El primer informe de Colecistectomía por laparoscopia lo presentó en un congreso de cirugía en Alemania, en abril de 1986, el doctor Muhe (8) pero no logró mucha acogida de la comunidad médica. En 1987, Phillipe Mouret, un ginecólogo francés realizó una colecistectomía por laparoscopia (9), lo cual incentivó a los cirujanos franceses Dubois y Perissat a desarrollar independientemente su técnica para la colecistectomía laparoscópica en 1988 (10-12) y desde entonces surgió el auge y desarrollo por esta novedosa vía de acceso a diferentes procedimientos quirúrgicos, y aún hoy en día se viene implementando cada vez más en diferentes estados patológicos (23).

Pacientes y Métodos

En un período comprendido entre el 1 de enero de 1996 y el 31 de enero de 1997 se recolectaron de manera prospectiva, todas las cirugías laparoscópicas a las cuales asistimos como ayudantes, siendo parte de nuestra rotación de tercer año de residencia en cirugía en el Hospital Pablo Tobón Uribe de Medellín.

Este Hospital cuenta con una planta de 7 cirujanos de base, con diferente grado de adiestramiento en cirugía laparoscópica, dato que se tuvo en cuenta al recoger los informes.

Se recolectaron en total 514 casos de colecistectomía por vía laparoscópica, de manera consecutiva, con una distribución por sexo de 434 mujeres (84.4%), y 80 hombres (15.6%), con un promedio de edad de 45 años (6,92).

Ningún paciente requirió sonda vesical durante el procedimiento y a todos el anestesiólogo les colocó sonda orogástrica, la cual se retiró al terminar el procedimiento. Siguiendo el protocolo, se usó una cefalosporina de primera generación en todos los pacientes, excepto cuando el médico tratante no lo aceptó.

Los datos se analizaron con un programa EPI-info, y par el análisis de morbi-mortalidad, sólo se tuvieron en cuenta los que se confirmaron por vía laparoscópica, excluyendo los casos convertidos a cirugía abierta.

Se creó una base de datos, donde se incluyó la parte de identificación del paciente, los datos concernientes a la técnica del procedimiento, las causas de conversión a cirugía abierta si la hubo, los efectos secundarios, la morbilidad y mortalidad, los antecedentes y la experiencia del cirujano, la aceptabilidad del procedimiento, el tiempo quirúrgico y la estancia hospitalaria.

El seguimiento se hizo en la consulta postoperatoria, y a todos los pacientes se les llamó entre 1 y 2 meses después del procedimiento para su evolución.

Resultados

Se recolectaron en total 514 caso de colecistectomía por vía laparoscópica de manera consecutiva, con una distribución por sexo de 434 mujeres (84.4%) y 80 hombres (15.6%). El promedio de edad fue de 45 años (de 6 a 92 años).

Del total de 514 colecistectomías programadas inicialmente por vía laparoscópica, 442 (86%) fueron electivas y 72 (14%), de urgencia; s e completaron por resta vía 477 (92.8%) y se convirtieron a cirugía abierta 35 (6.8%), y 2 no se continuaron por el hallazgo incidental de una neoplasia avanzada.

Como se había mencionado, el porcentaje de conversión a cirugía abierta fue de 6.8% por dificultad técnica importante en la disección quirúrgica, como causa más frecuente; este hecho se presentó en 24 pacientes (4.7%). De las otras causas que se presentaron para conversión a cirugía abierta, sólo una habría podido evitarse: el sangrado que se presentó en 3 pacientes (0.6%). Las otras tres causas que obligaron a la conversión fueron: coledocolitiasis, en 4 pacientes (0.8%); fallas en el equipo, en 2 casos (0.4); y fístula cistocoledociana, en 2 pacientes (0.4%).

Durante esta experiencia nuestra institución no contaba con recurso par hacer la exploración de las vías biliares por laparoscopia, ni con la colangiografía endoscópica retrógrada, razón por la cual la coledocolitiasis requería tratamiento quirúrgico abierto. Actualmente se cuenta con dicho recurso, lo que ha permitido en casos de cálculos en el coledoco, dejar un catéter trancístico para facilitar posteriormente al endoscopista el procedimiento, que ha sido exitoso en los pocos caso que se ha utilizado.

Las variables del sexo masculino y de inflamación aguda de la vesícula tuvieron significación estadística par la conversión a cirugía abierta.

De 434 mujeres hubo conversión a cirugía abierta en 5 para un porcentaje de 5.7%; mientras que las 72 cirugías en estados agudos, 10 se convirtieron, para un porcentaje de 13.8% (P=0.03) (Tabla 1).

Causas de conversión a cirugía abierta

En general, hubo bajo porcentaje de complicaciones, sólo en 4.9% (23 pacientes); la infección de la herida quirúrgica fue la causa más importante de aquellas, con 10 pacientes (2.1%); las otras complicaciones presentes fueron: hematoma de la pared en 3 pacientes (0.6%); hemoperitoneo en 2 pacientes (0.4%); absceso intraabdominal en 2 (0.4%); coleperotoneo y perforación visceral (duodeno), en 1 paciente cada uno (0.2%) (Tabla 2).

Colecistectomía Laparoscópica, Complicaciones de la cirugía

Hubo un grupo de pacientes con complicaciones que son poco frecuentes y en ocasiones relacionadas con la anestesia, como pancreatitis, isquemia mesentérica segmentaria, edema pulmonar y paro respiratorio; estas complicaciones se presentaron en un pacientes cada una, lo que representaron en un paciente cada una, lo que representa un porcentaje de 0.2%, y todos se recuperaron totalmente a largo plazo.

Dos pacientes murieron durante los primeros 30 días del postoperatorio, lo que nos da un índice de mortalidad del 0.4%; 1 por una causa relacionada directamente con la técnica, ya que fue producto de una sepsis abdominal por una perforación duodenal inadvertida, y el otro caso, no relacionado con la técnica, producto de una neumonía nosocomial luego de una resección de colon por vólvulo del sigmoide, que se presentó a los 15 días del postoperatorio cuando la paciente ya estaba fuera de la institución.

Seis pacientes fueron llevados a cirugía en el postoperatorio, lo que equivale a un porcentaje de reintervención de 1.2%; en 2 de ellos la causa no podría atribuirse a un error técnico del procedimiento, sino más bien a un hecho fortuito, y fueron: la paciente que presentó el vólvulo del sigmoide con necrosis, a los 15 días del postoperatorio, tiempo durante el cual había estado en perfectas condiciones, a quien se le realizó sigmoidectomía y colostomía tipo Hartman; y otra paciente quien presentó dolor abdominal intenso y a la reintervención se observó una isquemia mesentérica segmentaria que requirió la resección intestinal.

Los otros 4 pacientes reintervenidos, presentaron complicaciones secundarias al procedimiento; 2 con hemoperitoneo importante, 1 generado en la arteria hepática derecha, y otro en el lecho hepático sangrante, ambos controlados en la reintervención; 1 paciente con un Coleperitoneo ocasionado por un canalículo biliar accesorio seccionado, que se ligó en la reintervención con resultado satisfactorio; y 1 paciente anciano con una perforación del duodeno producida por el electrocauterio por un recubrimiento inadecuado de éste (Tabla 3).

Colecistectomía Laparoscópica, Reintervenciones quirúrgicas

Se presentó ruptura de la vesícula en 160 casos (33.5%), lo que no ocurrió en los restantes 317 (66.5%). En nuestra institución no contamos con un aditamento especial usado para la extracción de la vesícula y los cálculos cuando se presenta ruptura de ésta, conocido comercialmente como endosac; por tal motivo hemos utilizado para suplir esta falla, preservativos esterilizados en óxido de etileno, con muy buenos resultados, aunque cabe señalar que son mucho más frágiles y si se manipulan de manera poco cuidadosa se pueden romper.

De los 160 pacientes en quienes se presentó ruptura de la vesícula, se usó preservativo en el 80% (128 casos); en los pacientes en los que éste no se usó, se debió a decisión del cirujano o a falta del preservativo.

De los 10 casos en los cuales se presentó infección de la herida quirúrgica, se analizó su relación con la ruptura de la vesícula, contaminación de la piel durante la extracción y estado clínico del paciente. Estos fueron los hallazgos:

En 6 casos hubo ruptura de la vesícula, y en 4 no la hubo.

En 6 casos hubo contaminación de la piel durante la extracción, y en 4 no.

Dos infecciones ocurrieron en colecistectomía por colecistitis aguda, y 8 en electiva; si se hace el cálculo por la incidencia, se obtiene que de 72 colecistectomías por colecistitis agudas, 2 se infectaron, lo que da una incidencia del 2.7%; y de 442 electivas, sólo 8 se infectaron, lo que da una incidencia del 1.8%.

Como podemos observar, ninguna de estas tres variables analizadas presentó una diferencia estadísticamente significativa de mayor incidencia de infección de la herida quirúrgica.

Se dejó dren en 7 pacientes (1.36%) el cual se retiró al segundo día; ninguno presentó de complicación. Se utilizó como drenaje una sonda de Nélaton subhepática.

Los 2 pacientes en quienes se diagnosticó absceso intraabdominal, habían presentado ruptura de la vesícula; en 1 había cálculos en la cavidad y su extracción fue incompleta. En los 2 abscesos, no hubo aspiración subhepática durante el procedimiento y ambos tenían bilis en la cavidad peritoneal.

Como protocolo en nuestra institución, se usa una cefalosporina de primera generación durante la inducción anestésica. En 441 casos (85.8%) hay registro del uso de dicho antibiótico, y en 73 no se usó (14.2%), por decisión del cirujano en 70 de ellos en cirugía electiva y sólo en 3 colecistectomías por colecistitis aguda.

De los 10 casos de infección de la herida quirúrgica sólo en 1 no se usó este fármaco; por lo tanto, no hubo en el presente estudio relación entre el uso de antibióticos y las complicaciones infecciosas.

Del total de 514 colecistectomías programadas inicialmente por vía laparoscópica, se hizo una distribución del grado de experiencia del cirujano, considerándolo principiante cuando el número de procedimientos iban de 1 a 15, poca experiencia cuando el número era de 16 a 50, y experto cuando tenía más de 51 procedimientos realizados.

Teniendo en cuenta estadistribución, en nuestro estudio el 16.2% de los procedimientos (8.3 pacientes) fue hecho por principiantes, el 38.3% (197 casos), por personas con experiencia entre 16 y 50 procedimientos y el 45.5% (234 pacientes), por expertos en la técnica (Tabla 4).

Colecistectomía Laparoscópica, Experiencia del cirujano

Es importante resaltar el hecho de que siempre que se mencione personal con experiencia menor a 50 procedimientos, se está hablando de residentes de cirugía de tercer año, los cuales contaban con la asesoría y tutoría constante de docentes del Hospital Pablo Tobón Uribe.

Analizamos la frecuencia de conversión a cirugía abierta según el grado de experiencia del cirujano, que fue establecida previamente según el número de procedimientos.

Experiencia entre 1 y 15 procedimientos: de los 83 pacientes intervenidos, no se presentó conversión a cirugía abierta en 79 pacientes (95.2%) y sí se requirió en los 4 restantes (4.8%); las causas de conversión fueron en su orden: dificultades técnicas, en 2 pacientes (2.4%); 1 fístula colecistocoledociana (1.2%), y 1 coledocolitiasis (1.2%).

Experiencia entre 16 y 50 procedimientos: de los 197 pacientes intervenidos, no se presentó conversión a cirugía abierta en 1982 pacientes (92.4%); y sí se requirió en los 15 restantes (7.6%); las causas de conversión fueron: dificultades técnicas, en 9 pacientes (4.6%); sangrado, en 2 pacientes (1.0%); fístula colecistocoledociana, en 1 paciente (0.5%); y coledocolitiasis, en 1 paciente (0.5%).

experiencia mayor de 50 procedimientos: de los 234 pacientes intervenidos, no se presentó conversión a cirugía abierta en 216 (92.3%); y sí se requirió, en los restantes 18 (7.7%); las causas de conversión fueron: dificultades técnicas, en 13 pacientes (5.6%); hallazgo de neoplasia, en 2 pacientes (0.9%); coledocolitiasis, en 2 pacientes (0.9%); y sangrado, en 1 paciente (0.4%).

Como puede apreciarse no existen diferencias marcadas en el grado de conversión en los diferentes grupos, y el hecho de tener un relativo menor porcentaje de conversión en el grupo de cirujanos principiantes, puede ser debido al hecho de que es precisamente a este grupo al que se el permite operar los casos que son evidentemente más fáciles desde el punto de vista técnico.

También se analizó la relación existente entre el porcentaje de complicaciones dentro de los diferentes grupos de cirujanos, según la experiencia.

Experiencia entre 1 a 15 procedimientos : de lo 79 casos completados por vía laparoscópica, no hubo ningún tipo de complicaciones en 75 de ellos (94.9%), y sí existieron en los s4 restantes (5.1%); y fueron en su orden: infección de la herida quirúrgica, en 2 pacientes (5.5%); hematoma de la pared, en 1 paciente (1.3%); y edema pulmonar, en 1 paciente (1.3%).

Experiencia entre 16-50 procedimientos: de los 182 casos completados por vía laparoscópica, no hubo ningún tipo de complicaciones en 170 pacientes (93.4%), y sí se presentaron en los 12 restantes (6.6%), y fueron en su orden: infección de la herida quirúrgica, en 5 pacientes (2.7%); hemorragia postoperatoria, en 2 (1.1); hematoma de la pared en 2 (1.1%); pancreatitis en 1 paciente (0.5%); perforación duodenal, en 1 (0.5%); y biliperitoneo, en 1 paciente (0.5%).

Experiencia mayor de 50 procedimientos: de los 216 casos completados por vía laparoscópica, no hubo ningún tipo de complicaciones en 209 pacientes (96.8%), y sí existieron en los 7 restantes (3.2%), y fueron en su orden: infección de la herida quirúrgica, en 3 pacientes (1.4%); absceso intraabdominal, en 2 (0.9%); isquemia mesentérica, en 1 paciente (0.5%); y paro respiratorio, en 1 paciente (0.5%).

Una de las grandes ventajas de la cirugía laparoscopia, es su pronta recuperación postoperatoria, con lo que se logra hacer muchos procedimientos en forma ambulatoria, dando de alta al paciente luego de un período de observación de 6 horas, y de haber evaluado la tolerancia a los líquidos orales, los cuales se inician a las 4 horas del postoperatorio.

En nuestra series hay un porcentaje importante de pacientes que logísticamente no lograban completar las 6 horas de observación, razón por la cual se hospitalizaban hasta el día siguientes; la razón principal es que el procedimiento se llevaba a cabo por el grupo de cirujanos de la tarde, y el servicio de cirugía ambulatoria sólo funciona hasta las 7 de la noche y, como es obvio, no sería prudente enviar un paciente a la casa a altas horas de la noche.

Haemos esta aclaración par señalar que el porcentaje de pacientes operados por cirugía laparoscópica ambulatoria puede ser tan alto como de 70 a 80%.

En nuestro grupo, 190 pacientes (40%) se operaron de manera ambulatoria, y 233 (48.9%) estuvieron hospitalizados 24 horas o menos; 34 pacientes (7.0%), estuvieron hospitalizados 2 días, y 19 (1.4%) lo estuvieron 3 o más días (Tabla 5).

Colecistectomía Laparoscópica, Estancia hospitalaria

No hubo diferencias entre la cirugía de urgencia y la electiva con relación a la estancia hospitalaria.

Como puede verse, el 88.9% de los pacientes, permanecieron hospitalizados 1 día o menos.

El grado de experiencia adquirido en el Hospital Pablo Tobón Uribe en cirugía laparoscópica, se ve reflejado tanto en los bajos índices de morbimortalidad como en los bajos tiempos quirúrgicos.

Colecistectomía Laparoscópica, Tiempo Quirúrgico

En nuestro trabajo, en 130 pacientes (27.3%), el tiempo quirúrgico fue de 30 minutos o menos; en 359 pacientes (54.3%), fue de 31 a 60 minutos; en 64 pacientes (13.4%), fue de 61 a 90 minutos; en 13 pacientes (2.7%), fue entre 91 y 120 minutos; y sólo en 8 pacientes (2.3%), el tiempo quirúrgico fue mayor de 2 horas.

No hubo diferencias entre cirugía electiva y de urgencia en cuanto a los tiempos quirúrgicos.

Para terminar, queremos mencionar que realizamos 5 colangiografías operatorias, (3 con éxito, 1 positiva que requirió conversión a cirugía abierta, y 1 negativa); otras 2 fallidas que obligaron a convertir a cirugía abierta por la alta sospecha de coledocoliotiasis, la cual se comprobó luego.

Discusión

A pesar del relativo corto tiempo que lleva la cirugía laparoscópica en nuestro país y de que aún existen pocos trabajos locales que muestren nuestros resultados, es tal vez esta la técnica que más innovación ha traído a la cirugía, específicamente en el tratamiento de la Colelitiasis, convirtiéndose en la técnica de la elección (24).

Dentro de los beneficios que trae la técnica por laparoscopia, además de la parte estética, hay una notoria disminución en el tiempo de recuperación y, por lo tanto, en la estadía hospitalaria y en la incapacidad laboral del paciente, lo que a todas luces disminuye costos importantes.

Nosotros pretendemos, con este estudio, valorar de manera objetiva nuestros resultados con la técnica, ya que son pocas las publicaciones existentes o con casuística reducida.

La edad promedio de los pacientes, así como la distribución por sexo, fue similar a la apreciada en los diferentes estudios mundiales, donde la incidencia de mujeres sobre hombres es de 5:1, con una edad promedio e 45 años (13).

Vale mencionar la cifra de 72 colecistectomías en pacientes con cuadros agudos, lo que representó un 14%, ya que inicialmente el solo hecho de tener un cuadro agudo se consideraba una contraindicación para la técnica laparoscópica y, a pesar de que la literatura ya estableció que la cirugía no se debe contraindicar en estos estados agudos, hemos apreciado el escepticismo de algunos cirujanos frente a tales pacientes, con la creencia de que la rata de conversión es prohibitivamente alta, hecho que se puede rebatir, ya que hemos documentado una cifra objetiva de 13.8% de conversión en estos casos que, aunque es mucho mayor que la presentada en cirugías electivas, no proscribe el intentar la cirugía laparoscópica en estos pacientes; además, está de acuerdo con otros trabajos, como el de Lujan en una serie de 259 pacientes, de los cuales 60 presentaban colecistitis aguda, y sólo 8 requirieron conversión, lo que da una incidencia del 13%. En la serie de Zucker con 720 pacientes, 96 presentaban cuadros agudos, y en 83 se intentó la técnica por vía laparoscópica, con una rata de conversión del 27%. (14, 15).

Nuestra rata de conversión a cirugía abierta, en general fue de 6.8%; un dato difícil de comparar con los diferentes autores debido a los índices tan variables en cada caso, con trabajos que dan cifras hasta de 14%, de Grce (16), y otras tan bajas como de 1.8%, de Spaw (19); de todos modos, creemos que nuestras cifras están dentro de parámetros aceptables como de buen adiestramiento en la técnica.

Un hecho significativo fue el encontrar como factor de riesgo para conversión, el sexo masculino y la vesícula aguda, hecho que también está de acuerdo con otras series como la de la revista Americana de Cirugía de diciembre de 1994, con un grupo de 746 colecistectomías laparoscópicas y una rata de conversión tan alta como del 14%, en el cual encontraron que los factores de riesgo más importantes para la conversión fueron la colecistitis aguda y el ser hombre, además de posible coledocolitiasis (18); así mismo la serie de Fried y colaboradores, con 1.676 pacientes encontró que el cuadro agudo, sexo masculino y edad mayor de 65 años, eran los factores de riesgo más importantes para conversión (19). A pesar de que estos factores pueden de algún modo predecir mayor índice de conversión, no deben constituir una contraindicación especial para la cirugía.

Nuestra incidencia de complicaciones de 4.9% NO es comparable, debido a la falta de uniformidad de criterios ente los distintos estudios; lo que sí es un hecho, es la importancia de la infección de la herida quirúrgica como principal complicación, y vale resaltar la ausencia de lesión de las vías biliares, considerada una a de las catástrofes en este procedimiento, que se observa en casi todos los estudios importantes del mundo.

El estudio del Club de Cirujanos del Sur (13), mostró una incidencia del 5.1% de complicaciones, con infección de la herida quirúrgica en el 1.1%; y en segundo lugar, la lesión de las vías biliares en 0.5%; otras complicaciones tuvieron una incidencia similar con nuestro trabajo, como el biliperitoneo en 0.3% y lesiones intestinales en 0.3%. Debemos mencionar también la recopilación nacional de casos en los Estado Unidos, publicada por Deziel en 1993 (20), que recolectó 77.604 colecistectomías laparoscópicas, y reporta una incidencia de complicaciones mayor del 2%, con lesión de las vías biliares en 0.59%, lesión vascular en 0.25%, lesión del intestino en 0.14% y filtración biliar tardía en el 0.29%.

Analizando estas grandes series, vemos cómo no estamos con cifras mayores de morbilidad con esta técnica; y el hecho para destacar de no producir lesiones biliares, que es una complicación muy temida por todos los cirujanos.

También son muy disímiles las diferentes cifras de mortalidad en los trabajos, con 0.2% en el estudio de Collet de 2.955 cirugías (21), y cifras mucho más bajas en el club de cirujanos del sur, de 0.07%, y de 0.04% en la revisión nacional de Deziel.

Debido a que estas series reportan datos recolectados entre diferentes instituciones, es muy difícil que el investigador tenga certeza de la información y, por lo tanto, no es del caso comparar nuestros resultados, pero sí podemos decir que nuestra incidencia de mortalidad es muy baja, si se tiene en cuenta que en la cirugía abierta e smuy baja, si se tiene en cuenta que en la cirugía abierta había cifras tan altas como del 1.5% mostrado por Morgenstern, quien publicó una serie de 1.200 colecistectomías abiertas, con una mortalidad de 1.8%; y en el mismo estudio se menciona una revisión desde 1952 a 1990 que mostró una mortalidad de 1.53%(22).

Analizando las complicaciones infecciosas, dadas básicamente por infección de la herida quirúrgica y por absceso abdominal, se trató de establecer alguna relación de mayor incidencia con ruptura de la vesícula, colocación de dren, contaminación de la piel durante al extracción, e incluso con uso de antibióticos y, sorpresivamente, no encontramos que ninguno de los factores tuviera significación estadística, aunque se debe tener en cuenta el número reducido de casos con complicaciones infecciosas que limita un análisis.

Finalmente, creemos que con este esfuerzo logramos tener nuestros propios resultados con un procedimiento muy frecuente en la práctica quirúrgica del cirujano, que estamos en los diferentes parámetros en niveles de grupos internacionales, que tenemos un excelente comportamiento en cuanto a lesiones biliares y a que a medida que aumenta nuestra trayectoria, podremos resolver, por vía laparoscópica, otros casos como el de la coledocolitiasis, para ampliar el uso de la técnica.

Abstract

A prospective and descriptive study was completed between January 1996 and January 1997 intented to report on the follow-up of 514 patients that underwent laparoscopic cholecystectomy.

Based a reprseentative sample, our purpose was to study the complications rate and adverse effects the procedure in our enviorenment, and to establish the rate of conversion to open cholecystectomy, so as to have data for comparison with the international literature.

There were 434 (84.4%) women and 80 (15.6%) men in the group of 514 recruited patients. Mean age was 45 years (6 ti 92 years). Four hundred and forty two operations (86%) were done electively and 72 (14%) in a emergency setting.

No significant differences were found with the world literature, being remarkable that no lesions of the biliary duct were registered.

Conversion to open ocurred in 6.8% of all cases, and the general complciations rate was 4.8%. most frequent complication was infection of the surgical wound. The findings are similar to those reported in the large series of the world literature.

Most conversion ocurred in men and in patients with acute cholecystitis, a fiunding that achieved statistical significance.

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Correspondencia:
Doctor Sergio Iván Hoyos Duque. Calle 35A No. 80-64. Medellín, Colombia.


Doctores, Sergio Iván Hoyos Duque, Cirujano General, Christian Cock Hernández,Cirujano General; Hernán Restrepo Restrepo, Cirujano General, Jefe de Posgrado en Cirugía; Universidad Pontificia Bolivariana, Hospital Pablo Tobón Uribe, Medellín, Colombia.

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