Afiliación de las Sociedades Científicas a la Academia Nacional de Medicina

Señoras y señores:

Es para mí un verdadero privilegio ser el vocero de las Asociaciones y Sociedades Científicas Colombianas, que hoy ratifican su afiliación ante esta benemérita Institución, la Academia Nacional de Medicina.

Largos años han transcurrido desde aquel 3 de enero de 1873 cuando Manuel Plata Azuero, Nicolás Osario, Liborio Zerda, Abraham Aparicio, Leoncio Barreta y Evaristo García, se reunieron para darle vida a una Sociedad, que luego la Ley 71 de 1890 llamó, Academia Nacional de Medicina. Los fundadores consignaron en el Acta Constitutiva de la fundación de la Academia que su objetivo era el estudio y adelanto de las ciencias médicas y naturales así como el de dar unidad al cuerpo médico e incentivos éticos y científicos al ejercicio de la profesión.

Respeto y reverencia infunden ante mí estos venerables claustros por cuyas sillas han desfilado personalidades cimeras de la medicina patria, nombres como los de Lombana Barreneche, López de Mesa, Patiño Camargo, Uribe Uribe, César A. Pantoja y muchos más, que con su presencia, ejemplo y sabiduría le dieron honor y lustre a esta Academia y por ende a la medicina colombiana.

“Solidaridad dentro del cuerpo médico y unidad en el ejercicio de la profesión” reza el principio básico de sus fundadores; nada más necesario y valedero en estos momentos de cambios trascendentales y, por qué no decir, críticos en el ejercicio de nuestra bien amada profesión; la proliferación desaforada de Facultades de Medicina, lo que se traduce en un desequilibrio en la ley de oferta y demanda de médicos que ha obligado a estos últimos a aceptar para su supervivencia patrones muy lejanos de los mandatos hipocráticos, vulnerados por los recientes intermediarios o mercaderes de la medicina, quienes abolieron uno de los principios básicos de las leyes de ética médica cual es el de que no debe existir intermediario entre el médico y su paciente; y el en otra hora respetado y admirado Doctor en Medicina, está dejando su lugar al ultrajado, desempleado y en ocasiones vilipendiado trabajador de la salud, eufemismo éste con el que somos denominados en la actualidad.

Tremenda paradoja estamos viviendo a las puertas del siglo XXI, cuando se suceden los avances tecnológicos e investigativos más espectaculares en la historia de la humanidad, como los acaecidos en inteligencia artificial, biología molecular, genética celular, inmunocompetencia, cirugía por robótica, telecirugía e innumerables innovaciones que asombran al espíritu científico más avezado. El modelo actual del ejercicio médico en nuestro país, si no tiene un correctivo eficaz y temprano, me temo que lleve a la medicina colombiana, ante la falta de estímulos científicos y económicos para sus médicos, a un deterioro en la calidad del ejercicio y a una disminución de los estándares, cada día más lejanos de la excelencia en la calidad del servicio médico.

Señor Presidente, usted ha demostrado sus capacidades de liderazgo y su gentileza de caballero, al poder convocar esa amalgama de diferentes personalidades médicas, de las más diversas disciplinas, de filosofías dispares y aún de ambiciones opuestas, hasta lograr que se formara el Consejo Superior de Instituciones Médicas (CONSIMED), y ante la necesidad acuciadora, naciera el pasado 3 de diciembre en el Salón Rojo del Hotel Tequendama, tan pletórico de gestas históricas, la Asociación Médica Colombiana, que yo veo como la última y gran esperanza de unificación del cuerpo médico, a fin de que todos unidos en un solo ser luchemos por volver a tener la grandeza y la dignidad de ser médicos. Señor Presidente, el día que se escriba la historia de este período de la medicina colombiana, este hecho resaltará en letras de oro y su nombre le dará honor y lustre a la lista de los Presidentes de esta magna Academia.

Señores Académicos, al ratificar la afiliación de las Sociedades y Asociaciones Científicas ante la Academia Colombiana de Medicina, queremos manifestarles nuestro agradecimiento por tal distinción; el Diploma que hoy se nos entrega, lucirá con honor en cada una de nuestras Sociedades y Asociaciones, y nos sentiremos orgullosos de llevar el título de Afiliadas a la Academia Nacional de Medicina, gloria y honor de la patria.


* Palabras del doctor Hernando Abaúnza Orjuela, Director Ejecutivo de la Sociedad Colombiana de Cirugía, pronunciadas en la sesión solemne de la Academia Nacional de Medicina con motivo de la ratificación de la afiliación a dicha Academia de las Sociedades y Asociaciones Científicas Médicas Colombianas.

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