Interacción entre Inmunidad, Hormonas y Manifestaciones Psiquiátricas
Los campos principalmente involucrados en el sistema del estrés son el hormonal, el neuropsiquiátrico y el inmunológico, lo que es motivo de esta revisión. La interacción entre inmunidad, hormonas y manifestaciones psiquiátricas es compleja y está en proceso de aclararse.
Denominada psiconeuroinmuno-endocrinología (2), es una disciplina que aglutina investigadores de numerosas especialidades médicas y básicas. El cerebro y la periferia se retroalimentan vía el sistema neurovegetativo y los sistemas endocrino e inmune, que a su vez interactúan entre sí. Desde hace bastante tiempo sabemos que algunas endocrinopatías tienen relación con enfermedades psiquiátricas y autoinmunes.
Entre estas encontramos a la enfermedad -y síndrome- de Cushing, al síndrome psiquiátrico inducido por esteroides, manifestaciones psiquiátricas de los esteroides anabólicos, la depresión observada con la administración de agonistas de la GnRH, la enfermedad de Addison, el hipo y el hipertiroidismo, o la depresión asociada a trastornos de las hormonas gonadales (3).
También sabemos que las enfermedades autoinmunes se interrelacionan con alteraciones hormonales y psiquiátricas, que la depresión y otros cuadros, se asocian con enfermedades autoinmunes y endocrinas; y que los sistemas reguladores neural, endocrino e inmune interactúan entre sí.
Pareciera que los genes que se involucran en los procesos de adaptación y supervivencia fueran los adecuados para el hombre primitivo, mas no para el moderno, en quien daría lugar a enfermedades del desarrollo como la obesidad y la hipertensión, entre otras (Tabla 1).
Tabla 1.
Entre los trastornos psiquiátricos relacionados con una alteración del eje límbico-hipotálamo-hipófisissuprarrenales –que llamaremos el eje HPA- está la depresión mayor (la enfermedad más estudiada), además del síndrome de estrés postraumático, los ataques de pánico, la fibromialgia y el síndrome de fatiga crónica.
La atrofia del hipocampo se observa en personas con estrés crónico severo (como en los sobrevivientes del holocausto), la que también se ha informado en los pacientes con estrés postraumático, esquizofrenia, depresión severa y enfermedad de Cushing, en la que existen altos niveles de cortisol en sangre. El sistema psiconeuroinmunoendocrino tiene estratos anatómicos y fisiológicos que forman subsistemas neurológicos, endocrinos e inmunitarios (Tabla 2).
Tabla 2. Subsistemas psiconeuroinmunoendocrinos:
estratos anatómicos y fisiológicos
Por supuesto que en las personas “estresadas” hay mayor presencia de enfermedades reumatológicas como la artritis reumatoidea, mientras que otras colagenosis como el lupus eritematoso sistémico o la esclerodermia, se asocian con frecuencia a depresión.
Esta última manifestación afectiva está también relacionada con enfermedades endocrinas autoinmunes, particularmente el hipotiroidismo subclínico asociado con la tiroiditiscrónica de Hashimoto, la depresión (y tiroiditis) posparto, la enfermedad de Graves, la de Addison y el síndrome de Cushing, en donde el factor más importante es el hipercortisolismo.
Hay que anotar –como ya lo había esbozado Selye- que el estrés crónico genera enfermedades de gran morbi-mortalidad como el síndrome metabólico, la hipertensión arterial, diversos tipos de cáncer que se encuentran influenciados por el estrés y depresión, el suicidio, enfermedades autoinmunes y cardiovasculares diversas.
Diversas hormonas –particularmente neuropéptidos- monoaminas que actúan como neurotransmisores u hormonas, y citoquinas proinflamatorias y antiinflamatorias, se encuentran involucradas en el proceso (4).
Es usual que el adulto con estrés y depresión tenga antecedentes traumáticos en la niñez. Entre ellos podemos anotar la violencia intrafamiliar, el abuso físico y sexual, las carencias afectivas y nutricionales, la separación de los padres, la falta de educación y de oportunidades, el embarazo adolescente, el inicio sexual y toxicomanías tempranas, lo que lleva a un círculo vicioso en la descendencia del adulto con estrés (5,6).
Alostasis, Un Nuevo Término
Considerando que el término estrés es demasiado popular, y que la homeostasis debe dejarse para los parámetros bioquímicos cuya alteración puede rápidamente terminar con la vida (pH, pO2, glicemia, etc.) McEwen postuló el nuevo término de alostasis, que es la manutención de la estabilidad gracias a la adaptación a cambios esperados o inesperados. Los organismos vivos tienen rutinas para conseguir y trasportar alimentos, aparearse, migrar, cambiar plumas, hibernar.
La organización social trae ventajas para el suministro de servicios básicos y solidarios, pero trae desventajas como la jerarquización, competencia y subordinación, situaciones en las que sobrevive el más fuerte.
Cuando la demanda estresante, externa o interna (Tabla 3) es superior a la capacidad de respuesta, se presenta la sobrecarga alostática, que se asocia con fenómenos y enfermedades como la depresión y otras manifestaciones psiquiátricas, la deposición abdominal de grasa (favorecida por hipercortisolismo); esto lleva a hiperinsulinismo, síndrome de ovarios poliquísticos, enfermedad cardiovascular, diabetes, hipertensión, exacerbación de asma bronquial, uso de sustancias adictivas (cigarrillo, alcohol, narcóticos), úlcera péptica, enfermedades autoinmunes, amenorrea hipotalámica, etc. (7).
La sobrecarga alostática puede sobrevenir por mecanismos como: 1) Activación frecuente de los sistemas alostáticos 2) Falla en desactivar la actividad alostática después del estrés 3) Respuesta inadecuada de los sistemas alostáticos, que lleva a una actividad aumentada de otros sistemas alostáticos normalmente contrarregulados después del estrés.
Tabla 3. Clasificación de agentes estresantes
La percepción amenazante que inicia la respuesta del estrés se realiza en la amígdala y en la circunvolución del cíngulo, con su modulación cognitiva la corteza (8). El estrés agudo conduce al individuo a un estado de adaptación.
En la depresión, hay sobrecarga alostática por un estrés repetido. Se produce un trastorno crónico del eje HPA que implica al hipotálamo (hipersecreción de CRH) y al sistema límbico (insuficiencia en receptores de glucocorticoides, con hiperexpresión del CRH).
La hiperproducción de ACTH genera aumento del tamaño de las suprarrenales y de la adeno-hipófisis, y disminución del volumen del Hipocampo por falta del mencionado Factor Neurotrófico derivado del Cerebro, generado por CREB (9).
En la depresión melancólica existe un sistema hiperactivo de CRH central, lo que estimula el eje HPA. La depresión atípica tiene CRH y eje HPA hipoactivos, pero en el estrés postraumático se observa un sistema CRH central hiperactivo, con hipoactividad del eje HPA.
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