Historia de la Medicina: Los Vínculos entre Medicina y Literatura, Bernanos y Tolstoi

Dos ejemplos de semiología clínica.

Links Between Medicine And Literature, Bernanos And Tolstoi, Two Examples For Physical Diagnosis.

Carlos Alberto Gómez Fajardo MD1
“La enfermedad no es un acontecimiento biológico, sino
también biográfico, en el cual se hace efectiva la existencia
personal de este ser humano”

Romano Guardini
“Las humanidades médicas deben ser inseparables de la actividad clínica”
F. J. Barbado Hernández

Resumen

Se hace referencia a los vínculos existentes entre literatura y medicina en aspectos como la descripción de historias clínicas dentro del marco del “relato patobiográfico” que con frecuencia se halla en obras literarias de gran resonancia universal. Como dos casos ejemplares se consideran los descritos por el francés Georges Bernanos con el protagonista de su obra Diario de un cura rural, y el clásico de la novela corta La muerte de Iván Ilich de León Tolstoi. Se hace énfasis en la importancia y necesidad de la formación humanística -además de la científica y clínica- del estudiante de medicina y del médico, y de la riqueza didáctica y semiológica que ofrecen obras como las anteriores en el proceso académico y clínico.

Palabras clave: Humanidades, Medicina, Literatura, Semiología, Educación

Abstract:

In this paper we analize the relationship between medicine and literature in topics like the clinical record description in the sense of a “pathobiographycal” report which is frequently found in the history of universal literature. We considered two examples: the disease of the rural priest in “A journal of a rural priest” written by the Georges Bernanos, and the disease of Ivan Illich in Leon Tolstoi’s short novel classic “The death of Ivan Ilich”. We emphasize the need and the importance of a humanistic foundation and groundwork -in addition to scientific and clinical instruction- for the medical student and the practicing physician. We also emphasize the usefulness and richness of literature in semiology.

Key words: Humanities, Medicine, Literature, Semiology,

Introducción

Desde los inicios de la medicina científica, como consta en los tratados hipocráticos, se ha destacado la importancia de la pregunta del clínico por todos los aspectos de la naturaleza (physis). Las distintas escuelas médicas han reconocido el valor que posee la consideración de detalles como la descripción del paciente, su proveniencia, su entorno, los aspectos que tocan a su dieta (modo de vivir), lugar de origen y trabajo, para el ejercicio del arte-ciencia de curar. La descripción ordenada de estos hechos hace parte del proceso de observación metódica que se ha sistematizado en la anamnesis, en medio de la elaboración de la historia clínica, como un relato patobiográfico.

Es grande la importancia de una formación humanística en medicina y lo que pueden aportar a ella los temas provenientes de otras disciplinas y áreas del saber humano, incluidas las de las áreas estéticas y la historia de la medicina. Pedro Laín Entralgo ha entendido el arte-ciencia de la medicina como una rama de la antropología. Es condición de la medicina “tekhne iatrike”, el saber “cómo se hace” y el “por qué se hace” (aspecto técnico-científico-instrumental del quehacer médico), pero es también uno de sus presupuestos básicos el responder al fundamental interrogante de carácter ontológico, la pregunta por la definición del ser humano, su horizonte de sentido, su significación existencial (1).

Hermann Boerhaave (1668-1738), el gran clínico de Leiden cuyo peso intelectual llevó a que se le reconociera como “communis Europae praeceptor”, fue uno de aquellos que más influyeron en el proceso de la elaboración del canon actual de la historia clínica. Perteneció a una generación médica de finales del siglo XVII e inicios del XVIII que impulsó la nosotaxia, estimuló en sus discípulos el ejercicio ordenado de una mentalidad sistemática y clasificadora que consideró diversas observaciones de carácter fisiológico y patológico sobre la persona concreta del paciente. Al mismo tiempo, esta mentalidad operaba como una actitud para apreciar la realidad global de la naturaleza en todos sus aspectos observables, como la botánica y la zoología. De modo simultáneo expresó una constante actitud de respeto hacia el estudio de la historia de la medicina.

Cabe aquí hacer mención a Abraham Flexner (1866-1959), el gran reformador y organizador de la educación médica en Norteamérica, quien en 1925 se quejaba del notable déficit que aún existía en los aspectos de la formación humanística de las nuevas generaciones médicas.

Muchos y respetados autores han llamado oportunamente la atención sobre estos temas: son citadas y conocidas las referencias de sir William Osler (1849-1919) en su obra “Aequanimitas” invitando al estudio de los clásicos, al conocimiento profundo y respetuoso de la historia de la medicina y a la actitud de amor por las artes y las humanidades que contribuyen al enriquecimiento intelectual del clínico (2,3). En el ámbito hispánico son inolvidables las consideraciones de don Pedro Laín Entralgo (1908-2001) sobre la integralidad del saber del médico proporcionada por el conocimiento serio de la historia de la medicina; con ello se afirma la bien fundada dignidad moral de esta profesión, se brinda claridad intelectual en el ejercicio de la técnica, se favorece el ejercicio de la libertad de la mente y se dispone, según su concepto, de una opción a la originalidad.

Más recientemente el autor contemporáneo Barbado Hernández ha manifestado: “La medicina basada en pruebas y la medicina humanitaria basada en narrativa y valores deben ir necesaria y eficazmente juntas”. Resumiendo las ideas de este médico internista, lector y autor, en su importante referencia, veamos una breve lista de las posibilidades y ventajas de la literatura como recurso docente en la propedéutica médica que debiera introducirse precozmente en el proceso de formación intelectual del médico: adquisición de habilidades clínicas para la elaboración del relato patobiográfico (historia clínica), estímulo para la habilidad comunicativa, conocimiento de otras miradas de la enfermedad, mejoramiento constante de las relaciones médico-paciente y refinamiento del análisis crítico y clínico (4).

El respeto, una constante histórica

En la historia de la medicina se ha hecho referencia a la dignidad particular de esta profesión como una constante. Su valor y excelencia hace relación al hecho de que su práctica concreta siempre guardará relación íntima con la condición del respeto al paciente y de la peculiar actitud de prudencia y beneficencia necesarias para que se dé el acto terapéutico, incluidas aquellas circunstancias en que lo único aparentemente posible es el hecho del acompañamiento humano y solidario ante la muerte natural, inevitable y forzosa. A este carácter de dignidad puede añadirse el hecho obvio de que para la condición tanto de arte como de ciencia que se atribuye a la medicina, es necesaria una aproximación ontológica sobre su propio sujeto: ¿quién es el hombre?, ¿cuál es su misión y sentido existencial?, ¿cómo se debe proceder ante las situaciones concretas de fragilidad y contingencia? Una de las exigencias lógicas de la práctica de una actividad es la de la definición de sus objetivos, métodos y modo de ser. La pregunta por el “ethos” de la medicina, más allá de los aspectos cuantitativos y verificables de la naturaleza corpórea del ser humano, incluye en el cabal sentido de las palabras, una aproximación filosófica y antropológica.


1 Ginecólogo, Miembro de la Academia de Medicina de Medellín

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