La Pandemia de Covid-19 en Colombia
Artículo de Revisión
Una Visión desde la Salud Pública
Hernando Vargas-Uricoechea1, Hernando David Vargas Sierra2
Resumen
La pandemia por el virus SARS-CoV-2 y la enfermedad que produce (COVID-19) afecta virtualmente a todos los países del mundo; el número de individuos afectados se incrementa y cambia constantemente; la población con mayor riesgo son los individuos ≥70 años con comorbilidades de base como diabetes mellitus, hipertensión arterial, EPOC, obesidad, entre otras.
El 17 de marzo de 2020 se declaró en Colombia el “estado de emergencia económica y social”, y quedó consignado que el país se debía preparar para afrontar cerca de 4 millones de contagios por SARS-CoV-2. Al 25 de agosto de 2020, más de 500.000 casos confirmados y alrededor de 20.000 muertes, hacen parte del espectro de la distribución de la pandemia en nuestro país. Una realidad que denota una menor tasa de letalidad y de mortalidad respecto a otros países.
Algunos factores que pueden explicar lo anterior son el cierre de escuelas y universidades, el cese de algunas actividades de trabajo presencial, la ausencia de viajes nacionales e internacionales y el autoaislamiento para personas mayores de 70 años, entre otros. Esta revisión describe los aspectos básicos en términos de la salud pública que deben tenerse en cuenta en la pandemia por COVID-19.
Palabras clave: COVID-19, pandemia, inmunidad, letalidad, mitigación, supresión.
The Covid-19 Pandemic in Colombia: A View from Public Health
Abstract
The SARS-CoV-2 virus pandemic, and the disease it produces (COVID-19) affects virtually all countries in the world, the number of affected individuals is constantly increasing and changing; the population with the highest risk are individuals ≥70 years of age with underlying comorbidities such as diabetes mellitus, hypertension, COPD, obesity, among others.
On March 17, 2020, the “state of economic and social emergency” was declared in Colombia, and it was stated that the country should prepare to face close to 4 million people infected by SARSCoV- 2.
As of August 25, 2020, more than 500,000 confirmed cases and around 20,000 deaths are part of the spectrum of the distribution of the pandemic in our country, a reality that denotes a lower fatality and mortality rate compared to other countries.
Some factors that explain the above are the closure of schools, universities, the cessation of some face-to-face work activities, the absence of national and international travel and self-isolation for people over 70 years of age, among others. This review describes the basic public health issues to consider in the COVID-19 pandemic.
Keywords: COVID-19, pandemic, immunity, fatality, mitigation, suppression.
Introducción
El 31 de diciembre de 2019, la Comisión Municipal de Salud y Sanidad de Wuhan (provincia de Hubei, China) informó acerca de un grupo de 27 personas con diagnóstico de neumonía de etiología desconocida, que compartían una exposición común a un mercado mayorista de mariscos, pescados y animales vivos, de los cuales siete casos fueron catalogados como graves (1).
El inicio de los síntomas del primer caso fue el 8 de diciembre de 2019. El 7 de enero de 2020, las autoridades chinas identificaron como agente causal a un nuevo virus de la familia Coronaviridae, que posteriormente se denominó SARS-CoV-2. Cuya secuencia genética fue compartida por las autoridades chinas el 12 de enero de 2020 (1,2). A su vez, la enfermedad producida por SARS-CoV-2 se ha denominado COVID-19.
Los coronavirus son miembros de la subfamilia Orthocoronavirinae dentro de la familia Coronaviridae (orden Nidovirales). Esta subfamilia comprende cuatro géneros: Alphacoronavirus, Betacoronavirus, Gammacoronavirus y Deltacoronavirus. El SARS-CoV-2 es un Betacoronavirus (ARN monocatenario de sentido positivo) (2).
Se considera que los reservorios de SARS-CoV-2 son los murciélagos y otros animales salvajes. COVID-19 es una enfermedad zoonótica, lo que significa que puede transmitirse de los animales a los humanos. Pero una vez se produce la infección en el humano, no requiere de los animales para su propagación. Aunque aún no se han identificado los huéspedes intermedios. Sse ha considerado entre otros, al pangolín, un género de mamíferos folidotos de la familia Manidae (3,4).
Coronavirus que afectan al ser humano
Los coronavirus que afectan al ser humano pueden producir cuadros clínicos que van desde el resfriado común,. Hasta otros más graves –como los producidos por los virus del síndrome respiratorio agudo grave (SARS) y el síndrome respiratorio de oriente próximo (MERSCoV)–. El SARS-Cov-2 se transmite de persona a persona por gotitas, contacto y fómites. COVID-19 tiene un período de incubación promedio entre 4 y 14 días. Con un rango que puede ir desde 0 hasta 24 días, y se considera una enfermedad emergente (4,5).
Los síntomas más comunes de COVID-19 son fiebre, fatiga, tos seca y producción de esputo. El cuadro sindromático. En general es leve y se manifiesta de forma progresiva y gradual. Algunos individuos afectados no desarrollan ningún síntoma, por lo que su transmisión puede ser asintomática, y la mayoría –cerca del 80 %– se recupera de la enfermedad, sin requerir manejo específico. Alrededor del 20 % de los afectados por COVID-19 desarrolla una enfermedad grave, con empeoramiento manifiesto de sus síntomas respiratorios (6,7).
Las personas consideradas de mayor riesgo son los adultos mayores y las que están antecedidas de comorbilidades como hipertensión arterial, diabetes mellitus, insuficiencia cardiaca, enfermedad cardiovascular, enfermedad pulmonar crónica, entre otras (Figura 1).
El 11 de marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró a la COVID-19 como una pandemia (8,9). La tasa de incidencia nacional es de 861,2 casos por cada 100.000 habitantes; los departamentos y distritos que superan la tasa nacional son en su orden: Amazonas (3.346,0), Barranquilla (2.651,0), Bogotá (1.936,3), Cartagena (1.724,1), Santa Marta (1.202,3) y Atlántico (955,7).
Tomando como punto de corte el 13 de agosto de 2020:
La tasa de mortalidad nacional es de 280,8 muertes/millón de habitantes; la distribución por regiones con tasas mayores a la nacional (por millón de habitantes) es la siguiente: Amazonas (1.328,8), Barranquilla (1.225,8), Bogotá (528,9), Córdoba (497), Buenaventura (490), Cartagena (476,3), Sucre (430,9), Atlántico (430,5) y Santa Marta (404,7). Según el tipo de atención, son reportados como recuperados el 57,7 % de los casos confirmados y fallecidos el 3,3 %. La proporción de casos graves y mortales es el 7,5 % de la totalidad de los casos.
Entre los casos activos, el 89,0 % están en casa, en hospitalización general se reportan el 17,2 % y en unidad de cuidados intensivos (UCI) el 1,6 %. Del total de casos en la población de 60 años, la proporción de casos graves y fatales es del 28,9 %, hospitalizados 11,0 %, UCI 1,1 % y fallecidos 16,8 %. 64,1 % de las defunciones se presentan en hombres. El 74,3 % de los fallecidos están en el grupo de edad ≥60 años, las personas que presenta el mayor número de muertes están en el rango de 70-79 años, seguida por el grupo de 80-89 años.
En comparación con otros países de Latinoamérica, Colombia es uno con las menores tasas de incidencia (478 por 100.000 habitantes) respecto a otros como Perú (1.212/100.000), Panamá (1.507/100.000), Chile (1.819/100.000), Brasil (1.157/100.000) y Bolivia (636/100.000). De igual forma, la tasa de mortalidad para Colombia es (17/100.000), mucho menor respecto a la de Brasil (42/100.000), Chile (49/100.000), Panamá (33,8/100.000), México (33/100.000) y Ecuador (32,8/100.000). Algunos aspectos pueden haber influenciado los datos anteriormente expuestos.
Por ejemplo, el 18 de marzo de 2020 el gobierno colombiano emitió el Decreto 420 (Ministerio del Interior), el cual indicaba el cierre de escuelas, universidades, y se establecía el cese de casi todas las actividades que tienen un carácter presencial. Junto al cierre de aeropuertos y la suspensión de viajes por vía aérea (nacionales e internacionales), la restricción de reuniones públicas y privadas y el autoaislamiento para las personas mayores de 70 años, entre otras. A pesar de ello, el número de pacientes contagiados en el país sigue aumentando.
Para el 15 de agosto de 2020 el número de casos confirmados fue de 456.689, con 14.810 muertes. Las medidas de aislamiento preventivo, distanciamiento, mitigación y contingencia. Si bien han permitido que el número de muertes no haya sido del impacto inicialmente esperado, en comparación con otros países, no han originado una reducción significativa ni constante de la velocidad de contagios.
A lo anterior debe sumarse que, el acceso a la realización de pruebas diagnósticas dista de ser el ideal, las pruebas mismas son deficientes en calidad y cantidad, la red hospitalaria es precaria en el número de camas disponibles para la atención de pacientes COVID-19.
Las medidas epidemiológicas decretadas generan confusión en la población. Todo esto sumado a una evidente ausencia de cultura cívica y adherencia por parte de los ciudadanos, augura que a mediano plazo el número de casos sobrepase. Inclusive, el planteado por el gobierno nacional el 17 de marzo de 2020, cuando se declaró el “estado de emergencia económica y social”, y quedó consignado que el país se debía preparar para afrontar un número de 3.989.853 contagios por SARS-CoV-2; de éstos, 550.600 se catalogarían como “severos” y 187.523 serían casos “críticos”.
(Lea También: COVID-19 como Enfermedad Transmisible)
Definición y comportamiento de las pandemias
La cantidad de una enfermedad en particular que suele estar presente en una comunidad se denomina nivel inicial o endémico de la enfermedad. Este nivel no es necesariamente el nivel deseado, que de hecho puede ser igual a 0, sino el nivel observado.
Asumiendo que el nivel no es lo suficientemente alto como para agotar el grupo de personas susceptibles. En ausencia de intervención la enfermedad puede continuar ocurriendo a este nivel indefinidamente. Por lo tanto, el nivel de referencia a menudo se considera el nivel esperado de la enfermedad.
Si bien existen algunas enfermedades que son tan raras en una población determinada, un solo caso justifica una investigación epidemiológica (por ejemplo, la rabia). Otras enfermedades ocurren con mayor frecuencia, por lo que solo las desviaciones de la norma justifican una investigación.
Una enfermedad esporádica se refiere a aquella que ocurre con poca frecuencia y de manera irregular. Endemia se refiere a la presencia constante y a la prevalencia habitual de una enfermedad o agente infeccioso en una población dentro de un área geográfica. Hiperendemia se refiere a los niveles altos y persistentes de la forma de aparición de las enfermedades.
Ocasionalmente, la cantidad de enfermedad en una comunidad se eleva por encima del nivel esperado. El término epidemia se refiere a un aumento -a menudo repentino. -En el número de casos de una enfermedad por encima de lo que normalmente se espera en esa población y en dicha área. El concepto de brote, tiene la misma definición de epidemia, pero a menudo se usa para un área geográfica más limitada. Por su parte, pandemia se refiere a una epidemia que se ha extendido por varios países o continentes y que suele afectar a un gran número de personas.
Las epidemias ocurren cuando:
Un agente y huéspedes susceptibles están presentes en cantidades adecuadas, y el agente puede transportarse eficazmente desde una fuente a los huéspedes susceptibles. Más específicamente, una epidemia puede resultar del aumento reciente en la cantidad o virulencia del agente o de la reciente introducción del agente en un entorno donde no había estado antes. También puede surgir de un medio de transmisión mejorado (para que las personas más susceptibles estén expuestas) o de un cambio en la susceptibilidad de la respuesta del huésped al agente y/o de factores que aumentan la exposición del huésped (o implicar la presentación a través de nuevos portales de entrada). La descripción anterior de “epidemia” parte del supuesto que es aplicable solo a agentes infecciosos. Aunque otras enfermedades no infecciosas pueden presentarse también en proporciones epidémicas, como la obesidad y la Diabetes Mellitus (10,11).
Autores
1 Hernando Vargas-Uricoechea. Médico especialista en Medicina Interna y Endocrinología, MSc en Epidemiología, Doctor (Hon.) en Ciencias de la Salud, PhD en Ciencias Biomédicas. Director del Grupo de estudio en Enfermedades Metabólicas, Departamento de Medicina Interna, Universidad del Cauca, Popayán-Colombia.
2 Hernando David Vargas Sierra. Médico Residente del programa de Medicina Interna, Departamento de Medicina Interna, Grupo de investigación en Enfermedades Metabólicas, Universidad del Cauca, Popayán, Colombia.
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